En la estela de la guerra de Ucrania. Una colisión entre imperios

En la estela de la guerra de Ucrania. Una colisión entre imperios

Después de tres años de guerra, da la impresión que el conflicto entre la OTAN y Rusia en suelo ucraniano ha entrado en su fase final, estando próximo el desenlace de todo este sinsentido que supone una guerra en pleno siglo XXI, con la consiguiente carrera armamentística, que para lo único que sirve es para engordar las cuentas de resultados de las empresas del sector de armas, aunque probablemente el final de todo esto no traiga la resolución de las causas que lo originaron, más que nada porque los actores principales (OTAN, EEUU y Rusia) tengan puestas sus miradas en cuestiones que al común de los mortales se nos escapan.

Llegados a este punto entiendo que es necesario echar la vista atrás, volver a poner encima de la mesa todo lo relacionado con este conflicto y hacer un repaso de lo que ha sucedido hasta ahora. Para ello me ha parecido interesante recuperar un libro escrito en 2022 que aportaba muchos datos que ayudaban a entender todo lo que estaba pasando, y ahora es interesante rescatarlo con la intención de comprobar si los análisis que realizaba el autor en los primeros meses de la guerra siguen estando vigentes o, por el contrario, existen datos que lo han dejado obsoleto, sobre todo, teniendo en cuenta el giro dado por EEUU en este conflicto desde la llegada de Trump que, a simple vista, pudiera parecer que ha puesto todo patas arriba.

En la estela de la guerra de Ucrania. Una glosa impertinente
Carlos Taibo (Wikimedia Commons)

En su momento, a la hora de elegir una lectura sobre el conflicto, me incliné por el ensayo de un experto en el espacio postsoviético y en todo lo que han sido los países que lo componían, entre otras cosas, porque no era el primer trabajo que realizaba sobre Ucrania. Me estoy refiriendo al politólogo Carlos Taibo, que en agosto de 2022 publicó un ensayo titulado “En la estela de la guerra de Ucrania. Una glosa impertinente” (Editorial Los libros de la Catarata).

El hecho cierto es que a lo largo de estos tres años el conflicto ha trascurrido de una forma un tanto lineal en lo que al posicionamiento de los actores se refiere, hasta que la nueva administración norteamericana ha hecho saltar por los aires la estrategia que EEUU seguía hasta el momento, lo que ha abierto una grieta sin precedentes con el resto de sus aliados de la OTAN, que siempre han hecho seguidismo de las políticas norteamericanas. Quizá todos estos últimos acontecimientos han podido hacer olvidar a muchas personas los antecedentes de la guerra, todo el escenario prebélico y los factores que lo rodearon que, vistos con la perspectiva actual, no me cabe duda de que es un ejercicio necesario para no perderse. Por ello, no me cabe duda que el libro que hoy traigo es una herramienta de gran utilidad.

En primer lugar, si hay algo que me parece importarte remarcar de este ensayo, es que, en muchas ocasiones, su autor plantea más interrogantes que certezas, lo cual puede llamar la atención, acostumbrados a escuchar discursos que se arrogan estar en posesión de la verdad absoluta. Además de los datos contrastados que aporta y que son de gran utilidad para el lector, desarrolla diferentes teorías, para que tengamos más elementos para extraer conclusiones propias.

Si tengo que definir este trabajo, es que es un manual que desmonta una serie de discursos que han estado flotando en el ambiente y ha refutado muchos de los argumentos y disertaciones que utilizaban unos y otros. Da voz a todos esos argumentos que han tapado los medios de comunicación occidentales en su afán por aplicar su particular doble vara de medir.

Este ensayo si de algo huye es de posicionarse con alguno de los actores del conflicto, ejercicio complicado en los tiempos que corren. Creo que por parte del autor no es tanto una cuestión de equidistancia, sino más bien producto de un análisis profundo de los últimos 30 años de la política internacional en todo lo concerniente a los países que formaban el espacio postsoviético y la actitud que ha tenido EEUU y los países que forman la OTAN ante esa región europea. En Occidente el ser muy crítico con EEUU y la OTAN supone que te encasillen como defensor de Putin. O es blanco o es negro, no hay más colores; por el contrario, este ensayo desmonta ese discurso, viniendo a demostrar que el abanico de colores es muchísimo más amplio.

Carlos Taibo no duda en acotar este conflicto dentro de los parámetros de la geopolítica, en concreto, “su origen está en una sórdida confrontación entre imperios tradicionalísimos”; destierra esa concepción que basa esta guerra en una “confrontación ideológica entre dos modelos ideológicos, políticos y económicos”. Esto no quiere decir que obvie cuestiones ideológicas y políticas que han acompañado a algunos de los protagonistas de este conflicto ni los marcos políticos e ideológicos relacionados con los países enfrentados en esta guerra.

Este ensayo es un buen punto de partida para conocer un país como Ucrania, producto de la desintegración de la URSS, en el que el autor aporta datos acerca de la geografía, historia, lengua y la construcción de Ucrania como Estado-nación. Es en este ámbito donde Carlos Taibo no duda a la hora de describir la evolución de este país como “un activo proceso de invención de una tradición en el seno del nacionalismo ucraniano…, la recuperación y reivindicación de movimientos de corte fascista como los que operaron en el país durante la Segunda Guerra Mundial”. La ilegalización primero del Partido Comunista de Ucrania, posteriormente la de varios partidos políticos de izquierdas, la crisis que se desató en 2013 y que desencadenó el Maidán, así como como la guerra sangrienta en la zona del Donbás, donde hubo alrededor de 14.000 muertes de población civil local, en su mayoría provocados por el ejército ucraniano, son algunos de los datos sobre los que profundiza para que el lector tenga todo los ingredientes necesarios para poder entender los antecedes de este conflicto. Con toda esta cascada de datos, el autor no duda en afirmar que Zelensky tiene tics autoritarios y grupos de la extrema derecha controlan algunos estamentos de poder en Ucrania .

Con el mismo rigor, podemos encontrar unos datos imprescindibles para poder evaluar la situación actual de Rusia, y la persona que preside el país: Putin. En este caso, el autor realiza un ejercicio de discernimiento entre Putin y Rusia, porque en palabras de Taibo, “identificar a Rusia con Putin es un error que está llamado a tener consecuencias mayúsculas”. Al tratar su figura, no deja pasar por alto la admiración que suscita entre la ultraderecha mundial y los estrechos lazos que mantienen, y para no dejar lugar a dudas, al hablar de la Rusia de Putin se expresa en los siguientes términos: “en la Rusia putiniana se ha asentado un sistema que bebe de una pulsión imperial-militar, que abraza lo que menudo es un nacionalismo de base étnica y que no duda en defender los valores tradicionales, la familia y la Iglesia ortodoxa”. En resumen, el autor no duda en manifestar que la Rusia de Putin no es el estandarte de un proyecto antifascista.

Realiza una radiografía del régimen de Putin desde la llegada de este al poder, y de forma muy sintetizada expone lo que fue la política del Kremlin hacia EEUU y la OTAN a lo largo de esos años, “una búsqueda de una relación muy cordial, que llegado el momento ha podido ser lamentablemente sumisa, con ese mundo”. Y es que los datos que aporta el autor ahí están y sobre los que poco o nada se puede objetar.

Al hablar de Putin no quiero pasar por alto algunas cuestiones que se recoge en este ensayo: la primera es que recuerda que Putin ya apuntaba sus tintes autoritarios durante la segunda guerra de Chechenia, a partir de 1999, siendo necesario recordar que Occidente se puso de perfil. La segunda es que la Rusia de Putin “se atribuye el derecho de injerencia e intervención en aquellos espacios geográficos que considera propios”, cuando Moscú entiende que “sus intereses en materia de seguridad están en peligro”. Nada que no hayan hecho otras potencias, sobre todo la CIA a lo largo de su historia, pero que es importante tenerlo en cuenta. Y la tercera y última, es la percepción que Putin mantiene sobre la Unión Soviética de antaño y la opinión que le merecen líderes históricos de la Revolución bolchevique, como Lenin y Stalin, y, por supuesto, “no siente ninguna simpatía por el sistema económico y social de la Unión Soviética”. Cuestión que ayuda a entender mejor al personaje.

Carlos Taibo dedica un capítulo a la OTAN, porque este conflicto no se puede entender sin tener presente la responsabilidad que ha tenido esta organización a través de la estrategia desplegada en los países del Este desde la disolución del Pacto de Varsovia. Este capítulo es fundamental, no sólo para entender la guerra en Ucrania, sino para poder tener una visión global de lo que está pasando en otras regiones del planeta.

Al inicio de este artículo me he expresado en los siguientes términos: “el conflicto entre la OTAN y Rusia en suelo ucraniano”, en vez de decir una guerra entre Rusia y Ucrania. Si alguien quiere disipar esta duda, los datos que aporta este ensayo son clarificadores Por un lado, ver el papel que la OTAN ha desempeñado en los últimos 30 años en la región y en su afán de cercar a Rusia y, por otro, lo que la actualidad nos está mostrando todos los días, EEUU ha cogido las riendas del conflicto, ha decidido finiquitar la guerra, y para ello ha abierto un proceso negociador con Rusia, al margen de sus aliados en la OTAN, pero, sobre todo, ninguneando a las autoridades ucranianas. Lo que viene a demostrar que los actores principales de la guerra son EEUU y Rusia, y Ucrania se ha limitado a poner el campo de batalla y los muertos. Cuestiones que este ensayo desarrolla de forma muy didáctica.

El autor deja para el final algunos temas que pueden servir para entender lo que está pasando en la actualidad. El papel de la UE, a rebufo de EEUU, siendo incapaz de evaluar las consecuencias económicas negativas que le está suponiendo este conflicto, todo lo contrario de lo que le está sucediendo a EEUU, que ha encontrado un filón económico al incrementar las exportaciones a sus socios de armas y productos energéticos. La realidad es que el bloqueo a Rusia ha sido perjudicial para la UE y beneficioso para EEUU.

En la estela de la guerra de Ucrania. Una glosa impertinente
Carlos Taibo (Wikimedia Commons)

El autor se pregunta si esta guerra se hubiera llegado a producir estando Trump en la Casa Blanca, cuestión interesante porque este ha vuelto a ponerse al mando de los EEUU. Es de resaltar que ya al inicio de la guerra Carlos Taibo no tenía dudas de que con Trump hubiera habido menos probabilidades de haber llegado a esta situación, no tanto porque Trump sea el exponente del pacifismo, como lo estamos viendo en el caso de Gaza y Oriente Medio, sino porque las prioridades en política internacional que tenía Joe Biden eran sustancialmente diferentes.

Para finalizar, desarrolla algunas de sus interesantes teorías sobre a donde nos están llevando todos estos conflictos, las tensiones entre diferentes potencias (EEUU, Rusia, China), la cercanía de una guerra a escala global, abocándonos a lo que define como el colapso general y la zozobra que le genera la evolución de los acontecimientos. Y todo ello, expuesto desde una óptica de clase y libertaria, pues como bien dice, no es necesario que “explique a qué clase pertenecen, y qué intereses defienden Biden, Macrón o la señora Merkel. Pero sería saludable que se percatasen de que esa clase es la misma que está detrás de Putin o Xi Jinpin”, y ante ello su máxima es “no a la guerra entre los pueblos, no a la paz entre clases”.

En la estela de la guerra de Ucrania. Una glosa impertinente
En la estela de la guerra de Ucrania. Una glosa impertinente

A los que dieron su vida por la libertad

A los que dieron su vida por la libertad

Mas allá de la utopía
Donde nacen primaveras y agoniza la agonía
Donde la esperanza espera y resistir es su emblema
Más allá de la utopía hay un mundo sin fronteras a la sombra de un poema
(Bernardo Fuster)

Hay hechos y fechas que el paso de los años no logrará borrar de mi mente, y sería peligroso que los borrara, porque eso querría decir que olvidaría parte de un pasado que fue crucial en aquel momento, y ya se sabe: cuando un pueblo olvida su pasado, está condenado a repetirlo. Por ello, asistí con interés a ver la película Las armas no borrarán tu sonrisa. Tenía claro que iba a volver a ver imágenes y testimonios que me iban a generar una cascada de recuerdos que me evocaría lo vivido en aquel tiempo, pero también era consciente que brotaría en mí la rabia y la impotencia que se vivió en aquellos días.

Era un gélido domingo de enero, de un invierno frio en lo climatológico, como eran aquellos inviernos, pero caliente y bien caliente en lo político y social. Yo apenas tenía doce años, pero quizá porque eran otros tiempos, porque los doce años de aquella época no eran los de hoy en día, por la excepcionalidad del momento, o porque no había que tener una gran madurez para ver lo que pasaba alrededor de uno, la cosa es que era plenamente consciente de lo que estaba sucediendo.

Aquel domingo al mediodía, en mi casa se puso el televisor para escuchar las noticias, pues eso era como una liturgia. En aquellos años la desinformación venía de la mano de la única televisión que había, con sus dos canales, es decir, la diferencia entre antes y ahora es que, en el plano televisivo, por entonces la desinformación venía por un único medio de comunicación existente y ahora uno tiene la posibilidad de elegir qué cadena quiere que le desinforme y le intoxique con el último bulo salido de las factorías de los poderes mediáticos, económicos y políticos. No hay que darle más vueltas, antes la prensa estaba controlada por el franquismo y ahora por sus herederos.

Pero volviendo a ese domingo de enero, cuando escuchamos que, en el transcurso de una manifestación, que ya se encargaba la prensa oficial de recalcar de forma reiterada que era ilegal, habían asesinado a un joven en la zona de la Gran Vía madrileña, en mi casa se respiró un ambiente de rabia e indignación, pero al mismo tiempo de cierta preocupación, porque llovía sobre mojado. El Poder no estaba dispuesto a ceder un ápice en esa lucha en la que el pueblo quería recuperar la libertad que hacía más de cuarenta años le había sido arrebatada. Desde mi corta edad, observaba con cierta inquietud el semblante de los adultos que temían que se repitiera la misma historia; el dictador había muerto hacía algo más de un año y la situación era como si el pueblo estuviera sumido en un laberinto en el que no existía salida alguna.

Ese joven asesinado no era otro que Arturo Ruiz, que, como otros muchos, pensaba que la libertad no te la conceden, sino que hay que conquistarla, que la democracia no cae del cielo y que no estaba dispuesto a que todo siguiera igual, por eso esa mañana gélida de domingo se manifestaba.

Si el asesinato de Arturo Ruiz fue terrible, tanto peor fue lo que recogía la prensa de la época, donde la maquinaria de intoxicación trabajaba a destajo, lo que era motivo de indignación. En aquella época en la que no existían las tecnologías actuales, la gente solía compartir con su entorno la información que podían obtener a través de otros conductos, al margen de la prensa de la época.

A los que dieron su vida por la libertad
Antidisturbios

La cosa no quedó ahí. Al día siguiente, lunes, 24 de enero, en repulsa al asesinato de Arturo Ruiz, se organizó una manifestación en la zona donde acabaron con su vida. Y esta vez no fueron los grupos parapoliciales, fueron uniformados, que tenían que dejar claro que seguían siendo los mismos cuerpos policiales de la dictadura, que sus mandos estaban al servicio de la oligarquía y de todo el aparato político-represivo que construyó la dictadura para poder perpetuarse en el Poder y, por supuesto, que la élite política no iba a permitir que aquello se convirtiera en la Revolución de los Claveles portuguesa. Y qué mejor forma de hacérselo ver a la población que disparando un bote de humo para que impactase en la cabeza de una joven estudiante que se manifestaba para protestar contra la muerte de Arturo Ruiz. Y en este caso la víctima fue Mari Luz Nájera, una joven universitaria, que luchaba para lograr salir de una vez por todas de ese oscuro túnel que era la dictadura, que, como otros muchos jóvenes, quería que sus sueños dejasen de ser una utopía; era una generación que no estaba dispuesta a caer en el conformismo de sus mayores a la hora de luchar por cambiar las cosas.

Cuando se conoció el asesinato de Mari Luz Nájera observaba la desorientación que había en las personas mayores que se sentían antifranquistas. Veían la dificultad que había por derrocar el régimen para traer una democracia de verdad, no lo que nos estaban intentando colocar. Percibía un tono de impotencia, pues eran personas que sólo había conocido el franquismo, que nacieron en los años en los que la represión fue salvaje, que habían trabajado de sol a sol para que, como buenamente podían, sacar adelante a sus familias. Todo ello me generaba inquietud, con ciertas dosis de miedo. Recuerdo que en aquella época era frecuente que los Guerrilleros de Cristo Rey hicieran algunas de sus razias por algunos lugares de la ciudad. Solía ser habitual que aparecieran los domingos por El Rastro Madrileño para agredir de forma indiscriminada. Era una forma de expandir y generalizar el terror.

En aquellos días, también observaba que, a un sector de la ciudadanía, como ocurre en la actualidad, todo aquello no iba con ellos. No es que fueran franquistas en sentido estricto, pero actuaban como si el franquismo fuese un fenómeno meteorológico, siempre solían tener algunas frases muy elocuentes que los definían, “no hay que meterse en líos”, “la política para los políticos”, como si los derechos y libertades cayesen del cielo, algo así como el maná en el libro del Éxodo. No es nada nuevo, pues, salvando las distancias, lo mismo sucede hoy en día, donde a un gran sector de la población le parece que el ascenso de la ultraderecha y el fascismo no va con ellos. No hay duda de, como dijo Marx en el 18 Brumario de Luis Bonaparte, la historia ocurre dos veces: la primera como tragedia y la segunda como farsa.

Los acontecimientos se sucedieron de forma desbocada y el drama no quedó ahí. Si el asesinato de Mari Luz Nájera se produjo al mediodía, lo que depararía esa tarde-noche fue la culminación de la tragedia. La irrupción de unos pistoleros de ultraderecha en un despacho de abogados laboralistas, donde asesinarían a tres abogados, un estudiante de derecho y un administrativo, dejando gravemente heridos a otros cuatro abogados, hizo saltar todo por los aires. La jerarquía dominante, a través de sus diferentes tentáculos, había vuelto a hablar y cómo había hablado; pusieron en el punto de mira la defensa de los derechos laborales de los trabajadores.

Esa tarde estaba puesta la radio en mi casa, cuando interrumpieron la programación para dar un avance de lo que había pasado en el despacho de abogados laboralistas de la calle Atocha. Las preguntas que flotaban en el ambiente eran sencillas: ¿Y a partir de ahora qué? ¿todo esto tiene como objetivo un intento de que los militares se pongan de nuevo al frente del gobierno? Preguntas que no encontraban respuestas.

A los que dieron su vida por la libertad
Monumento a los abogados de Atocha (Wikimedia Commons)

Recuerdo la conmoción que supuso. Fue un mazazo para los que habían conocido los cuarenta años de dictadura, entendían el mensaje: un aviso a la verdadera oposición al régimen, a los que se parten la cara con los aparatos del régimen, vuelven a meternos miedo, como había ocurrido en situaciones anteriores.

Era un pulso totalmente desequilibrado, pues una de las partes lo tenía todo: control de poder político, económico, pero, sobre todo, lo que controlaba era el monopolio de la violencia, cosa que me explicaron con el tiempo en la facultad de derecho, que el monopolio de la violencia reside únicamente en el Estado. Ni que decir tiene que  la clase de ese día la entendí a la primera, aunque eso me revolviera las tripas. Por el contrario, la otra parte lo único que podía aportar era lucha y grandes dosis de voluntarismo, porque muchos de los que posteriormente protagonizaron eso que llaman Transición, en ese momento no estaban dispuestos a arriesgar, estaban esperando que llegara su ocasión para erigirse en los héroes de la democracia y la verdad es que coló, porque la historia oficial así lo recoge, elevando a los altares a toda esa lista de oportunistas que aparecieron unos meses después y que empezaron a ocupar sillones mullidos en las instituciones.

Todos estos hechos que hoy en día se conocen como la Semana Negra de Madrid, fueron como un terremoto que intentaba arrasar con todo lo que sonara a disidencia política. No era la primera vez que desde la muerte del dictador se vivían momentos tensos y actuaciones salvajes de los aparatos del Estado y sus satélites. No eran los primeros asesinados a manos de los aparatos policiales del Estado, o por los grupos parapoliciales, que no eran otros que miembros de la ultraderecha española e internacional, estos últimos con la cobertura de los aparatos del Estado. Vitoria, Montejurra, Basauri, Éibar, Hondarribia, ya habían vivido situaciones de este tipo. Pero lo que sucedió en esa semana de enero de 1977 venía a ser como una concatenación de situaciones que no cabía duda de que en absoluto fueron casuales.

Los poderes nunca dejan nada al azar, y los sucesos vividos esa maldita semana de enero no dejaban lugar a dudas: había que amedrentar al pueblo para que no sacase los pies del tiesto, y por si alguien tenía alguna duda, que quedase claro que el dictador lo había dejado atado y bien atado. Y posteriormente, cuando tuvieron que recurrir a estos métodos, no dudaron, y fue un suma y sigue: Germán Rodríguez, Gladys del Estal, Yolanda González, Almería, etc. Los muertos siempre los ponían los mismos.

Después de la semana trágica, nada fue igual. Los que controlaban (y siguen controlando) los resortes del poder económico y político empezaron a preparar el terreno para lavar la cara al régimen, sin tener que tocar sus cimientos. La casa no la iban a tirar, todo quedaría en revocar la fachada y cambiar alguna ventana. Con lo que les había costado levantarla, la iban a defender a costa de lo que fuese, como así sucedió.

Esos días fueron tristes, porque poco a poco se iba esfumando la esperanza que se diera una ruptura democrática. La gente de a pie veía cómo la política se hacía en los sanedrines del poder, en los reservados de los restaurantes de alto copete. Empezaron a aparecer nuevas caras que, bajo algunas siglas, hoy en día muy conocidas, y la protección del régimen, se erigieron en los adalides de la libertad y la democracia. Pero el tiempo nos ha demostrado que no eran más que una cuadrilla de trileros. El pasar de los años ha servido para que más de uno haya visto que lo que vendieron al pueblo fue humo, y aquellos polvos trajeron estos lodos. Por ello, hoy es más importante que nunca no olvidar a aquellos jóvenes que dieron su vida por la libertad. Y para ello, es necesario seguir portándolos en la memoria colectiva, fundamental para que no perdamos el norte en estos tiempos de zozobra.

1974: Convulsión y rupturas en ETA (2ª parte)

1974: Convulsión y rupturas en ETA (2ª parte)

La ruptura del Frente Obrero. Nacimiento de LAIA

A mediados de 1974 ETA[1] celebra su III Biltzar Ttipia desde la celebración de la primera parte de su VI Asamblea y se consuma lo que se venía madurando en los últimos meses. La mayor parte del Frente Obrero abandona la organización y su objetivo es la creación de un partido comunista vasco. El nuevo partido se llamará LAIA (Langileen Alderdi Iraultzaile Abertzalea)[2].

1974: Convulsión y rupturas en ETA-Segunda Parte
Cartel de LAIA (Lazkaoko Beneditarren Fundazioa-Fundación de los Benedictinos de Lazkao)

Esta escisión, a diferencia de las anteriores (ETA-berri y ETA VI) no cuestiona la ideología independentista ni en cierta forma la lucha armada, si bien critican el activismo alejado de las masas. LAIA celebra su asamblea fundacional en agosto de 1974 en la localidad de Domezain (Zuberoa)[3]. En el momento de su constitución la crítica que realiza a ETA es la presencia de elementos antimarxistas, nacionalistas reaccionarios y libertarios por lo que ETA no podrá transformarse en la vanguardia de la clase obrera vasca. No hay que olvidar que ETA, heredera de la V Asamblea de ETA, se define como socialista y aunque el método de análisis es marxista, en ningún momento se define como marxista-leninista, sin perjuicio que haya militantes que así se definan.

LAIA tiene una evolución ideológica no exenta de tensiones internas. Si bien en un inicio se la puede encuadrar dentro de la ideológica marxista-leninista, en ella conviven militantes que son trotskistas y autónomos. Esto es importante tenerlo en cuenta porque en un futuro estas diferentes sensibilidades provocarán futuras escisiones.

Este proyecto político genera una atracción en diferentes sectores pues viene a llenar ese hueco que la organización armada no ha sido capaz de ello, debido a lo complicado de compatibilizar la lucha armada y la lucha de masas por la misma organización.

1974: Convulsión y rupturas en ETA-Segunda Parte
Portada de la revista Sugarra nº 1 editada por LAIA (Lazkaoko Beneditarren Fundazioa-Fundación de los Benedictinos de Lazkao)

En el primer número de su revista teórica Sugarra (la llama), LAIA publica las razones de su nacimiento.

                “Si hemos optado por estructurarnos fuera de ETA, rechazando las siglas por las que hemos luchado […] La razón que nos ha movido a ello ha sido la imposibilidad de transformar a ETA en un aparato capaz de desarrollar una política revolucionaria que respondiera a los intereses de la clase obrera vasca […] La imposibilidad de ver cumplido este objetivo dentro de ETA, es decir, la imposibilidad de romper con el activismo alejado de las masas que nos atenazaba, está en el origen de nuestra ruptura con ETA […] La revolución no se hace por el hecho de mantener a la gente unida numéricamente, sino tan solo si esta unidad está cimentada de una línea política correcta […] Podemos declarar que lo que nos unía como grupo no era la coherencia ideológica, sino la necesidad imperiosa de contrarrestar la corriente “españolita” de VI […] El único nexo de unión era el común deseo de ofrecer una alternativa abertzale ante las posturas liquidacionistas de los grupos españolistas respecto al problema nacional […]”.

En la revista Sugarra recogen los objetivos estratégicos del nuevo partido. Nacen para “trabajar por todos los medios en la organización dinámica de la clase obrera vasca a fin de instaurar una República Popular de Euskadi y la creación de un nuevo Estado al servicio de la clase obrera y las capas populares”.

No todo el Frente Obrero que abandona la organización armada pasa a formar parte de LAIA. Los militantes del FO de Gipuzkoa en su gran mayoría organizan el partido LAIA pero los militantes del FO de Bizkaia no se incorporan a esta nueva organización pasando a trabajar de forma autónoma.

                Impulso de los Comités Obreros Abertzales (COA) y nacimiento de LAB

La escisión vivida en el Frente Obrero no se parece en nada a las que ha sufrido anteriormente ETA por lo que no pasa desapercibida en la militancia ni en la dirección de la organización. Es en 1974 cuando la dirección de la organización armada impulsa con los militantes del Frente Obrero que no abandonan la organización la creación de organismos de masas que sirvan para organizar a la clase trabajadora vasca desde una óptica abertzale y revolucionaria. Se van constituyendo los Comités Obreros Abertzales (COA). Estos comités surgen en algunas comarcas de Gipuzkoa (Valle del Urola y Alto Deba). Tienen el problema que en este espacio de lucha las organizaciones de la izquierda radical estatal (LCR, MCE y ORT) llevan tiempo trabajando con la ventaja que la represión se ha cebado en menor medida en ellas al no practicar la lucha armada. En un principio estos COA son impulsados tanto por ETA como por LAIA para potenciar la organización de los trabajadores abertzales en las fábricas. En este momento son comités autónomos que no tienen una estructura común.

Estas estructuras obreras que son independientes entre sí tienen la necesidad de unificarse, lo que llevará a ETA[4] a favorecer un encuentro en el mes de enero de 1975 entre estos comités para avanzar en la creación de una única organización. Todo esto llevará a que en mayo de 1975 a que nazca la organización LAB (Langile Abertzaleen Batzordeak).

Para LAIA esta fórmula de unificar en una estructura estos comités obreros puede provocar de nuevo que sean objetivo de la represión por lo que se descolgará del proyecto de LAB e impulsará los grupos obreros autónomos LAK (Langileen Abertzale Komiteak). Estos comités obreros tienen una presencia globalmente bastante escasa en todo Euskadi, teniendo mayor implantación en algunas zonas de Gipuzkoa.

Todo este proceso lo que deja patente es que desde la V Asamblea uno de los problemas que tiene ETA en relación con el movimiento de masas es la falta de una estructura organizada dedicada a la labor de las masas, que pudiera trabajar sin tener que definirse como estructura de ETA por lo que podía conllevar en el terreno de la represión, situación que aprovechan las organizaciones políticas de izquierda estatal ya que al no practicar la lucha armada tienen una mayor capacidad para implantarse y desarrollar una actividad política en diferentes ámbitos (fábricas, universidad, etc).

LAB viene a cubrir esa carencia que ETA tiene en el campo obrero, y en ese contexto se define “como organización de masas para la clase trabajadora vasca  en una línea abertzale y de clase”.  Tiene una vocación asamblearia y no pretende ser portavoz de los trabajadores a la hora de negociar convenios con la patronal porque entiende que esa responsabilidad recae en las asambleas de fábricas.

La escisión entre milis[5] y polimilis[6]

En ese período en el que los atentados de todo tipo, choques violentos entre guardias civiles y miembros de ETA y detenciones son constantes, el día 13 de septiembre de 1974 se produce en Madrid el atentado de la cafetería Rolando que estaba situada al lado de la DGS (Dirección General de Seguridad), en el que mueren 11 personas y 71 resultan heridas. De los fallecidos solo uno es policía y el resto de las víctimas son civiles que se encontraban en el local. Ante el error cometido por ETA la dirección no quiere reivindicar el atentado, pero un sector de la organización entiende que deben de reivindicar el atentado, por lo que este atentado y su no reivindicación va a ir generando una desazón entre la militancia que se verá reflejada en la reunión del IV Biltzar Ttipia que se celebra en octubre de 1974 con la finalidad de preparar la celebración de la Segunda parte de la VI Asamblea, dándose dos posturas ante el atentado: Un sector quiere eludir la autoría del atentado para evitar la imagen que le puede generar. Este sector corresponde con la corriente mayoritaria existente en la organización que es la político-militar. Por el contrario, el otro sector exige que sea reivindicado el atentado llevando aparejado el asumir la responsabilidad que ello va a comportar. Este sector minoritario es de la opinión que la ocultación de los hechos por graves que fueran, son propios del sistema que se combate. Esta postura es defendida por la corriente que se conocerá como militar.

En este contexto en el que los cambios políticos se hacen cada vez más sensibles la dirección de la organización, es decir, el Biltzar Ttipia realiza un análisis de la situación y elabora un programa para el futuro. En este análisis y hoja de ruta se plantean cuestiones como la legalización, el papel de la lucha armada en el futuro régimen. En ese momento los problemas de la organización armada se dividen en dos grandes bloques: a) el problema de la estructura de ETA que está lastrando a la organización y b) la táctica que tiene que seguir la organización en el futuro inmediato.

En términos ideológicos o políticos no hay diferencias entre ambas corrientes, o las que hay no son de gran calado. Las posturas que defiende cada una de las corrientes se pueden resumir en los siguientes términos:

1974: Convulsión y rupturas en ETA-Segunda Parte
Revista Hautsi 1976, editada por ETA político-militar (Lazkaoko Beneditarren Fundazioa-Fundación de los Benedictinos de Lazkao)

Una corriente mayoritaria que a partir de la escisión será conocida como ETA (político-militar) plantea en el plano organizativo transformar la estructura de la organización, desapareciendo los antiguos cuatro frentes[7] para pasar a una estructura político-militar, influidos por el modelo organizativo de los tupamaros uruguayos. Se basan en el análisis que ambas actividades (política y militar) están íntimamente ligadas y deben de estar muy coordinadas.

Las actividades de los frentes militar y obrero a nivel local serían coordinadas por un único responsable de zona y sería el responsable de las acciones armadas.  Se mantiene un frente llamado “bereziak” (especiales) que serán los encargados de planificar y realizar acciones militares complejas y de largo alcance, funcionando con un grado de autonomía por razones de seguridad.

Esta estructura engarza la lucha política con la militar a diferencia de la praxis que había habido hasta entonces que cada frente trabajaba de forma autónoma. Es por ello, que a esta fórmula organizativa se la denominara “político-militar”, porque es partidaria de unir la lucha armada y la lucha de masas en una sola organización.

El análisis político que hacen de la situación es muy optimista viendo a corto plazo la salida del Régimen franquista hacia una democracia burguesa y en el plano político plantean formar el BAT (Frente por la izquierda vasca) con los siguientes objetivos: La independencia del Euskadi, la reunificación, la euskaldunización, el socialismo y la defensa del internacionalismo proletario.

1974: Convulsión y rupturas en ETA-Segunda Parte
Zutik nº 65-1975. Editado por ETA militar (Lazkaoko Beneditarren Fundazioa-Fundación de los Benedictinos de Lazkao)

La otra corriente minoritaria que tiene una visión muy diferente de la situación será la que en noviembre de 1974 dará lugar a ETA (militar) dando a conocer su planteamiento en el “ETAren Agiria” (Manifiesto de ETA) en el que se presentan ante la opinión pública como la organización ETA (militar). Es un documento en el que hacen un análisis de la situación política, que pone las bases de lo que va a ser su línea táctica y estratégica para un futuro.

Organizativamente entienden que el modelo de unir los frentes, es decir, el nuevo modelo político-militar, no solo no solucionaba los problemas del modelo de frentes, sino que los aumentaba ya que al ir muy ligadas las actividades políticas y militares, el funcionamiento va a ser mucho más deficiente que hasta ahora. Es más, con este modelo la represión va a hacer más daño a la organización al estar unificados los frentes, el político y militar, lo que arrastraría a tener grandes caídas. Este sistema imposibilitaría la creación de organizaciones de masas estables debido a la represión que sufren por pertenecer a ETA.

La estructura político-militar es elitista y el aceptarla por la totalidad de la organización supondría la renuncia a participar en la legalidad democrática por lo que plantean asumir la posición de transformar toda la organización en un aparato militar único. Es decir, defienden que la lucha armada se tiene que separar de la lucha de masas para no entorpecerla.

El concepto que tienen es que ETA debe ser una organización política que ejercerá la lucha armada como método de lucha, siendo las fuerzas políticas que tengan como objetivos estratégicos la independencia, el socialismo y la euskaldunización las que ejercerán la iniciativa política entre las masas. Esto es lo que les diferencia del sector político-militar.

Para entrar en la legalidad democrática plantean que se han de articular organizaciones amplias y estables que sean capaces de elaborar un programa político y “hace un llamamiento a todas las organizaciones, grupos y personalidades de los sectores independentistas, obreros y populares antioligárquicos a buscar la unidad de acción en un frente común de cara a la posición política a tomar con respecto a la alternativa democrática”.

Por ello, la mayoría de los miembros del Frente Militar deciden separarse del “aparato de masas” para tácticamente limitar sus funciones al desarrollo de la lucha y de sus posiciones políticas, en función de la situación de cada momento. Esta separación de los organismos de masas no conlleva un alejamiento de ellos. Lo que pretenden es poner en práctica una forma nueva de relación, actividad armada-actividad de masas ya que en este momento el segmento que compone las capas populares no está en condiciones de radicalización para hacer suya la lucha armada y tampoco hay una organización preparada para afrontarlo.

El análisis que hacen de la situación política no es tan optimista como los político-militares y si bien entienden que “el fascismo agoniza a la par que Franco, aunque muy bien podría suceder que éste le sobreviviese en estado de momificación”.

Esta ruptura producida en el IV Biltzar Ttipia de ETA acelerará los acontecimientos y el grupo que se denominará ETA (político-militar) pondrá en marcha el proceso para realizar la segunda parte de la VI Asamblea.

En diciembre de 1974 se realiza una huelga de hambre por parte de los presos políticos vascos, organizada por ETA (pm)  y apoyada por ETA (m) y ETA-VI, ORT y MCE, realizándose una huelga general el día 11 de diciembre que paraliza todo Euskadi Sur. Todo esto llevará al sexto estado de excepción en abril de 1975.

Con el gobierno de Arias Navarro, la represión se canaliza de dos formas: Una es mediante una represión brutal creciendo el peso de sectores ultras y teniendo como desenlace los últimos procesos judiciales que desembocan en los fusilamientos de septiembre de 1975 y la otra es mediante la utilización de grupos parapoliciales que actúan con total impunidad atacando cualquier cosa que pueda ser progresista. La represión es tan grande que en Bilbao tuvieron que habilitar la plaza de toros como lugar de detención e interrogatorios.

La gran mayoría de la militancia de la organización se posiciona con ETA (pm), tanto entre la militancia activa, refugiados como los militantes que están presos en las cárceles del Estado español. Por el contrario, lo que se conocerá como ETA (m) es un grupo más reducido, pero más compacto.

ETA (pm) durante los primeros meses de 1975 sufre muchas detenciones, entre otros motivos debido a su nueva estructura político-militar que unifica los frentes, lo que lleva a que las caídas afecten a las dos estructuras de la organización. En julio de 1975 una de las acciones que planificaron como más importante para la organización era la fuga de la cárcel de Segovia de miembros de esta organización prevista para el 27 de julio que se vio desbarata por las caídas de comandos que tuvo en ese período, sobre todo porque en ETA (pm) había un infiltrado de los servicios secretos españoles que contribuyó a ello.

Las detenciones de miembros de ETA (pm) tienen como resultado dos consejos de guerra que el Régimen los celebra en el mes de agosto aprovechando el período vacacional para mitigar las posibles protestas que pudieran surgir, cosa que no consigue. Como consecuencia de ambos consejos de guerra dos militantes de ETA (pm) son condenados a muerte y fusilados el 27 de septiembre de 1975 (Txiki y Otaegi). En esas mismas fechas hay otro consejo de guerra en el que tres militantes del PCE (m-l) y FRAP son condenados a muerte y fusilados el mismo día.

Por lo que respecta a la actividad de ETA (m) en este período si bien en un principio era una organización más minoritaria, poco a poco se va estructurando e incorporando más militantes, continuando con el método de lucha de acción-represión-acción, atacando a miembros de los aparatos policiales y confidentes de la policía.

En el inicio, ETA (pm) arrastraba el lastre de todas las caídas que había sufrido. Unas sesenta detenciones, el 80% de la militancia y centenares de personas habían huido del interior. Lo que le obliga a coger militantes de otros sectores y realiza algunos secuestros para financiarse. Estas acciones las realizan los comandos “Bereziak” y fueron duramente criticadas por las otras organizaciones de la Izquierda Abertzale (ETA (m), LAIA, LAB y EHAS).

Es en este momento cuando en el entorno de gentes abertzales y socialistas junto con ex militantes de ETA forman en Euskadi Sur la organización EAS y en marzo de 1974 en Euskadi Norte había surgido la organización HAS. En el mes de noviembre de 1975 ambas organizaciones realizan un congreso en Pamplona para converger en una nueva organización: EHAS, que tiene la característica de ser por el momento la única organización que tiene su ámbito de acción en todo Euskal Herria (Norte y Sur).

Conclusiones

El primer lustro de la década de los 70 del siglo XX fue convulso dentro de las organizaciones que luchaban contra la dictadura. Los días del dictador llegaban a su fin, pero cosa muy diferente era el escenario que se abriría con su muerte.

Tanto en el Estado español, como en Euskal Herria se empezaban a vislumbrar diferentes ópticas de la situación, así como la estrategia a seguir en todo ese proceso y ETA no fue una excepción. Los análisis al respecto empezaban a atisbar las diferencias existentes, en algunos casos sustanciales, a la hora de definir los nuevos escenarios políticos.

Por lo que respecta a la organización ETA, además de las diferentes visiones que había en su seno, habría que añadir la dificultad añadida por su forma de organización. La estructura organizativa en diferentes frentes de lucha, totalmente alejada de la concepción clásica de partido vanguardia que era lo que predominaba en el resto de las organizaciones antifranquistas de izquierda empezaba a ser un cierto lastre en esos momentos; todo ello explica los movimientos que se vivieron en su interior y que desembocaron en diferentes crisis.

Lo que a priori se hubiera podido entender como debilidad política, analizando el contexto del momento y con la perspectiva histórica, se puede afirmar que lo sucedido en ese periodo no dejó de ser un proceso político que estaba poniendo las bases de lo que posteriormente se ha definido como izquierda abertzale y dentro de esta lo que se ha conocido como Movimiento Vasco de Liberación Nacional.

A partir de 1974, se abre un periodo en el que las diferentes organizaciones políticas surgidas del proceso vivido dentro de ETA, adoptarían sus dinámicas propias de lucha, que se reflejaría en sus formas de interpretar los diferentes acontecimientos que se vivieron a partir de 1975, con el fallecimiento del dictador y los derroteros que iba a seguir el régimen.

Como expuse en la introducción del primer artículo, la finalidad de su publicación no ha sido otra que recordar unos hechos de los que ahora se cumplen cincuenta años, que desde el punto de vista histórico podríamos decir que fueron ayer, pero totalmente desconocidos para las actuales generaciones.

 

Bibliografía utilizada:

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Sugarra aldizkaria (Revista la llama) n º1: Órgano político-formativo del partido L.A.I.A.

Varios: Clase obrera, marxismo y cuestión nacional en Euskadi, Cursos “IPES” cuaderno de formación nº 1, conferencias celebradas entre el 23 de marzo y el 3 de junio de 1980 en

[1] A partir de ahora a ETA V la denominaré ETA a secas, pues será la organización que continuará con las siglas de dicha organización.

 

[2] Langileen Alderdi Iraultzaile Abertzalea: Partido Abertzale Revolucionario de los Trabajadores.

 

[3] Zuberoa: Territorio de Euskal Herria en Iparralde o País Vasco-Francés.

[4] La organización armada que impulsa la creación del sindicato LAB es ETA Político-Militar. Posteriormente se explicará como la organización ETA se parte en dos, surgiendo ETA Político-Militar y ETA Militar producto de su división en octubre de 1974.

[5] Milis: Termino que se utilizaba en la época para denominar a ETA militar o ETA (m).

 

[6] Polimilis: Termino que se utilizaba en la época para denominar a ETA político-militar o ETA (pm).

 

[7]  Hay que recordar que en la pre-asamblea de octubre de 1972 se habían fusionado el Frente Obrero y el Frente Cultural

1974: Convulsión y rupturas en ETA (1ª parte)

1974: Convulsión y rupturas en ETA (1ª parte)

Introducción

En la historia reciente de Euskal Herria hubo varios episodios que sucedieron en un breve espacio de tiempo, que si bien en aquel momento no dejaron de ser situaciones frecuentes que se daban en las organizaciones que luchaban en la clandestinidad contra la dictadura franquista, pasadas unas décadas se puede afirmar que tuvieron una influencia decisiva en lo que fue a partir de entonces el devenir de la política vasca y los caminos que recorrieron las diferentes sensibilidades de la izquierda abertzale. Todo ello sucedió a lo largo de 1974, ahora hace cincuenta años.

Si 1973 fue el año que catapultó a la organización ETA a nivel internacional, gracias al atentado más importante desde su nacimiento, volar el coche del presidente del Gobierno español y mano derecha del dictador, 1974 pasó a ser el año en el que las disensiones internas que arrastraban desembocaron en varias escisiones, pero, sin duda alguna, una de ellas marcaría la historia, no solo de ETA, sino de lo que conocemos como Izquierda Abertzale.

Este texto, dividido en dos partes, no pretende ser un análisis profundo de ese periodo de la historia, más bien se limita a realizar un pequeño repaso de las experiencias ideológicas y políticas que se dieron en el espacio político de lo que posteriormente se ha conocido como izquierda abertzale; unas pinceladas que puedan servir para desempolvar aquellos años y para quienes estén interesados puedan profundizar en su estudio.

Antecedentes

A lo largo de su historia, ETA ha estado inmersa en tensiones internas que en muchos casos desembocaron en importantes crisis internas. Gran parte de ellas tenían su origen en divergencias ideológicas, pero otras eran producto de diferencias organizativas. Todo ello se debía a diferentes factores, pero la inmensa mayoría de ellos tenían un denominador común: ETA era una organización en continuo movimiento, no se podía asemejar a ninguna de las organizaciones que luchaban contra la dictadura. Su estructura y sus dinámicas inspiradas en los movimientos de liberación nacional del Tercer Mundo en su lucha contra el colonialismo; no se parecía en nada a las organizaciones clásicas que estaban en el exilio y/o se movían en la clandestinidad. ETA era una organización estructurada en cuatro frentes (político, cultural, obrero y militar).

La última gran crisis que vivió en su seno no estaba muy lejos en el tiempo, habría que poner la mirada en 1970 y el cisma que se produjo en su seno con la celebración de la VI Asamblea, cónclave que no fue reconocido por parte de la militancia; todo ello desembocó en la existencia de dos organizaciones que compartían las mismas siglas: ETA, pero que para diferenciarlas eran conocidas por la asamblea en la que fundamentaban su legitimidad, lo que se traducía en que una fuese conocida como ETA V Asamblea y la otra como ETA VI Asamblea.

1974: Convulsión y rupturas en ETA-Primera Parte
Zutik 55 enero de 1973 de ETA VI (Wikimedia Commons)

El paso del tiempo y la actividad de ambas organizaciones llevó a que la que era conocida como ETA V Asamblea pasase a ser la heredera de las siglas, para finalmente ser denominada como ETA, sin ningún añadido. Por el contrario, ETA-VI fue encaminándose a transformarse en una organización de corte marxista-leninista clásico, un partido vanguardia; después de algunas diferencias internas que se solventaron con una escisión, el sector mayoritario, conocido como Mayos, entró en un proceso de convergencia con la organización LCR, por lo que durante un tiempo fueron conocidos como LCR-ETA VI, para finalmente suprimir las siglas de ETA VI y denominarse únicamente LCR.

1974: Convulsión y rupturas en ETA-Primera Parte
Cartel de LCR-ETA VI

Eran tiempos convulsos, a la represión desatada por el régimen franquista, había que añadirle los innumerables debates ideológicos que se daban en todas las organizaciones políticas. Todavía estaba cercano el Mayo francés, hecho que influyó en muchas organizaciones de la época.

Evolución de ETA V

En octubre de 1972 ETA V realiza una segunda pre-asamblea o asamblea de cuadros. En esta reunión acuerdan fusionar el Frente Obrero y el Frente Cultural, pasándose a llamar únicamente Frente Obrero.  En esta pre-asamblea surge una nueva corriente, autónoma o ácrata, siendo su cabeza visible el histórico militante Emilio López Adan, Beltza.

Es una época en el que las tensiones entre el Frente Militar (FM) y el Frente Obrero (FO) son continuas. Las causas se debían a que partiendo de la base que la necesidad de la lucha armada no era cuestionada por nadie en la organización, debido a que las acciones armadas que habían realizado en los dos últimos años habían reforzado la imagen de ETA, sin embargo, el problema estribaba en cómo organizar el incremento de apoyo social que se estaba dando.

Al crecer la militancia de la organización, la mayor parte de esa militancia entraba a formar parte del Frente Obrero. Eran personas que se comprometían pero que no realizaban acciones armadas. Pero el grado de represión había aumentado muchísimo desde el Proceso de Burgos, lo que originaba muchas detenciones y caídas en dicho frente. No hay que olvidar que el Régimen quería evitar otro proceso judicial al estilo del Proceso de Burgos que se le pudiera ir de las manos, por lo que en este período se producen un elevado número de muertos por parte de militantes de la organización, ya que los sectores más duros de los aparatos del Estado querían demostrar mano dura ante la opinión pública.

Todos estos problemas que arrastraba la organización armada le exigían fijar unas bases de actuación política y armada. Por ello convocan la VI Asamblea, pero unos meses antes, en concreto en mayo de 1973, se produce una reunión del Biltzar Ttipia (Comité Ejecutivo) en la localidad madrileña de Getafe para intentar superar las diferencias existentes entre el Frente Militar y el Frente Obrero aunque el problema no quedó superado. De esta reunión sale un comunicado que ETA difunde al pueblo vasco.

1974: Convulsión y rupturas en ETA-Primera Parte
Zutik nº 57 de ETA V Asamblea

Los aspectos más importantes de este comunicado son los siguientes: La lucha armada es “la forma suprema de la lucha de la clase trabajadora”, la cual tiene dos aspectos: “a nivel táctico, potenciar y apoyar la dinámica de masas que desarrollamos la clase trabajadora y el resto de nuestro pueblo” y a nivel estratégico para dotar de un dispositivo armado a la clase trabajadora y clases populares vascas para derrocar e inutilizar las fuerzas represivas del régimen y en el marco ideológico, la organización armada da una explicación-definición de independentismo socialista: “Una independencia separatista con respecto al imperialismo y los Estados capitalistas español y francés, e independencia-unionista con respecto a todos los pueblos del mundo en especial con nuestros vecinos inmediatos. Independencia quiere decir pues, creación de un sistema social vasco completamente dirigido por nuestro Pueblo, en el que el grado de compromiso de unidad con los Pueblos vecinos sea función del momento histórico; somos partidarios de la abolición de las fronteras cuando no haya condiciones para que un hombre explote a otro ni que un pueblo oprima a otro. Nuestra lucha está concebida dentro de la unidad de los trabajadores del todo el mundo y en función de los intereses de la Revolución Socialista”.

En esta situación de tensión entre ambos frentes ETA V llega a su VI Asamblea.

VI Asamblea de ETA V

En primer lugar, hay que recordar que ETA V no reconoce la legitimidad de la VI Asamblea celebrada en verano de 1970 que dio origen a ETA VI por lo que para ellos esta es su verdadera VI Asamblea que celebra su primera parte en agosto de 1973 en Hazparne (Lapurdi)[1].

Las diferencias entre los militantes de ambos frentes se centran por un lado en cuestiones organizativas e internas; el Frente Obrero rechaza que para acceder a los puestos de dirección sea obligatorio saber euskera ya que había muchos miembros de este frente que no podrían optar a cargos de responsabilidad. Criticaba que no se veían representados lo suficientemente en los órganos de dirección de la organización, en concreto, en el Biltzar Ttipia (Comité Ejecutivo); y en la política de alianzas: El FM propugna que solo se lleguen a acuerdos con otras organizaciones vascas y el FO quiere libertad de acción ya que su planteamiento es llegar a acuerdos con otras organizaciones de izquierda del Estado español.

ETA aprueba un documento no muy extenso en el que recoge su línea ideológica, el documento se titula Por qué estamos por un Estado Socialista vasco”. Es un texto en el que no entran en la dinámica de grandes discursos teóricos. Si comparamos este documento con el Zutik nº 55 que publica ETA VI en marzo de 1973 con motivo de la 2ª parte de su VI Asamblea, la conclusión que podemos obtener es que el documento de ETA VI es de un gran desarrollo y profundidad teórica en contraposición con el documento aprobado por ETA V que es mucho más sencillo, pero más accesible a las bases y los sectores de la población cercanos ideológicamente. Sin ser extenso, desarrolla y profundiza en las motivaciones que llevan a la organización ETA V a apostar por la construcción de un Estado Socialista Vasco. Con este documento ETA V pone de manifiesto las diferencias ideológicas que mantiene con ETA VI.

Así define la organización armada los objetivos que persigue:

“Nuestro objetivo fundamental es la creación de un Estado Socialista Vasco dirigido por la clase trabajadora de Euskadi como instrumento para alcanzar una sociedad vasca sin clases, una Euskadi auténticamente comunista; como instrumento -en suma- para nuestra total e íntegra liberación como trabajadores”.

En este documento la organización armada conjuga la lucha de liberación nacional del pueblo vasco con la lucha social para la consecución de una sociedad socialista y la enmarcan

“desde una perspectiva revolucionaria de clase, desde la perspectiva más consciente y auténticamente revolucionaria: la comunista”.

Profundiza en los motivos por los que se posicionan en favor de la independencia y la argumentación gira en los planos étnico y cultural. Hay que tener presente que en estos momentos la izquierda del Estado español tiene unas posiciones un tanto ambiguas respecto del problema vasco[2].

“En el plano nacional, luchamos por la liberación de Euskadi desde una perspectiva independentista; lo que ciertamente nos distingue de muchas organizaciones socialistas […] Nosotros no somos independentistas porque creamos que españoles o franceses nos roban dinero y lo mejor de nuestra juventud y busquemos edificar una sociedad vasca opulenta, ni porque los vascos seamos superiores y no nos convenga tener contacto alguno con maketos[3], belarrimotzas[4] o cosas por el estilo, ni condicionados por el odio étnico que España y Francia nos tienen […] si éstas fueran las únicas razones […] nos opondríamos con todas nuestras fuerzas a tal reivindicación por burguesa, racista y cabalmente reaccionaria. Nosotros somos independentistas porque creemos que nuestro problema como trabajadores vascos, nuestro problema como clase explotada en un contexto de pueblo nacionalmente oprimido, no puede solventarse dentro del marco español o francés […] Solo un Poder Político Independiente en nuestras manos, es decir, sólo un Estado Socialista Vasco podrá garantizar la resolución de la otra cara del problema, nuestra liberación como miembros de una comunidad nacional oprimida: Euskadi”.

Para ETA V, por un lado, el problema vasco desborda los marcos estatales español o francés al englobar un territorio que está dentro de dos estados diferentes, pues en ambos casos, existe una franja de territorio vasco que queda fuera de sus respectivos dominios y, por otro, “el problema cultural del Pueblo Vasco no puede ser resuelto desde una perspectiva no vasca; aunque pretendidamente internacionalista”.

Para ETA las vanguardias españolas únicamente contienen “soluciones parciales e incompletas que -si bien a ellas les parecen satisfactorias- nos conducirían inevitablemente a la diglosia”.

En este documento los militantes de ETA se definen de forma expresa como comunistas, pero la organización armada sigue definiéndose como organización socialista sin posicionarse en ninguna tendencia dentro del socialismo.

como revolucionarios comunistas que somos, luchamos contra toda opresión; luchamos pues contra la opresión nacional. Y, por ello mismo, estamos por la independencia de Euskadi, por un Estado Socialista Vasco”.

De hecho, en este documento la organización armada encuadra al Estado Socialista Vasco como un paso transitorio hasta la consecución de la sociedad comunista. No deja de ser una etapa hasta la consecución una sociedad mundial sin clases. Lo que Marx y Lenin definían como la extinción del Estado[5].

El Estado Socialista Vasco -por fin- no tendrá una existencia perpetua: lo necesitaremos únicamente mientras estemos empeñados en la resolución de nuestro problema nacional y en la reconstrucción económica y social de Euskadi Norte. Una vez cumplidas estas tareas, la existencia de un Estado autónomo para el Pueblo Vasco habrá dejado de tener sentido. A consecuencia de ello, en tal momento nuestro deber internacionalista será unirnos en pie de igualdad con todos los pueblos y proletarios del mundo -comenzando por los más próximos- para proseguir la edificación de la sociedad comunista”.

Por el contrario, el gran problema de ETA V es que no está sabiendo articular organizativamente el aumento de su base social y las tensiones entre los dos frentes serán continuas. Estos problemas que la organización arrastra desde que en la V Asamblea aprueba el modelo frentista y que en algunos momentos generan fricciones profundas son dejados para debatirlos en la 2ª parte de esta VI Asamblea. El problema de ETA es que al ser un Movimiento de Liberación Nacional en el que abarca todos los frentes en la lucha contra el franquismo, una de las dificultades más importantes es que no todos los frentes llevan las mismas dinámicas a la hora de trabajar y algunos frentes tienen el hándicap de verse limitados en su trabajo político porque la organización tiene, entre otros, como método la utilización de la lucha armada que condiciona al resto de los frentes.

1974: Convulsión y rupturas en ETA-Primera Parte
Zutik nº 64 de mayo de 1974 de ETA

El 20 de diciembre de 1973 el Comando Txikia realiza el atentado contra Carrero Blanco. Una operación cuyos preparativos y seguridad fueron cuidados al máximo por la dirección de la organización, hasta el extremo que no todos los miembros de la ejecutiva de la organización tenían conocimiento de la acción que estaba preparando un comando en Madrid.

En contraposición al éxito que tiene ETA en el ámbito operativo, el gran problema de la organización armada es el adecuarse a la nueva situación política ya que en estos momentos tiene dificultades para tener una organización de masas que esté enraizada en el tejido socio-político. Todo esto llevará a vivir unas tensiones importantes en el Frente Obrero de ETA, que se traducirá en el abandono de la mayor parte de la militancia de este frente, dando origen al nacimiento del primer partido político dentro del espacio de la izquierda abertzale, LAIA (Langileen Alderdi Iraultzaile Abertzalea)[6].

La segunda parte de este trabajo se centrará en la crisis surgida dentro del Frente Obrero, el nacimiento de LAIA y la posterior crisis internar en ETA, que dio origen al nacimiento de dos nuevas organizaciones producto de la ruptura interna en la organización: ETA militar y ETA político-militar.

1974: Convulsión y rupturas en ETA-Primera Parte
Zutik nº 52 de ETA V Asamblea

Bibliografía utilizada:

Apalategi, Jokin: Los vascos, de la nación al Estado, Astero. Título original: Nationalisme et question nationale au Pays Basque: 1830-1976-PNB, ETA, Enbata…”.

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Forest, Eva. Operación Ogro (Como y por qué ejecutamos a Carrero Blanco), Argitaletxe HIRU, Hondarribia, 2ª Edición, 1993

Giacopuzzi, Giovanni: ETA. Historia política de una lucha armada 2ª parte, Txalaparta, Tafalla, 4ª edición, 2001.

Giacopuzzi, Giovanni: ETA pm. El otro camino. Txalaparta, Tafalla, 1997.

Letamendia Belzunce, Francisco (Ortzi): Historia de Euskadi. El Nacionalismo y ETA, Ruedo Ibérico, 1977.

Varios: Clase obrera, marxismo y cuestión nacional en Euskadi, Cursos “IPES” cuaderno de formación nº 1, conferencias celebradas entre el 23 de marzo y el 3 de junio de 1980 en Bilbao.

 

[1] Lapurdi: Territorio de Euskal Herria situado en Iparralde o País Vasco-Francés.

 

[2] Recordar que tanto la escisión de ETA Berri que en este momento se denominan Komunistak como ETA VI entienden que la opción independentista es contrarrevolucionaria y pequeñoburguesa.

 

[3] Maketo: Término despectivo que se utilizaba para denominar a las personas que emigraron de otras zonas a Euskadi.

 

[4] Belarrimotza: Término despectivo a veces utilizado para referirse a las personas no originarias del País Vasco (en este sentido acepción similar a la de maketo) o que no conocen el euskara.

 

[5] Marx y Lenin teorizan sobre este tema en varias de sus obras. Una de las más importantes es el Estado y la Revolución de Lenin en la que analiza las teorías de Marx sobre esta cuestión refutando las interpretaciones que de Marx realizan algunos líderes de la II Internacional.

 

[6] Langileen Alderdi Iraultzaile Abertzalea: Partido Abertzale Revolucionario de los Trabajadores.

El PNV: perejil para la ultraderecha

El PNV: perejil para la ultraderecha

La injerencia de los países occidentales en la política interna de terceros países no deja de ser una constante. No renuncian a seguir tuetelándolos, como si a día de hoy Occidente siguiera siendo la metrópoli y el país en cuestión una colonia. En estos momentos uno de los países que se lleva la palma no es otro que Venezuela. En lo que concierne al Estado español, el grado de intromisión es tal, que ha pasado a formar parte de la política interna y es motivo de debates en el Congreso ¿Se imagina alguien que en el Congreso de los diputados se debatiera acerca de la calidad democrática de las elecciones en los EEUU o en Turquía? No, pero si es Venezuela todo vale.

En ese contexto, las diferentes familias de la ultraderecha española lo están utilizando como un recurso más en su pugna por desgastar al gobierno del PSOE-Sumar. Y en todo ese bombardeo, le ha faltado tiempo al PNV para entrar en ese barro, cosa que a algunos bienintencionados les ha dejado algo descolocados, pero si uno escarba un poquito, la estrategia del PNV en absoluto es fruto de la casualidad. Por detrás de todo ello hay una línea ideológica y política que perdura en el tiempo, aunque no saque el mismo ruido que la ultraderecha, y no es otra que la defensa de la  oligarquía venezolana y estar al servicio de las políticas atlantistas.

PNV: el perejil de la ultraderecha
Santiago Abascal (Wikimedia Commons9

Sin embargo, en esta ocasión el PNV ha ido demasiado lejos. Su defensa de los intereses de las élites venezolanas, con la excusa de que muchos de ellos son descendientes de vascos, recurso que tiene poco o nulo recorrido, le ha llevado a ir de la mano de Abascal, Ortega Smith y Cayetana Álvarez de Toledo, es decir, lo más casposo y ultra de la política española.

La actitud de los jeltzales sencillamente no tiene un pase. En todo el proceso electoral que se ha vivido en Venezuela los de Sabin Etxea no han respectado ni la soberanía, ni las resoluciones de las diferentes instancias jurídicas de este país; han dado por buenos unos resultados, sustentados en unas actas que posteriormente hemos sabido que eran falsas, hasta el extremo que el candidato opositor, Edmundo González se ha desvinculado de ellas ¡vaya tufo!

Actuando de esa forma, la cuestión es sencilla: cómo se va a poder tomar en serio al PNV cuando habla de pedir la soberanía para Euskal Herria, cuando no respeta la soberanía de un Estado que es independiente y con asiento en diferentes organismos internacionales, como la ONU. Parece que han olvidado que el libertador de Venezuela, Simón Bolívar, tiene sus raíces en Euskal Herria. Esta actitud del PNV no deja de ser una tomadura de pelo. Esto no va de defender o atacar a Maduro, va de respetar a un país soberano. Y si todo esto es grave, aún lo es más el hecho que en toda esta cacería en contra de las autoridades venezolanas, vaya de la mano de los partidos de ultraderecha españoles, los mismos que niegan la soberanía del pueblo vasco para decidir su futuro.

PNV: el perejil de la ultraderecha
Margarita Robles junto al Secretario de Defensa de EEUU (Wikimedia Commons)

Hay que decir que la actitud de su socio de gobierno en Ajuria Enea es infumable, decidiendo dar asilo político a una persona sobre la que hay una acusación formal de las instituciones judiciales venezolanas por una serie de cargos, y no digamos, la de la ministra Margarita Robles, la más ultra del gobierno, que llama dictador a Maduro. Pero el PNV ha decidido ir más lejos y se ha unido a la ultraderecha española para dar un paso que ni la UE se ha atrevido a dar, como es el reconocer a Edmundo González como presidente legítimo de Venezuela. Y curiosidades de la vida, la votación en el Congreso se ha celebrado un 11 de septiembre, aniversario del golpe de Estado contra Salvador Allende en Chile, y votando de la mano de quienes han blanqueado durante décadas la dictadura de Pinochet. Esa ultraderecha española que aplaudiría una intervención de militar en Venezuela por parte de alguna potencia de la región. Esto es lo que ocurre en política, que hay que saber elegir los compañeros de viaje.

Por cierto, si tanto le preocupa al PNV los descendientes de vascos, podían poner el foco en la Argentina de Milei, donde muchos de ellos están viviendo una situación social que es insostenible.

La ultraderecha española llevaba semanas cocinando este potaje y sólo le faltaba ponerle el perejil para rematar su guiso, pero ha llegado el PNV y lo ha puesto sin que nadie se lo haya solicitado. Se ha apuntado a la fiesta y, claro, los organizadores encantados de haberse conocido. Lo que habrán pensado es que ya falta menos para volver a reeditar un nuevo trifachito ¡Al tiempo!

El botín: la novela social de Julián Zugazagoitia

Julián Zugazagoitia y su novela el botín. Un exponente de la novela social del siglo XX

Hoy voy a desempolvar a un escritor que fue uno de los exponentes de la novela social en los años veinte del siglo XX. El escritor en cuestión no es otro que Julián Zugazagoitia (1899-1940), periodista y escritor vocacional, pero, sin duda alguna, más conocido por su actividad política dentro del socialismo vasco de las primeras décadas del siglo XX.

Su actividad periodística estuvo íntimamente ligada a su militancia socialista; dirigió el semanario La Lucha de Clases (años veinte) y el periódico El Socialista (1931-1937), siendo asiduo colaborador del periódico El Liberal de Bilbao, donde Indalecio Prieto desempeñó varios papeles importantes. En su faceta como escritor, fue autor de varios libros, donde destaca la biografía de Pablo Iglesias, las memorias de Tomás Meabe, así como varias novelas, entre las que se encuentran Una vida anónima (1927), El botín (1929) y El asalto (1930), siendo estas una muestra de la novela social de la época.

El botín
Julián Zugazagoitia

De entre todas ellas, hoy voy a destacar la novela El botín, que en noviembre de 2023 volvió a ser reeditada a cargo de la editorial Txalaparta, y sobre la que va a versar mi comentario.

“El botín” nos trasladará a la tumultuosa segunda década del siglo XX. A nivel mundial, la Gran Guerra era la que acaparaba todas las portadas, y en lo concerniente a los asuntos domésticos, a lo largo de la obra predominará la situación social que se vivía por entonces, la conflictividad existente que desembocó en la huelga revolucionaria de 1917 y la posterior despiadada represión. Eran los vientos que recorrían la vieja Europa, daba la sensación que todo ello no dejaba de ser un presagio de lo que se iba a vivir en la Rusia revolucionaria y bolchevique, aunque en este caso con victoria de la clase trabajadora. Y toda la novela está ambientada en el Bilbao de la época, el de las grandísimas desigualdades existentes, con una oligarquía incrementando sus riquezas de forma exponencial a costa de la miseria en la que vivía la clase trabajadora y campesina. Se podría decir que algunos parámetros poco han variado.

Zugazagoitia sostiene su novela en varios pilares. En el plano socioeconómico, el autor nos mostrará una sociedad vasca que había vivido una tremenda transformación; los rescoldos de la última guerra carlista, y el proceso de industrialización salvaje, trajeron consigo la aparición de nuevas clases sociales: por un lado el surgimiento de una oligarquía a costa de la explotación de una clase social hasta entonces desconocida por estas latitudes: el proletariado, en su inmensa mayoría proveniente de otros lugares del Estado, mano de obra imprescindible y barata para el florecimiento de los negocios de la oligarquía. En este contexto, el autor nos muestra la llegada de una ideología propia de lugares industrializados: el socialismo y la lucha por la mejora de las condiciones de vida de la clase trabajadora. Pero el autor también expondrá que la frustración que conllevó la última derrota carlista desembocaría en el surgimiento de una nueva ideología: el nacionalismo vasco, que veía en la naciente oligarquía la responsable de los males del País; era la enemiga de Euskal Herria, expoliaba sus riquezas, traía mano de obra de otros lugares, abocando a la población de las zonas rurales a la pobreza, y traía consigo la pérdida de la identidad nacional y cultural del pueblo vasco. En la novela podemos observar cómo dos ideologías que en aquel momento eran totalmente antagónicas (socialismo y nacionalismo) compartían un mismo enemigo: la oligarquía. Todavía no había llegado la época en la que se conjugaran ambas variables.

La cuestión religiosa y lo que representaba en la sociedad de la época será otro pilar fundamental sobre el que se sustentará esta obra. El autor, a través de los diálogos del protagonista y sus soliloquios, se servirá para realizar una crítica a lo que representaba la religión en un contexto social en el que la respuesta que esta ofrecía a las clases más desfavorecidas ni daba soluciones ni aportaba absolutamente nada para redimirla de la explotación a la que se veían sometidas; contrapone la justicia social frente a la caridad religiosa. Pero Zugazagoitia va más allá, al profundizar en cuestiones como la existencia de Dios y lo que representaba. Es aquí donde el autor nos ofrece su visión más profunda acerca de la religión.

Zugazagoitia nos irá haciendo un retrato de ese Bilbao producto de la industrialización, caracterizado por el choque entre las diferentes clases sociales y cuyo eje vertebrador era la Ría que le daba dinamismo. No es que en esa descripción salga mal parada la Villa, sencillamente nos muestra tal y como era, una ciudad áspera, que en las últimas décadas había experimentado una grandísima transformación; el surgimiento de las grandes industrias y con ello los nuevos barrios obreros, consecuencia de la llegada de trabajadores de otros lugares, en contraposición con el Bilbao burgués, que se extendía por el Ensanche de la Villa. En este contexto, el autor realiza una crítica a la sociedad bilbaína, donde dominaba esa oligarquía que predicaba los valores cristianos, mientras se enriquecía gracias a la guerra que asolaba Europa y la explotación de la clase trabajadores; y como no podía ser de otra forma, eran los mejores clientes de los burdeles de la Villa. Sin lugar a dudas, la novela describe esa hipocresía, y en ese contexto el autor analiza el tema de la prostitución en la época.

En la novela hay dos últimas cuestiones que no quisiera pasar por alto. La primera es que el autor, a lo largo de la narración,  transmite con dosis de gran realismo, lo que supuso la huelga revolucionaria de 1917, y los métodos que utilizaron los dirigentes obreros para que pudiera triunfar. Para quien desconozca la historia de la época, probablemente al leer el libro le pueda llamar la atención, pero así sucedía, las organizaciones obreras, a la hora de defender los intereses de la clase trabajadora, no se perdían en interminables debates, eran gentes de acción. La explotación y represión que sufrían solía generar una respuesta directa, en la que el choque estaba garantizado, reivindicando como legítima la utilización de la violencia revolucionaria. Esas organizaciones todavía no habían sido asimiladas por el sistema. El sólo hecho de recordarlo a día de hoy y mirar cómo está el patio en las organizaciones herederas de aquellas de principios del siglo XX, uno no puede evitar esbozar una cierta sonrisa irónica.

La segunda cuestión que quisiera resaltar, y en la que me sucede una sensación similar a la anterior, la encuentra el lector en unos pasajes de la novela, en los que algunos dirigentes del socialismo vasco estando en un trance delicadísimo, debido a la represión que estaban sufriendo, reciben la ayuda del campesinado vasco, ideológicamente enclavado en el nacionalismo vasco y que era blanco de las críticas en la prensa socialista, aquella en la que Zugazagoitia desarrolló gran parte de su carrera periodística. La pregunta que uno se puede plantear es si el socialismo vasco de la época había iniciado una evolución, arrinconando algunos postulados en los que eran más afines al nacionalismo español, pues algunos artículos que se podían encontrar en el semanario La Lucha de Clases eran de lo más incendiaros hacia el euskera, la cultura vasca y las reivindicaciones políticas del nacionalismo vasco de la época, estando más en sintonía con los postulados políticos de la derecha española o, por el contrario, se debe a que Zugazagoitia iba un paso por delante de sus compañero de partido e ideología.

Para finalizar, comentar que es una novela de lectura rápida. Sus algo más de 300 páginas, están divididas en cuatro partes, en la que podemos encontrar algunas ilustraciones a blanco y negro de la época y en la que los personajes que le dan vida están muy bien caracterizados por Zugazagoitia en el papel que cada uno representa.

 

El botín

Pablo González. Su libertad es una victoria

Pablo González. Su libertad es una victoria

La liberación de Pablo González ha sido sin duda alguna, junto a la de Julian Paul Assange, la mejor noticia en mucho tiempo para los defensores de la libertad de comunicación, expresión y los DDHH. Pero dicho esto, también tiene sus sombras y su cara más rancia, que no es otra que la forma en la que se ha producido su liberación, poniendo fin al secuestro al que estaba sometido por parte del Gobierno polaco desde hace casi dos años y medio. Y es que no cabe la menor duda que esta no era la forma en la que Pablo hubiera querido obtener la libertad.

Pablo González. Su libertad es una victoria
Cartel reclamando la libertad de Pablo González

Tanto él, como su familia, en todo momento han luchado para lograr su libertad como consecuencia de la celebración de un juicio con todas las garantías, en el que hubiera podido defenderse y quedase clara su inocencia, porque no hay que olvidar que Pablo no la tenía que demostrar, puesto que la carga de la prueba recaía en todo momento sobre el gobierno polaco, quien debía de probar las acusaciones por la que fue encarcelado y sobre las que nunca presentaron una sola prueba. Todo quedaba en acusaciones con un tono de gran gravedad, pero que no pasaron de ser una mera teatralización ante los medios de comunicación, todo ello para justificar su encarcelación.

A lo largo de estos casi dos años y medio ha reinado el secretismo y el silencio por parte de las autoridades polacas, y ante esa actuación, la actitud del Gobierno español y de las instituciones de la UE no han destacado por preservar los derechos de sus ciudadanos, pues no olvidemos que Pablo González tiene doble nacionalidad: española y rusa. La primera al ser un nieto de los niños de la guerra que fueron llevados a la URSS, y la rusa, porque nació en ese país. Y ninguna institución ha hecho nada para preservar sus derechos. El gran delito de Pablo no ha sido otro que tener la nacionalidad rusa, pues ese dato es el que de forma machacona se ha repetido en innumerables ocasiones tanto por el Gobierno polaco como por los medios de comunicación, cuando se trataba el tema de su encarcelación; la posesión de un pasaporte ruso convertido en prueba acusatoria, la Inquisición del siglo XXI en estado puro.

En este contexto de atropello jurídico, hay que añadir las condiciones inhumanas en las que se ha encontrado encarcelado, y las consecuencias se resumen en que todavía se encuentra ingresado en un hospital de Moscú, debido a un problema que le han detectado en el pulmón. Este es el trato que ha recibido un ciudadano comunitario en una prisión de un país que pertenece a la OTAN y a la UE. No es que por ser comunitario deba de tener mejor trato, porque debería de ser igual para cualquier ser humano, pero el hecho que sea ciudadano comunitario  obliga al país donde se ha producido la detención a seguir un protocolo, cosa que en el caso que nos ocupa no se hadado en ningún momento. Todo ello nos muestra en qué contexto se produjo su detención y su posterior encarcelamiento.

En todo este proceso de liberación, a día de hoy, hay muchas preguntas que siguen en el aire, entre otros motivos, porque durante todo el tiempo que ha durado su encarcelamiento, en Occidente se impuso el silencio en todo este tema, con el apoyo mediático de la inmensa mayoría de los medios de comunicación, que han seguido a pies juntillas las directrices que recibían desde los gobiernos español y polaco por un lado, y de las organismos y organizaciones internacionales, véase UE y OTAN, pero sobre todo, de esta última, pues no deja de ser la que está liderando la ofensiva en todos los ámbitos en la guerra de Ucrania, y la guerra mediática e informativa es un espacio tan importante como el militar. En este contexto, en el que el Gobierno polaco no presentó ni una sola prueba ni fue capaz, en más de dos años, de realizar un juicio con garantías, estamos asistiendo a un bombardeo mediático en el que están apareciendo informaciones en las que se está acusando a Pablo González de ser expía de Rusia, pero sin aportar ni una sola prueba, puro trabajo de intoxicación mediática. Lo que no han logrado por la vía judicial, lo quieren conseguir a través de los medios de comunicación. No hay que ser muy avispado para saber quién está detrás de toda esta campaña. El hecho que tras su liberación haya sido recibido por Putin, como el resto de las personas que llegaron a Moscú como consecuencia del intercambio de presos, les ha servido como munición para escribir todo tipo de comentarios y elucubraciones sin ningún rigor, pero para poco más, sencillamente, una cortina de humo con poco recorrido.

Pablo González. Su libertad es una victoria
Concentración ante el Ministerio de Asuntos Exteriores en Madrid

Durante estos dos años y cinco meses, hemos visto que el Gobierno español no es que se haya puesto de perfil, sino que no se ha preocupado por un ciudadano con pasaporte español; en ningún momento ha exigido a las autoridades polacas que presentaran pruebas y que celebrasen un juicio lo más rápidamente posible y con garantías. Por el contrario, ha hecho seguidismo del gobierno polaco, cosa muy diferente de otros casos de ciudadanos del Estado español que han sido detenidos en el extranjero. La comparación ha sido sencillamente escandalosa y humillante para Pablo y su familia. El Ministerio de Asuntos Exteriores, con su titular a la cabeza, ha sido una marioneta de la OTAN y EEUU, ha hecho dejación de la soberanía a la hora de defender los derechos de un ciudadano con pasaporte español que estaba realizando una labor de comunicación en otro país de la UE y la OTAN, y en ningún momento ha exigido un juicio rápido y con garantías; ha sido incapaz de exigir la aplicación de la legislación europea para casos de ciudadanos de la UE encarcelados en un país miembro. Y todo ello ha sucedido en un Estado, cuyo funcionamiento de la justicia ha sido cuestionado y sancionado nada más y nada menos que por la UE, la misma que desde un tiempo a esta parte ha entrado en una deriva de blanqueamiento de la ultraderecha europea ¡Cómo tiene que ser el nivel de la justicia en Polonia para recibir un rapapolvo de Bruselas!

Pablo González. Su libertad es una victoria
Concentración ante el consulado de Polonia en Madrid

Pero si lo expuesto hasta aquí es muy grave, esto se incrementa con las declaraciones de Pablo González, en las que ha manifestado que ha sufrido torturas y que le indujeron al suicidio. Ante esta situación, el Gobierno español, a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, está tardando en abrir una investigación para exigir responsabilidades en este asunto, de lo contrario, quedará en evidencia que en todo esto no ha dejado de ser un títere de los EEUU y la OTAN, haciendo dejación de su soberanía. Y todo esto con un gobierno que dice ser progresista.

Siendo conscientes que a lo largo del proceso que se ha seguido en la liberación de Pablo, ha predominado el silencio y la discreción al ser un tema muy delicado en el que el intercambio de prisioneros ha sido el más grande desde 1985, todavía quedan muchas cuestiones por aclarar. Hasta ahora lo poco que tenemos claro es que la negociación ha sido liderada por EEUU por parte de la OTAN y que las negociaciones se han prolongado durante muchos meses. En todo esto el Estado español no ha pintado nada y Polonia tampoco parece que haya tenido un gran protagonismo en todo este proceso. Ello hace pensar que el motivo por el que no se ha celebrado su juicio es, sencilla y llanamente, porque para el Gobierno polaco, para EEUU y la OTAN era una valiosa moneda de cambio en esas negociaciones.

Con la liberación de Pablo González, el Gobierno polaco se ha quitado una patata caliente, porque el tiempo avanzaba y en ningún momento se vislumbraba que presentaran alguna prueba. Lo único que hacían era prorrogar su estancia en prisión, por lo que una de las conclusiones que se podrían entresacar es que mientras durase el conflicto ucraniano, Pablo se había convertido en un rehén en manos de un país de la OTAN, para lograr utilizarlo en las negociones anteriormente mencionadas.

Pablo González. Su libertad es una victoria
Cartel reclamando la libertad de Pablo González

Sin lugar a dudas, el infierno que ha pasado Pablo González ha tocado a su fin, pero toda esta pesadilla finalizará cuando pueda recibir un merecido ongi etorri en Nabarniz, rodeado de su familia y amigos.

Pablo González. Su libertad es una victoria
Pablo González

El pueblo es quien más ordena

El pueblo es quien más ordena

Siempre he mirado a Portugal con cariño y admiración, porque un pueblo que hace la revolución se merece eso y algo más. Ni vinieron de fuera para liberarles del fascismo, ni el dictador se les murió en la cama. Y para realzar su gesta, uno de los actores principales fueron los militares demócratas, algo que no se ha visto en otras latitudes.

La Revolución de los Claveles  1974-1975 fue una experiencia única en el continente europeo, la última revolución, donde el ejercicio de la democracia participativa llevó al pueblo a logros impensables, cómo la propiedad común de los medios fundamentales de producción social, pero, sobre todo demostró que hay alternativa al capitalismo.

El movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) eligió la canción Grândola, Vila Morena, compuesta por José “Zeca” Afonso, como señal para el levantamiento contra la dictadura salazarista. En ella hay una frase que dice “O povo é quem mais ordena” (El pueblo es quien más ordena), que se convirtió en consigna y ahora da título a un libro cómic que Raquel Varela y Robson Vilalba han publicado en marzo de 2024 (Editorial Txalaparta)[1].

El pueblo es quien más ordena
Revolución de los Claveles (Wikimedia Commons)

El relato de este cómic nos llevará al Portugal de los años 60 y 70, los últimos años del Estado Novo, nombre que dieron al régimen dictatorial fascista que había en este país, y lo hará de la mano de un joven, José, que desde pequeño vive de primera mano la situación que sufre el pueblo, las penalidades por las que pasaba, el alto precio en vidas que pagaba para que la dictadura mantuviera las guerras coloniales en África. Todo ello le llevará a ir adquiriendo conciencia política, y a tomar parte activa en el proceso revolucionario que se vivió a partir del 25 de abril de 1974.

Este cómic, si bien es una historia imaginaria, refleja la realidad en la que estaba inmerso Portugal bajo la dictadura salazarista y la lucha que llevó el pueblo en su deseo de echar abajo las estructuras del Estado Novo para hacer realidad lo que muchos llaman utopía, porque si de alguna forma se puede definir lo que fue la Revolución de los Claveles, sería la que Raquel Varela recoge en la introducción de este libro cómic: “la fuerza colectiva  de millones de personas que se movilizan por la transformación de sus vidas es un poderoso motor de imaginación creativa y pensamiento crítico con el que diseñar soluciones de futuro para la organización de las sociedades humanas”.

El pueblo es quien más ordena
Algarve (Portugal) (Wikimedia Commons)

En el relato encontramos diferentes momentos históricos que se vivieron en Portugal a lo largo de los años 60 y 70, pues lo imaginario en esta obra son únicamente los personajes y sus historias personales. Este libro cómic relata la política colonial portuguesa, una de las más salvajes, donde primaba explotación de su población, trabajos forzados, y para mantener ese dominio, la dictadura movilizó a un millón de portugueses, con un alto coste en vidas; más de cien mil personas de Guinea-Bisáu, Angola y Mozambique perdieron la vida en esa guerra por nueve mil del lado portugués. También nos da a conocer el desastre que originaron las inundaciones que se produjeron en 1967, donde la población más humilde fue quien se llevó la peor parte.

La historia de José servirá a los autores para ir mostrándonos las inquietudes de los jóvenes portugueses en los últimos años de la dictadura, la experiencia que supuso el movimiento revolucionario en los diferentes ámbitos de la sociedad, la colectivización de la tierra, la autogestión de empresas, el control público de la banca y la participación activa del pueblo en una experiencia revolucionaria impensable en Europa.

El pueblo es quien más ordena
El pueblo es quien más ordena. Editorial Txalaparta

Los dibujos e ilustraciones realizados en tonalidades grises se caracterizan por su sencillez, que van muy acordes con el contenido de la obra.

El epílogo de este trabajo es una síntesis de lo que representó la Revolución de los Claves, sus logros, pero sobre todo es un mensaje para los tiempos que corren, en los que el auge de la extrema derecha recorre Europa, de recordarnos que en los momentos de crisis, como el actual, “son momentos de elección de encrucijadas”, “momentos en los que la barbarie es tan posible como también lo son los proyectos de emancipación social” y “corremos el riesgo que si nosotros no cambiamos el mundo, el mundo nos cambiará a nosotros”.

[1] Esta obra está editada en euskera y castellano por el Editorial Txalaparta y en catalán por el Editorial Manifest Llibres.

 

Herriak du gehien agintzen
Herriak du gehien agintzen. Txalaparta
El poble es qui més ordena
El poble es qui més ordena. Editorial Manifest Llibres

KURDISTÁN prácticas de otro mundo posible

KURDISTÁN prácticas de otro mundo posible

“Nuestra lucha no ha sido ni podrá ser contra ninguna raza, religión, secta o grupo específico. Nuestra lucha ha sido contra la represión, la ignorancia y la injusticia, contra el subdesarrollo forzado y contra toda forma de opresión”.

Abdullah Öcalan

Hablar de Kurdistán es poner sobre la mesa todas las miserias de los países occidentales en sus políticas colonialistas e imperialistas en aras de primar sus intereses geoestratégicos y económicos. El pueblo kurdo es uno de los muchos que ha sufrido en sus carnes las consecuencias de los tratados internacionales firmados entre las potencias internacionales en los dos últimos siglos.

En el caso de los kurdos, se puede decir que  hasta hace pocas décadas “no existían. Nadie los conocía. No existían en el mapa ni tampoco como entidad política”. Los elementos de la ecuación que han provocado la situación de este pueblo eran sencillos: de un lado, la descolonización de Medio Oriente se hizo de espaldas a los pueblos y etnias que lo habitan y, de otro, las políticas de sometimiento y represión del pueblo kurdo por parte de Irán, Iraq, Siria y Turquía, estados que se reparten el territorio Kurdo, y dentro de las políticas de estos cuatro estados hay que resaltar y denuncuar el nacionalismo otomano de los diferentes regímenes turcos, sus políticas expansivas en la zona de Medio Oriente y la gestión que hacen de su posición geoestratégica para presionar a Europa a la hora de defender sus intereses.

Para hablar de Kurdistán, hoy traigo a este blog un libro pequeño en tamaño, pero extraordinario en contenido, en el que en poco más de 110 páginas el lector conocerá de primera mano la lucha del pueblo kurdo y el proyecto que está llevando a cabo en las últimas décadas, donde está rompiendo los estándares de lucha y organización que conocemos en los diferentes procesos de liberación nacional que hay en el planeta. “Kurdistán prácticas de otro mundo posible” es un trabajo realizado por Orsola Casagrande (Italia) y Adem Uzun (kurda), en colaboración con Suargi Elkartea,  y publicado por la editorial Zorrotz Liburuak a finales de 2022

En una región caracterizada por la diversidad de pueblos, culturas, religiones, donde en muchos casos la represión hacia las minorías ha sido el denominador común, el proyecto que está llevando a cabo el pueblo Kurdo está sirviendo para dar a conocer que otro mundo es posible, en concreto en Rojava, donde llevan casi dos décadas poniendo en práctica el modelo de Confederalismo Democrático teorizado por Abdullah Öcalan.

En el primer bloque la periodista Orsola Casagrande nos hará un recorrido por las regiones de Kurdistán y la situación en la que se encuentra cada una de ellas en función de en qué estado estén enclavadas, lo que ayuda a entender los diferentes procesos que se dan dentro el pueblo kurdo. Dedicará gran parte de su trabajo a analizar las experiencias políticas y organizativas que el pueblo kurdo ha puesto en marcha aplicando el modelo del Confederalismo Democrático en Baku (la parte ocupada de Turquía) y en Rojava-Federación del Norte y Este de Siria.

Los orígenes del movimiento de liberación Kurdo se sitúan a finales de los años 70 con el nacimiento del PKK, pues en palabras de la militante kurda  Sakine Cansiz “si hay una cuestión kurda es gracias al PKK”.

KURDISTÁN prácticas de otro mundo posible
Bandera del Partido de los Trabajadores del Kurdistán PKK

Orsola Casagrande, a través de testimonios de militantes y activistas kurdas que en primera persona expondrán sus experiencias a lo largo de sus años de lucha, nos irá introduciendo en la Revolución de Rojava, en el contexto de la guerra que se produjo en Siria a partir del estallido de las “primaveras árabes” y convirtiendose en una guerra total, con la participación de una serie de actores armados en territorio sirio, donde los crímenes de guerra fueron una constante. Los kurdos en Rojava tomaron varias decisiones que han sido trascendentales en su devenir. La primera hay que situarla en el inicio de la guerra en Siria; ante el gobierno del Baath, que siempre los había reprimido y la oposición Siria, decidieron no alinearse con ninguna de las partes, lo que se conoce como la “tercera vía”. La segunda es que “los kurdos en Rojava vieron la posibilidad de poner en práctica el modelo de Confederalismo Democrático desarrollado por Abdullah Öcalan”.

El libro nos muestra los diferentes pilares sobre los que se ha construido la Revolución de Rojava. El más importante ha sido el papel que han jugado las mujeres kurdas, porque han sido las que más han sufrido la violencia del Estado Islámico y que mejor forma de conocerlo que a través de la experiencia de Meryem Kobanê, una de las comandantes que participó en la liberación de Kobanê. Ella nos irá explicando su experiencia en la organización de milicias de mujeres para luchar contra el ISIS y para “demoler los valores dominantes de los hombres”.

KURDISTÁN prácticas de otro mundo posible
Guerrilleras kurdas

Uno de los apartados de este bloque que no quiero dejar pasar por alto es el relativo a “la liberación de Kobanê, la reconstrucción y la sanación de heridas” para el logro de la paz verdadera, en la que “se dejan atrás sentimientos de rechazo y de repulsión”, y para dar a conocer esta labor nada mejor que las experiencias de varios activistas que han desarrollado su labor en pro de los DDHH entre las mujeres y niños que han sufrido los horrores del ISIS, así como trabajando con mujeres e hijos de militantes del Estado Islámico que se encuentran en los campos de refugiados, y con la preocupación de todas estas personas enfocada en el peligro latente de las “células durmientes financiadas y apoyadas logísticamente por Turquía que representan una amenaza muy seria para la estabilidad de toda la zona” y la inacción de la Comunidad Internacional.

En este apartado iremos viendo como la educación y la cultura han sido unos de los pilares para avanzar en el Confederalismo Democrático, desde la óptica que la diversidad es una riqueza y no un problema, y uno de sus logros ha sido la participación de los pueblos que componen la sociedad, kurdos, árabes, armenio, asirios, chechenos y la promoción de todas la culturas que están presentes en este territorio, introduciendo el kurdo en las escuelas y la universidad, cosa que el gobierno del Baath no lo permitía como lengua vehicular. El sistema está basado en el respeto a la diversidad lingüística, los niños de las diferentes culturas tienen la posibilidad de estudiar, además de en su idioma, otro de su entorno, junto con el inglés. Conoceremos la labor realizada a la hora de creación de una universidad en la que se vean reflejados estos valores y la importancia que ha tenido el cine en este proceso revolucionario.

El recorrido de la periodista italiana por este bloque la llevará a retrotraerse en el tiempo para darnos una visión de lo que ha sido la lucha del pueblo kurdo en Turquía, donde el PKK encabezó la resistencia armada y donde el pueblo kurdo se organiza a nivel político, desarrolla una actividad cultural en todos los ámbitos, entre ellos en el cine, pero viviendo en todo momento con la espada de Damocles de la represión de los gobiernos kurdos, independientemente que hayan sido juntas militares fascistas producto de algún golpe de estado o en la actualidad los gobiernos del AKP de Erdoğan. Las continuas ilegalizaciones de organizaciones políticas en las que se organiza la comunidad kurda, el encarcelamiento de sus políticos, la persecución, asesinato de periodistas kurdos y la represión generalizada en sus territorios ha sido una constante a la que han tenido que hacer frente y de la que encontraremos innumerables datos en este libro.

En lo referente a la situación de los kurdos en Iraq, el trabajo de Orsola Casagrande sintetiza lo que representa la administración autónoma kurda de la mano de Masud Barzani, a la que no duda en calificarla de corrupta, el papel que juega en las relaciones con Turquía y lo que supone negativamente para la resistencia del PKK en las montañas entre el Kurdistán turco e iraquí.

KURDISTÁN prácticas de otro mundo posible
Mitin pro independencia en Erbil. Kurdistán iraquí

De forma similar trata la situación de los kurdos en Irán y las revueltas vividas en 2022 como consecuencia del asesinato de la joven kurda Jina Amini. Expone la lucha de las organizaciones kurdas por lograr unas bases democráticas en la que puedan coexistir todas culturas, religiones y etnias y garantizar constitucionalmente los derechos de las mujeres, cosa que hasta la fecha el régimen iraní niega todos estos derechos.

El segundo bloque corre a cargo de Adem Uzun, perteneciente al Consejo Administrativo del Congreso Nacional de Kurdistán (KNK). Aquí nos vamos a encontrar las bases ideológicas y políticas de lo que Abdullah Öcalan denomina “Sistema de Civilización Democrática

Adem Uzun nos irá introduciendo en la teoría de Öcalan que es el pilar ideológico sobre el que el pueblo kurdo ha fundamentado su proyecto, sobre todo en Rojava. Me voy a detener en algunas cuestiones que me han parecido interesantes porque sirven para abrir un debate acerca del Estado, algo que parece olvidado en la izquierda occidental.

El análisis que realiza del siglo XX le lleva a plantear que en la etapa capitalista “se produce el apogeo del sistema jerárquico estatista, que ha conducido a la humanidad a la actual crisis estructural y existencial de la humanidad”, y que tampoco desde la izquierda se han resuelto los problemas sociales. A partir de estas realidades construye la expresión “Era de la Civilización Democrática” o “Tiempo de los Pueblos”.

Öcalan enfrenta la democracia con el Estado, al entender superada esa etapa en la que el ejercicio de la democracia es una forma de expresión del propio Estado. “La democracia es el autogobierno de todos los sectores sociales no estatales (el pueblo)”, por lo que “democracia es el autogobierno del pueblo”, al margen del Estado, puesto este está por encima del pueblo.

Parte de una concepción radical de la democracia que no tiene nada que ver con el concepto liberal, puesto que la base de ella está en la sociedad y no en las instituciones del Estado (parlamentos, gobiernos…) que no dejan de ser instrumentos para “enmascarar el sistema de dominación y explotación”. Las teorías del líder kurdo desbordan la democracia representativa para que el pueblo no sea un “sujeto pasivo de su propia realidad”, pues “para que exista la democracia, como autogobierno del pueblo, el pueblo debe ser poder” y para ello necesita articularse para poder participar, discutir y decidir y ese es el papel que desempeña el Confederalismo Democrático que funciona como un sistema de asambleas puesto que la democracia tiene un sentido comunal.

Con el desarrollo de sus teorías, el líder kurdo crea en el ámbito de las Ciencias Sociales la escuela del Sistema de Civilización Democrática, cuya  unidad básica es la moral y la política, que son la base de la esencia del hombre y de la sociedad. En lo referente al termino moral, le da un sentido diferente al que se le da en el sistema estatal jerárquico, pues “moral es la socialización misma y es una realidad que humaniza, un estado de práctica comunitaria donde todos son el uno para el otro, complementándose”. Si los crímenes contra la sociedad en el proceso de civilización son una ruptura con la moralidad, entonces “el capitalismo es el sistema más inmoral conocido”.

Enfrenta el estado (sistema estatal-esclavista) y el pueblo (sistema civilizatorio democrático) a la hora de hablar de la sociabilidad no estatal, al ser “fenómenos contradictorios que viven en constante pugna”.

Para finalizar, el tercer bloque del libro nos hablará de la experiencia de solidaridad internacionalista vivida por la ONG SUARGI Elkartea, con el hermanamiento entre los pueblos de Durango y Kobanê. Nos irán dando a conocer las diferentes labores que han llevado a cabo  en el campo de la ayuda y solidaridad con el pueblo de Kobanê y, en concreto con sus mujeres, pues es un proyecto internacional que tiene como objetivo el hermanamiento de las mujeres de ambas poblaciones.

Los proyectos que realiza la ONG SUARGI Elkartea en la zona de Kobanê están dirigidos a las mujeres de la zona para paliar algunas de las muchas necesidades que tienen, sobre todo con las derivadas de la guerra que han sufrido y que a día de hoy no ha finalizado.

A modo de conclusión, este es un libro que es de utilidad para todas aquellas personas que no tengan un conocimiento del Kurdistán y del proceso político que está viviendo el pueblo kurdo en las últimas décadas, pues de forma sucinta aporta la información necesaria para que el lector pueda conocer su lucha.

Desertores de los pueblos oprimidos

Desertores de los pueblos oprimidos

(Colaboración realizada por Alex Larragoiti Gonzalez de Mendibil)[1]

“El internacionalismo eficaz no deserta de las patrias, sino que las transforma en órganos de una nueva humanidad “

 (Alfonso Daniel Rodríguez Castelao)

Acontecimientos terribles como el reciente terremoto, activan también mecanismos de solidaridad internacional que muchas veces y afortunadamente emanan directamente de la propia sociedad civil. El tejido asociativo que hace posibles respuestas ante este tipo de acontecimientos es una clara muestra de la riqueza de la sociedad vasca.

Pero en circunstancias como esta, la prioridad de la ayuda pasa a ser en sí misma un todo absoluto e inmatizable. Plantear cualquier crítica al formato de la misma pasa a ser incluso temerario.

Una y otra vez vemos que las miserias se ceban principalmente en aquellos más necesitados, en las clases populares y empobrecidas de la sociedad; en los parias de la tierra de cada estado opresor. La desigualdad y los modelos de explotación capitalista neocolonial de estados como el turco o el sirio aparecen más desnudos que nunca ante quienes quieran verlo.

Pero circunstancias como estas hacen también que los mecanismos de dominación, perpetuación de la desigualdad y manipulación masiva comiencen también a trabajar a toda máquina para garantizar la propia supervivencia y razón de ser de estos Estados. Y es en este punto donde me pregunto dónde debe situarse un internacionalista consciente de su pertenencia a un pueblo como el nuestro.

Los tiempos han cambiado mucho y esta no es la sociedad en la que crecimos en los 90. Años en los que la desintegración de la Unión Soviética puso en un primer plano, no ya a las 15 repúblicas, sino a un crisol de nacionalidades que hasta entonces permanecían diluidas en los corsés estatales e incluso imperiales. Cárceles de pueblos como la del nacionalismo ruso readaptado este a cada circunstancia política, pero también asimilador, clasista y racista. Chechenos, inghuses, cherqueses, kumiks, tártaros…. Decenas de naciones y sus culturas y lenguas nos mostraban a nosotros, otra nación minorizada más, que nuestra lucha por la pervivencia como Pueblo no era sino otra más en un mundo que va mucho más allá de lo que nuestra visión del mundo capitalista y euro atlantista nos permite ver.

Fueron años en los que se abrieron puertas a la emancipación de muchos pueblos y en los que, dando otra vuelta de tuerca, tratamos de comprender también las identidades múltiples de Oriente Medio (interesantísima la obra de igual nombre, de Bernard Lewis), acercándonos a ese otro crisol de culturas, creencias y sentimientos de pertenencia diversos que coexisten en esas tierras ancestrales. Aprendimos que las identidades múltiples enriquecen y se construyen a pesar de los esfuerzos asimiladores de los estados post y neocoloniales. Comprendimos que allí coexisten lenguas y culturas altaicas, semíticas o indoeuropeas; que la civilización islámica es muy compleja más allá del chiismo o sunismo; que existen otras identidades religiosas minoritarias como los alevís, alauís, los yezidies, los caldeos, los siriacos…, que también hay ateos, que las formas estatales actuales no son sino retazos postcoloniales y que allí sobreviven y luchan de forma ejemplar pueblos; y que entre ellos resplandece especialmente la mayor nación sin estado del mundo: Kurdistán.

La ética internacionalista y el convencimiento de que la solidaridad es la ternura de los pueblos y, nos llevan a indignarnos, cuando constatamos cómo se abandona a otros pueblos. Especialmente de aquel pueblo que se sigue sacrificando en la lucha contra la barbarie y por un mundo justo para todas y todos.

Nos indigna por ejemplo que en EITB se ignore algo tan básico como que el terremoto haya sucedido también en Kurdistán, no sólo en Siria y Turquía como tratan de hacer ver. Prefiero no pensar que ello responda a algún cálculo malicioso, pues ¿qué se podría pensar de un medio de comunicación público de un pueblo minorizado como el nuestro, que consciente y calculadamente ignore hasta la existencia de un pueblo hermano?; hermano en tanto que también es un pueblo en lucha por su pervivencia. Que dicha línea editorial la marquen profesionales del periodismo que obviamente deberían conocer no solo la complejidad de la zona y la existencia, además de la lucha del pueblo kurdo en respuesta al genocidio que sufre, me lleva a sospechar que esa actitud solamente se pueda explicar por ignorancia o aún peor, por atender intereses espurios. 

Debiera dar qué pensar que como sociedad solidaria y ejemplar que pretendemos ser, asumamos de forma acrítica o directamente ignorante un modelo irresponsable de humanitarismo acrítico. También da mucho que pensar que incluso desde una web de una determinada ONG vasca que ahora trata de ayudar en Siria, se llame a la población vasca a colaborar también ignorando a los kurdos y contribuyendo así a ese otro seísmo genocida turco o sirio. No deja de sorprender que incluso se llegue a colaborar activamente con colectivos que no solo ignoran la propia pluralidad socio política de la zona apelando a un sentido del “pueblo árabe” que niega el derecho a existir a los kurdos y otras minorías, sino que son incluso agentes activos en la ocupación del territorio kurdo, amén de colaboradores con el Estado turco y en gran medida también con promotores de valores islamo-fascistas. Todo esto es perfectamente comprobable en las memorias de actividad publicadas a poco que uno se interese por los detalles.

Como recordara Rodríguez Castelao apelando a una acepción del término “internacionalismo” que entiendo que nada tiene que ver con el humanitarismo asimilador y colaborador con los sátrapas de hoy, la solidaridad no se construye desertando de patrias propias, y menos aún de patrias ajenas que necesitan la solidaridad de Pueblos hermanos.

Sirvan estas líneas para tratar de levantar la voz y reivindicar ahora más que nunca al pueblo kurdo y su lucha por una sociedad justa, integradora, feminista y hermana de otros pueblos; lucha enemiga del racismo y clasismo imperantes.

Como dijo Castelao, el internacionalismo transforma las patrias en órganos de una nueva humanidad, y quizá los kurdos sean su mejor representante en nuestros días.

Ayuda de emergencia por el terremoto en Kurdistán Norte y Rojava:

  • HEYVA SOR A KURDISTANÊ E.V.
    • Kreissparkasse Cologne

IBAN DE49 3705 0299 0004 0104081

BIC/SWIFT: COKSDE33XXX

www.paypal.me/heyvasorakurdistane

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[1] Alex Larragoiti Gonzalez de Mendibil, autor del artículo: Diplomado en ciencias empresariales y especialista en cooperación y desarrollo internacional (UPV). Compañero de una mujer que, para mí, es un ejemplo a seguir día a día. Aita de Aratz e Izaro. Llevo más de veinte años desarrollando mi carrera profesional en una cooperativa del ámbito industrial, pero mi pasión es otra: la política internacional y los pueblos sin estado.

He viajado todo lo que he podido a aquellos lugares que fueron conformando mi propia personalidad política. He tenido la suerte de conocer Guatemala, Chiapas, Cuba, Turquía, Kurdistán (en el Kurdistán iraní, Iraquí y turco) y en cada uno de esos lugares traté de reconocer sus complejidades y diversidad. Pero sobre todo tuve la gran suerte de tener la amistad de grandes personas y aprender de ellos.

Juan Sorín me abrió las puertas del mundo de par en par, me diplomó en la ternura de los pueblos y me contagió su admiración al pueblo kurdo. Bittor Kapanaga me enseñó a aprender de nuestros mayores, la importancia de conocer la cultura propia y que la diversidad es un tesoro. Con Iñaki Aldekoa aprendí cómo funcionan los entresijos de la política y traté de aprender de su gran sabiduría. En Igor López de Munain vi qué es la dignidad en la vida y cómo aprender puede ser en sí una razón de nuestra existencia. Son muchos los amigos de los que trato de aprender humildemente y me hacen tomar conciencia de mis propias limitaciones, en la seguridad de que nunca es suficiente lo que sabes y que para tratar de acercarte a comprender realidades complejas, hay que escuchar mucho.

La insumisión al servicio militar despertó en mí el pacifismo como un eje vertebrador de mi ideología; y la militancia política en Euskal Herria me dotó de unos principios éticos que creo que vertebran la izquierda soberanista; y con el tiempo he aprendido que el futuro será socialista, libertario y feminista, o no será. En la política aprendí que el sacrificio merece la pena, que se aprende equivocándose pero que los principios son irrenunciables. También a tener conciencia de las limitaciones de uno mismo y a poner en valor la entrega de tantos y tantos compañeros y compañeras que lo han dado todo por un mundo mejor.

Muy agradecido a mi amigo Mikel por su ejemplo de tenacidad y esfuerzo infatigable por el aprendizaje. Su amistad es un privilegio.