En la estela de la guerra de Ucrania. Una colisión entre imperios

En la estela de la guerra de Ucrania. Una colisión entre imperios

Después de tres años de guerra, da la impresión que el conflicto entre la OTAN y Rusia en suelo ucraniano ha entrado en su fase final, estando próximo el desenlace de todo este sinsentido que supone una guerra en pleno siglo XXI, con la consiguiente carrera armamentística, que para lo único que sirve es para engordar las cuentas de resultados de las empresas del sector de armas, aunque probablemente el final de todo esto no traiga la resolución de las causas que lo originaron, más que nada porque los actores principales (OTAN, EEUU y Rusia) tengan puestas sus miradas en cuestiones que al común de los mortales se nos escapan.

Llegados a este punto entiendo que es necesario echar la vista atrás, volver a poner encima de la mesa todo lo relacionado con este conflicto y hacer un repaso de lo que ha sucedido hasta ahora. Para ello me ha parecido interesante recuperar un libro escrito en 2022 que aportaba muchos datos que ayudaban a entender todo lo que estaba pasando, y ahora es interesante rescatarlo con la intención de comprobar si los análisis que realizaba el autor en los primeros meses de la guerra siguen estando vigentes o, por el contrario, existen datos que lo han dejado obsoleto, sobre todo, teniendo en cuenta el giro dado por EEUU en este conflicto desde la llegada de Trump que, a simple vista, pudiera parecer que ha puesto todo patas arriba.

En la estela de la guerra de Ucrania. Una glosa impertinente
Carlos Taibo (Wikimedia Commons)

En su momento, a la hora de elegir una lectura sobre el conflicto, me incliné por el ensayo de un experto en el espacio postsoviético y en todo lo que han sido los países que lo componían, entre otras cosas, porque no era el primer trabajo que realizaba sobre Ucrania. Me estoy refiriendo al politólogo Carlos Taibo, que en agosto de 2022 publicó un ensayo titulado “En la estela de la guerra de Ucrania. Una glosa impertinente” (Editorial Los libros de la Catarata).

El hecho cierto es que a lo largo de estos tres años el conflicto ha trascurrido de una forma un tanto lineal en lo que al posicionamiento de los actores se refiere, hasta que la nueva administración norteamericana ha hecho saltar por los aires la estrategia que EEUU seguía hasta el momento, lo que ha abierto una grieta sin precedentes con el resto de sus aliados de la OTAN, que siempre han hecho seguidismo de las políticas norteamericanas. Quizá todos estos últimos acontecimientos han podido hacer olvidar a muchas personas los antecedentes de la guerra, todo el escenario prebélico y los factores que lo rodearon que, vistos con la perspectiva actual, no me cabe duda de que es un ejercicio necesario para no perderse. Por ello, no me cabe duda que el libro que hoy traigo es una herramienta de gran utilidad.

En primer lugar, si hay algo que me parece importarte remarcar de este ensayo, es que, en muchas ocasiones, su autor plantea más interrogantes que certezas, lo cual puede llamar la atención, acostumbrados a escuchar discursos que se arrogan estar en posesión de la verdad absoluta. Además de los datos contrastados que aporta y que son de gran utilidad para el lector, desarrolla diferentes teorías, para que tengamos más elementos para extraer conclusiones propias.

Si tengo que definir este trabajo, es que es un manual que desmonta una serie de discursos que han estado flotando en el ambiente y ha refutado muchos de los argumentos y disertaciones que utilizaban unos y otros. Da voz a todos esos argumentos que han tapado los medios de comunicación occidentales en su afán por aplicar su particular doble vara de medir.

Este ensayo si de algo huye es de posicionarse con alguno de los actores del conflicto, ejercicio complicado en los tiempos que corren. Creo que por parte del autor no es tanto una cuestión de equidistancia, sino más bien producto de un análisis profundo de los últimos 30 años de la política internacional en todo lo concerniente a los países que formaban el espacio postsoviético y la actitud que ha tenido EEUU y los países que forman la OTAN ante esa región europea. En Occidente el ser muy crítico con EEUU y la OTAN supone que te encasillen como defensor de Putin. O es blanco o es negro, no hay más colores; por el contrario, este ensayo desmonta ese discurso, viniendo a demostrar que el abanico de colores es muchísimo más amplio.

Carlos Taibo no duda en acotar este conflicto dentro de los parámetros de la geopolítica, en concreto, “su origen está en una sórdida confrontación entre imperios tradicionalísimos”; destierra esa concepción que basa esta guerra en una “confrontación ideológica entre dos modelos ideológicos, políticos y económicos”. Esto no quiere decir que obvie cuestiones ideológicas y políticas que han acompañado a algunos de los protagonistas de este conflicto ni los marcos políticos e ideológicos relacionados con los países enfrentados en esta guerra.

Este ensayo es un buen punto de partida para conocer un país como Ucrania, producto de la desintegración de la URSS, en el que el autor aporta datos acerca de la geografía, historia, lengua y la construcción de Ucrania como Estado-nación. Es en este ámbito donde Carlos Taibo no duda a la hora de describir la evolución de este país como “un activo proceso de invención de una tradición en el seno del nacionalismo ucraniano…, la recuperación y reivindicación de movimientos de corte fascista como los que operaron en el país durante la Segunda Guerra Mundial”. La ilegalización primero del Partido Comunista de Ucrania, posteriormente la de varios partidos políticos de izquierdas, la crisis que se desató en 2013 y que desencadenó el Maidán, así como como la guerra sangrienta en la zona del Donbás, donde hubo alrededor de 14.000 muertes de población civil local, en su mayoría provocados por el ejército ucraniano, son algunos de los datos sobre los que profundiza para que el lector tenga todo los ingredientes necesarios para poder entender los antecedes de este conflicto. Con toda esta cascada de datos, el autor no duda en afirmar que Zelensky tiene tics autoritarios y grupos de la extrema derecha controlan algunos estamentos de poder en Ucrania .

Con el mismo rigor, podemos encontrar unos datos imprescindibles para poder evaluar la situación actual de Rusia, y la persona que preside el país: Putin. En este caso, el autor realiza un ejercicio de discernimiento entre Putin y Rusia, porque en palabras de Taibo, “identificar a Rusia con Putin es un error que está llamado a tener consecuencias mayúsculas”. Al tratar su figura, no deja pasar por alto la admiración que suscita entre la ultraderecha mundial y los estrechos lazos que mantienen, y para no dejar lugar a dudas, al hablar de la Rusia de Putin se expresa en los siguientes términos: “en la Rusia putiniana se ha asentado un sistema que bebe de una pulsión imperial-militar, que abraza lo que menudo es un nacionalismo de base étnica y que no duda en defender los valores tradicionales, la familia y la Iglesia ortodoxa”. En resumen, el autor no duda en manifestar que la Rusia de Putin no es el estandarte de un proyecto antifascista.

Realiza una radiografía del régimen de Putin desde la llegada de este al poder, y de forma muy sintetizada expone lo que fue la política del Kremlin hacia EEUU y la OTAN a lo largo de esos años, “una búsqueda de una relación muy cordial, que llegado el momento ha podido ser lamentablemente sumisa, con ese mundo”. Y es que los datos que aporta el autor ahí están y sobre los que poco o nada se puede objetar.

Al hablar de Putin no quiero pasar por alto algunas cuestiones que se recoge en este ensayo: la primera es que recuerda que Putin ya apuntaba sus tintes autoritarios durante la segunda guerra de Chechenia, a partir de 1999, siendo necesario recordar que Occidente se puso de perfil. La segunda es que la Rusia de Putin “se atribuye el derecho de injerencia e intervención en aquellos espacios geográficos que considera propios”, cuando Moscú entiende que “sus intereses en materia de seguridad están en peligro”. Nada que no hayan hecho otras potencias, sobre todo la CIA a lo largo de su historia, pero que es importante tenerlo en cuenta. Y la tercera y última, es la percepción que Putin mantiene sobre la Unión Soviética de antaño y la opinión que le merecen líderes históricos de la Revolución bolchevique, como Lenin y Stalin, y, por supuesto, “no siente ninguna simpatía por el sistema económico y social de la Unión Soviética”. Cuestión que ayuda a entender mejor al personaje.

Carlos Taibo dedica un capítulo a la OTAN, porque este conflicto no se puede entender sin tener presente la responsabilidad que ha tenido esta organización a través de la estrategia desplegada en los países del Este desde la disolución del Pacto de Varsovia. Este capítulo es fundamental, no sólo para entender la guerra en Ucrania, sino para poder tener una visión global de lo que está pasando en otras regiones del planeta.

Al inicio de este artículo me he expresado en los siguientes términos: “el conflicto entre la OTAN y Rusia en suelo ucraniano”, en vez de decir una guerra entre Rusia y Ucrania. Si alguien quiere disipar esta duda, los datos que aporta este ensayo son clarificadores Por un lado, ver el papel que la OTAN ha desempeñado en los últimos 30 años en la región y en su afán de cercar a Rusia y, por otro, lo que la actualidad nos está mostrando todos los días, EEUU ha cogido las riendas del conflicto, ha decidido finiquitar la guerra, y para ello ha abierto un proceso negociador con Rusia, al margen de sus aliados en la OTAN, pero, sobre todo, ninguneando a las autoridades ucranianas. Lo que viene a demostrar que los actores principales de la guerra son EEUU y Rusia, y Ucrania se ha limitado a poner el campo de batalla y los muertos. Cuestiones que este ensayo desarrolla de forma muy didáctica.

El autor deja para el final algunos temas que pueden servir para entender lo que está pasando en la actualidad. El papel de la UE, a rebufo de EEUU, siendo incapaz de evaluar las consecuencias económicas negativas que le está suponiendo este conflicto, todo lo contrario de lo que le está sucediendo a EEUU, que ha encontrado un filón económico al incrementar las exportaciones a sus socios de armas y productos energéticos. La realidad es que el bloqueo a Rusia ha sido perjudicial para la UE y beneficioso para EEUU.

En la estela de la guerra de Ucrania. Una glosa impertinente
Carlos Taibo (Wikimedia Commons)

El autor se pregunta si esta guerra se hubiera llegado a producir estando Trump en la Casa Blanca, cuestión interesante porque este ha vuelto a ponerse al mando de los EEUU. Es de resaltar que ya al inicio de la guerra Carlos Taibo no tenía dudas de que con Trump hubiera habido menos probabilidades de haber llegado a esta situación, no tanto porque Trump sea el exponente del pacifismo, como lo estamos viendo en el caso de Gaza y Oriente Medio, sino porque las prioridades en política internacional que tenía Joe Biden eran sustancialmente diferentes.

Para finalizar, desarrolla algunas de sus interesantes teorías sobre a donde nos están llevando todos estos conflictos, las tensiones entre diferentes potencias (EEUU, Rusia, China), la cercanía de una guerra a escala global, abocándonos a lo que define como el colapso general y la zozobra que le genera la evolución de los acontecimientos. Y todo ello, expuesto desde una óptica de clase y libertaria, pues como bien dice, no es necesario que “explique a qué clase pertenecen, y qué intereses defienden Biden, Macrón o la señora Merkel. Pero sería saludable que se percatasen de que esa clase es la misma que está detrás de Putin o Xi Jinpin”, y ante ello su máxima es “no a la guerra entre los pueblos, no a la paz entre clases”.

En la estela de la guerra de Ucrania. Una glosa impertinente
En la estela de la guerra de Ucrania. Una glosa impertinente

Si me ves, no se lo digas a nadie

Si me ves, no se lo digas a nadie

En estos tiempos en los que las utopías parecen que han quedado arrinconadas en algún baúl viejo y polvoriento, escondido en el sitio más recóndito, hoy quiero reivindicarlas como algo esencial e imprescindible para el ser humano. Ello conlleva mirar al futuro de una forma diferente, y para ello es necesario desechar las gafas que usamos y usar unas lentes que nos permitan ver que las utopías no son una quimera, sino que son el motor del ser humano, algo imprescindible a la hora de transformar la sociedad en la que habitamos.

Si me ves, no se lo digas a nadie
Bernardo Fuster

Para reivindicar la utopía he rescatado una novela, que con el título “Si me ves, no se lo digas a nadie” (El Garaje Ediciones), su autor, el músico y escritor, Bernardo Fuster, plasma, de una forma muy didáctica, una alternativa al orden y sistema de la época en la que está ambientada, pero que perfectamente es aplicable a los tiempos actuales.

De un hecho histórico que puede parecer un tanto absurdo, Bernardo Fuster crea una historia que se podría calificar de surrealista y desconcertante, y todo ello enmarcado en un contexto histórico, como fue la dictadura de Miguel Primo de Rivera.

La novela, que tiene como hilo argumental el hecho que durante la reorganización del catastro realizada en 1923, durante el Directorio militar, se produjo un fallo en la burocracia, y algunas poblaciones no fueron incluidas; por lo que, sencillamente dejaron de existir para la Administración. En ese contexto, cuando los habitantes de una de esas localidades constatan la situación en la que se encuentran, deciden tomar una decisión que pudiendo parecer surrealista, el hilo de la novela nos demostrará que está llena de lógica y coherencia: crear una república independiente, y llevar a cabo una experiencia revolucionaria y emancipadora, como forma de revelarse contra la dictadura existente en aquel momento. Y a partir de ahí, sus habitantes empiezan a construir un futuro, con dudas, pero, como bien dice uno de los personajes de la novela, “la felicidad está en la incertidumbre”.

Esta obra combina personajes y hechos históricos con la ficción, por lo que encaja perfectamente dentro la novela de memoria histórica. A lo largo del relato, van apareciendo personajes conocidos del movimiento anarquista de los años 20 en Barcelona y Valencia, así como algunas de las organizaciones existentes en dicha época, como fueron la CNT y  “Los Solidarios”, que se van entrelazando con personajes creados por el autor.

Bernardo Fuster plasma una serie de conceptos y valores que ha defendido a lo largo de su trayectoria vital: la lucha por los ideales, que no deja de ser la defensa de la utopía, algo fundamental en una persona que participó de forma activa en la lucha antifranquista.

El autor nos muestra que lo colectivo está por encima de los intereses individuales, pero a su vez reivindica la libertad de uno, porque no están en contraposición, ni son antagónicos. Defiende una sociedad autogestionada, donde el pueblo participa de forma directa en la toma de decisiones y no tengan cabida figuras como el patrón o amo, y todo ello en el marco de la experiencia que llevan a cabo los personajes de esta historia.

La novela es una defensa de la clandestinidad, algo que Bernardo Fuster conoció de primera mano en los últimos años del franquismo, como contraposición a la situación de represión que se estaba viviendo en esas fechas.

Bernardo Fuster nos ofrece un relato alejado de todo tipo de dogmatismos ideológicos, en el que resalta la defensa de la cultura y la imaginación en contraposición a la ignorancia y la sumisión que ha caracterizado a la población de la época.

A la hora de construir la novela, el estilo utilizado es muy original, al hacerlo a través de un diario supuestamente escrito por una periodista, el cual alegóricamente es encontrado por el autor y donde lo real e imaginario van caminando de la mano, generando dudas de lo que es cierto o ficción a lo largo de la narración, con grandes dosis de surrealismo y donde no falta el humor, con momentos disparatados, entremezclado con situaciones absurdas, pues hay pasajes en los que el autor borda lo absurdo.

Un libro recomendable para leerlo en los tiempos convulsos que corren, pero como lo fueron los años en los que está ambientada la novela de Bernardo Fuster.

Si me ves, no se lo digas a nadie
Si me ves, no se lo digas a nadie