El búho de Ravel. Un homenaje a la música

El búho de Ravel. Un homenaje a la música

Cuando cae entre mis manos una novela de un escritor novel soy de la opinión que hay que tratarla con cariño, delicadeza y gran curiosidad. Quien se pone delante de un folio para escribir por primera vez una novela está realizando un ejercicio de valentía, que yo no sabría describirlo porque en mi caso ni se me pasa por la imaginación la posibilidad de enfrentarme a tamaña empresa. Si el hecho de escribir un artículo me genera una cierta inquietud, pues como decía Maya Angelou, nunca superas el miedo a escribir, en mi caso no quiero ni pensar lo que tiene que ser todo ese proceso que conlleva crear una novela: un camino largo, laborioso y lleno de obstáculos.

Con esas sensaciones que acabo de describir me he adentrado en la lectura de la primera novela de la periodista Olatz Urkia, que bajo el título “el búho de Ravel” y editada por Txalaparta ha sido publicada en noviembre de 2022.

En su primera novela, Olatz Urkia nos trae la historia de Joane, una joven cuyo deseo es llegar a ser pianista profesional, y para ello vuelve a Moscú, su ciudad natal, dejando atrás parte de su adolescencia y juventud vivida en San Sebastián, en la tierra de su padre. Una etapa llena de traumas y de la que intenta escapar pero que en muchos momentos le sigue persiguiendo en sus pensamientos. En esta nueva vida aparecerá una persona, Olga, con la que iniciará una relación que acabará por desestabilizarla emocionalmente y saltará por los aires el equilibrio que necesita para afrontar su mayor sueño: lograr el acceso al conservatorio de Moscú. La novela se adentra en la personalidad de Joane y la huella que le ha ido dejando todo lo vivido a lo largo de su adolescencia y juventud, una mochila de la que no logra desprenderse.

La pasión de la protagonista por la música clásica y el piano es una constante a lo largo de la novela, pues todo su mundo y forma de entender la vida gira entorno a la música clásica, hasta el punto que se convierte en algo obsesivo. Su deseo de llegar a ser pianista profesional es tal, que a la hora de analizar su entorno y las personas que la rodean lo realiza desde el prisma de su amor por la música. Para Joane la música clásica es el epicentro de su vida y el resto de personas y cosas son objetos que giran a su alrededor y así lo expresa en uno de los momentos más dramáticos de la novela: “Nunca querré a nadie que no entienda lo que significa para mí la música”. Realiza algunas reflexiones acerca de los compositores que tiene que interpretar al piano y lo que le transmiten sus obras musicales. Esta novela no se podría entender sin la música clásica.

A lo largo del relato encontramos un puzle de personajes de lo más variopinto y en algunos casos algo desorientados en Moscú, que no tienen ningún parecido entre sí, pero que sirven a la autora para armar la novela. La narración irá girando sobre los sentimientos de Joane y la personalidad de las personas que van apareciendo en su vida, cada una de ellas condicionada por su entorno, sobre todo socioeconómico, lastradas por diversos problemas, familiares, económicos, pero que cada una de ellas adopta una actitud diferente ante la vida. A través de los personajes la autora nos da a conocer la crisis económica que se vivía en Rusia en los años en los que trascurre la novela y la situación socioeconómica en la que estaba sumida la sociedad rusa. Todo ello le da a la novela un tono un tanto gris.

A lo largo de los capítulos, la autora va intercalando situaciones y pasajes que discurren en Moscú y Donostia, pero en este aspecto no quiero pasar por alto lo bien descritos que están los capítulos de la novela que transcurren en el frio invierno moscovita, y el conocimiento que tiene a la hora de detallar los diferentes aspectos de la sociedad rusa, sus costumbres, formas de divertirse, gustos, etc., que se reflejan en el libro al tratar cuestiones como la actitud de la sociedad rusa ante temas como la homofobia, no en vano se aprecian los años que la Olatz Urkia vivió en Moscú y en otros lugares de Rusia. Los capítulos que transcurren en Moscú están ubicados entre 2014 y 2015, años en los que surgió el conflicto entre Rusia y Ucrania, dándose inicio a la guerra en el Donbás.

La novela es de lectura ágil, con algunas escenas algo duras, donde la narración está cuidada. Como me gusta la música clásica, la novela ha tenido un atractivo más. En mi caso la protagonista como el resto de personajes que la acompañan me han servido para que me surjan algunas preguntas y reflexiones acerca de ellos: su forma de entender la vida, afrontar sus miedos, angustias, sueños y proyectos, y cada uno desde una óptica diferente.

Para finalizar puedo decir que después de haber leído la primera novela de Olatz Urkia me ha causado una muy grata impresión y la única duda que me queda es si habrá un próximo trabajo.

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