Faltan pocos días para que se ponga en marcha la vigesimotercera edición de la Korrika y el próximo sábado 16 de marzo la diáspora vasca no será una excepción, celebrándola en diferentes lugares a lo largo del planeta, y como no podía ser de otra manera, Madrid será uno de esos lugares donde saldrá a la calle al grito de “Madrilen ere euskararen alde” (También en Madrid a favor del euskera).
Parece que fue ayer cuando en 2007 Madrid tuvo por primera vez su Korrika, organizada en los alrededores de Euskal-Etxea de Madrid, y desde entonces, no ha faltado a la cita. Hay que destacar que desde hace algunas ediciones, la organización de la Korrika Txulapoa en Madrid suele correr a cargo del Área de Estudios Vascos de la Univesidad Complutense de Madrid (UCM), el Departamento de Euskera de la Escuela Oficial de Idiomas (EOI) Jesús Maestro de Madrid y Euskal-Etxea de Madrid, tres lugares de Madrid donde se imparten clases de euskera.
La Manikorrika Txulapoa dará comienzo a las 10 horas en la UCM, frente a la facultad de filología para dirigirse a la EOI Jesús Maestro, para posteriormente encaminarse a la calle Montera, donde se cantará el zortziko Gernikako Arbola para recordar que en dicho lugar estuvo el café de San Luís, donde José María Iparragirre lo interpretó por primera vez en el Estado español, acontecimiento que está recogido en una placa conmemorativa. De allí enfilará su marcha a la Puerta del Sol para hacer una parada junto al oso y el madroño, para posteriormente dirigirse a la sede social de Euskal-Etxea, donde serán recibidos por el grupo de dantzaris de la casa, momento el que se procederá a leer el mensaje de la Korrika. Y finalizará con un kanta-pintxo-poteo por algunas tabernas de la zona centro. Para quien esté interesado, toda la información la puede obtener en el siguiente enlace.
Esta página web también explica qué es la Korrika y se puede encontrar un enlace para poder comprar online el peto de la Korrika a AEK.
La Korrika Txulapoa se celebrará pese a la euskarafobia del Ayuntamiento de Madrid, que ha vuelto a prohibirla, lo que dificultará que los participantes tengan habilitada parte de la calzada para que pueda discurrir sin dificultades, pero no será obstáculo para su celebración, aunque sea yendo por la acera.
Esto no es nuevo, pues en 2022 el Ayuntamiento de Madrid actuó de forma similar, una constante desde que el PP volvió a gobernar en Madrid. Lejos quedan las Korrikas de 2017 y 2019, cuando el Ayuntamiento no es que las autorizara, sino que daba facilidades para su buen discurrir.
Esta prohibición no hay por donde cogerla en pleno siglo XXI por parte de un ayuntamiento que se considere democrático. Para el PP, la libertad se circunscribe únicamente a tomar cañas y que los bares y restaurantes estén abiertos, si es necesario, las 24 horas del día. Lo de la libertad de expresión, manifestación, como que no va con ellos. Pero no nos vamos a engañar, su inquina hacia el euskera no es nueva, va en su ADN, un partido que fue fundado por un ministro de Franco y miembro del Movimiento, da para lo que da. Por eso, a la primera de cambio tiran de manual para mostrar sus fobias. No soportan la existencia de otros idiomas y culturas dentro del Estado español, cosa que hemos visto en su afán porque el catalán, euskera y gallego no se pueda utilizar en el Congreso de los diputados y los palos en las ruedas que está poniendo para que sean idiomas oficiales en la UE. Nunca han aceptado la pluralidad lingüística y cultural en el Estado español. Por ello, a día de hoy, salir en defensa del euskera o de cualquier otro idioma del Estado español no deja de ser un ejercicio de higiene democrática ante ideologías ultras que sólo saben conjugar el verbo prohibir.
Nota del día 13 de abril: Los organizadores de la Korrika me han informado que la Delegación del Gobierno en Madrid ha autorizado la celebración de la Korrika que se celebrará el sábado 16 de marzo.
Euskara, irten adi mundura! – ¡Euskara, sal al mundo!
Se acerca otra edición de la Korrika[1], en concreto, este año se celebrará la vigesimotercera edición y volverá a ser una ola de apoyo al euskera, una lengua de las muchas lenguas minorizadas que se resiste, con uñas y dientes, a dejar de existir.
No es la primera vez que escribo sobre el euskera y la Korrika, pero entiendo que es necesario volver a hacerlo porque es una forma de divulgar fuera de Euskal Herria todo lo que rodea a esta marea humana en la que se convertirán las calles y pueblos vascos.
Para la inmensa mayoría de las personas de fuera de Euskal Herria, el término Korrika es probable que no les diga nada y, sobre todo ,probablemente no sepan lo que se reivindica. Así que empecemos por el principio: ¿Qué es la Korrika? Es una carrera que se celebra, cada dos años, en favor del euskera. Se corre de forma continua, mediante relevos durante 11 días. Se porta un testigo que va pasando de mano en mano, desde el inicio de la carrera hasta su terminación. En ningún momento se detiene, puede pasar por un pueblo ya sea al mediodía como de madrugada, haga sol, llueva o nieve. Todavía recuerdo la última edición, celebrada en 2022, que a su paso entre Álava y Navarra, los participantes tuvieron que empujar a la furgoneta que va por delante de los participantes porque patinaba debido a la intensa nevada que estaba cayendo, y todo esto, siendo de noche y adentrándose en una madrugada muy gélida.
El trayecto se inicia un jueves por la tarde y termina el domingo de la semana siguiente. Detrás de la persona que porta el testigo se moviliza toda la población de la zona por donde pasa. Dentro del testigo hay un mensaje que será leído cuando llegue al final de la carrera. La edición de este año comenzará en Irún el 14 de marzo y finalizará en Baiona el 24 del mismo mes bajo el lema “Harro herri” (pueblo orgulloso). Quien tenga interés en seguirla, la puede ver en directo, puesto que hay varias páginas web que la suelen retransmitir las 24 horas del día.
Esta carrera la organiza Alfabetatze Euskalduntze Koordinakundea (AEK)(Coordinadora de Euskaldunización y Alfabetización), que tuvo su primera edición en 1980, moviliza en la actualidad a todo Euskal Herria, pues pasa por los siete territorios históricos donde se habla el euskera, la lengua más antigüa de Europa. Su objetivo es sacar a la calle el euskera, además de la labor por su recuperación, después de haber estado siglos, de una u otra forma, arrinconado.
La Korrika tiene un marcado carácter festivo-reivindicativo. Ha llegado a tal punto de éxito que, en la actualidad, no sólo se celebra a lo largo de la geografía vasca sino que también la diáspora vasca la celebra en multitud de lugares del planeta. El pasado sábado ya se ha realizado en París, pero en la mayoría de los lugares se celebrará el próximo 16 de marzo, el primer sábado en el que discurre Korrika. En el Estado español se celebrará en diferentes ciudades, como Barcelona, Madrid y otras capitales, pero la diáspora vasca y la gente de esos lugares que siente un cariño por el euskera saldrán en diferentes ciudades de Francia, Inglaterra, Escocia, Irlanda, Alemania, Argentina, EEUU, México, Australia y un largo etc…. Por eso, para los euskaltzales[2] que vivimos fuera de Euskal Herria, será un día especial porque también saldremos a la calle con las mismas ganas de apoyar a nuestra lengua.
No es la primera vez que fuera de Euskal Herria me encuentro con personas que piensan que a hoy en día no tiene razón de ser el salir a la calle para reivindicar el euskera. Ello se debe a que no tienen en cuenta la situación por la que ha pasado el euskera en los últimos 250 años y en qué situación se encuentra en el momento actual.
Si realizamos una mirada retrospectiva, nos encontraríamos con que la primera norma en la que se aprueba una prohibición del uso del euskera data del año 1772. La Real Cédula de Carlos III prohibía la contabilidad en euskera y catalán a “todos los mercaderes y comerciantes de por mayor y menor”. Posteriormente, en 1776, se prohíben los libros en euskera y catalán. El ministro real, el Conde de Aranda, exige que: “sin especial noticia suya no se den licencias por este Consejo para imprimir libros en otra lengua que la castellana” y especifica después: “archivándose la obra original de la obra de la vida de San Ignacio escrita en bascuence”. En 1801, se prohíben todo tipo de representaciones teatrales en euskera o catalán y más elementos culturales, pues se prohíbe: “representar, cantar, ni bailar piezas que no sean en idioma castellano”. En 1902 mediante la Real Orden de Alfonso XIII y del conde de Romanones se castiga a los maestros que enseñen en su idioma “o dialecto” el catecismo. Entienden los gobernantes españoles por “dialecto” no los infinitos del castellano (hasta 90 principales e infinitos subdialectos), sino todos los demás idiomas que se hablaban en la corona de Las Españas: “Los maestros y maestras de Instrucción Primaria que enseñasen a sus discípulos la Doctrina Cristiana u otra cualquiera materia en un idioma o dialecto que no sea la lengua castellana serán castigados por primera vez con amonestación… y si reincidiese, serán separados del Magisterio oficial, perdiendo cuantos derechos les reconoce la Ley”. Posteriormente en 1925 se retiran todos los libros de texto “que no estuviesen escritos en español” y tendrán suspensión de empleo y sueldo quienes enseñen en euskera o catalán[3]. Podría seguir enumerando más leyes y decretos, pero entiendo que no es necesario. La verdad es que los borbones siempre han sido campeones a la hora de aplicar prohibiciones. Y como colofón a esta relación, mencionar cuál era la posición de los socialistas vizcaínos a finales del siglo XIX y principios del XX en lo referente al euskera. Se posicionaban en los siguientes términos: “Nosotros, lo decimos como lo sentimos, dadas las circunstancias actuales, quisiéramos un gobierno que prohibiese los juegos florales donde se ensalzan las costumbres de una región en detrimento de otras, que no permitiera la literatura regionalista y que acabara con todos los dialectos y todas las lenguas diferentes de la nacional, que son causa de que los hombres de un país se miren como enemigos y no como hermanos”[4]. Está claro que hay algo peor que un nacionalista español de derechas: un nacionalista español de izquierdas.
Sencillamente este pequeño botón de muestra sirve para poder poner sobre la mesa que la prohibición del euskera no es una situación que sólo se vivió durante la dictadura franquista, como gran parte del común de los mortales piensa. Por desgracia esa forma de gobernar venía de mucho antes, lo que ha llevado a que el idioma más antiguo de Europa estuviese condenado a desaparecer y que quedara herido de muerte durante el franquismo.
Si lo que ha ocurrido a lo largo de la historia ha sido grave, tanto o más es la ofensiva judicial que se está dando en la actualidad, que está cercenando los derechos de los vascoparlantes, situándolo en la práctica como ciudadanos de segunda. Las sentencias en las que se declaran nulas la exigencia del conocimiento del euskera para puestos de trabajo en la Administración local y autonómica en los que van a tener un contacto con la ciudadanía es tan sólo un botón de muestra.
Desgraciadamente los enemigos del euskera ni han desaparecido ni descansan en su labor de ponerle todo tipo de obstáculos. Son los que tienen un modelo que se define de la siguiente forma: Un Estado, una única nación, un único idioma y todo lo que no cumple estos parámetros está fuera, no existe y si, por casualidad existiera, hay que hacer todo lo posible para que no exista.
Sin embargo, los que salimos a reivindicar el euskera no lo hacemos en clave de contraponerlo contra otros idiomas. Entendemos que perfectamente pueden convivir varios idiomas en igualdad de derechos. Porque eso, además de ser una riqueza cultural, ayuda a crecer a los individuos de un grupo o colectividad. Un pueblo bilingüe tiene una visión mucho más abierta y plural que un pueblo monolingüe.
Hoy en día corren vientos y nubes negras por el Estado Español que amenazan a todo lo que no sea la uniformidad y esa amenaza se cierne especialmente sobre los idiomas de los diferentes pueblos y naciones del Estado español. Los que son monolingües deben de tener algún problema oculto con el hecho que haya personas bilingües. Todo esto me recuerda la canción de Oskorri cuando dice “Euskal Herrian euskara hitz egiterik ez bada bota dezagun demokrazia zerri askara geure arima hiltzen uzteko bezain odolgalduak ez gara” (Si no es posible ni hablar euskera en Euskal Herria podemos tirar esta democracia al comedero de los cerdos; no somos tan descastados como para dejar morir nuestra alma).
Lo que los euskaldunes[5] y los euskaltzales no podemos olvidar que estas nubes negras no son la primera vez que pasan por el cielo de Euskal Herria, siendo nuestros antepasados los que las han sorteado hasta nuestros días. Por ello quiero terminar con el poema que escribió un intelectual y poeta Felipe Arrese Beitia[6], Santugiñe: “Euskaldun jaio nintzen, euskalduna azi, euskara utsik amak, eustan irakatsi, euskara maite maite, zabiltz neugaz beti, euskara ill ezkero, ez dot gura bizi” (Nací euskaldun, crecí euskaldun, mi madre sólo me enseñó euskera, querido euskera siempre andas en mí, desde que muere el euskera no quiero vivir).
[1] Korrika: El significado literal de este término en euskera es “corriendo”.
La normalización del uso del euskera ¿el fin de una anomalía democrática?
“Euskara,/ Jalgi hadi mundura!/ Jalgi hadi mundura!/ Lengoajetan ohi hintzan/ Estimatze gutitan;/ Orai aldiz hik behar duk/Ohorea orotan”.
(¡Euskera Sal al mundo! /Estabas en poca estima/ Entre las lenguas;/ Pero ahora serás la más noble/ de todas).
Bernat Etxepare
A caballo del siglo XV y XVI, Bernat Etxepare (1480-1545), autor del primer libro en lengua vasca del que hay constancia, escribió una poesía en la que pedía que el euskera saliese al mundo en pie de igualdad con el resto de lenguas. Muy optimista fue el clérigo bajonavarro, pues la realidad histórica ha sido bien distinta. Idioma perseguido y minorizado a lo largo de la historia, sufriendo uno de los mayores ataques a lo largo del siglo XX, convirtiéndose en una lengua minorizada y en peligro de extinción.
La historia ha venido a demostrarnos que para que el euskera sobreviva no queda más remedio que defenderlo día a día, y para ello hay que situarlo en todos los ámbitos de la vida, que bastantes ataques sufre, y sino que se lo pregunten a los ayuntamientos vascos con la última sentencia del Tribunal Constitucional o cuando el juez de turno anula una oposición en la que se exige el conocimiento del euskera. Da igual que sean reaccionarios o progresistas, cuando hay que dictar sentencias sobre el euskera, uno ya se huele el resultado antes de que se reúnan a deliberar. Los magistrados no parecen tener presente el aplicar la discriminación positiva en defensa de una lengua que está en una situación de clara desventaja.
Todo esto viene a cuento porque quién nos iba a decir hace unos meses que en el Congreso de los diputados podríamos escuchar a algunos diputados vascos poder realizar sus discursos en euskera sin que la presidencia de turno no cortara automáticamente la intervención del orador, que es lo que hacía Meritxell Batet. Y he dicho algunos, porque no todos los parlamentarios vascos dominan la lengua de Etxepare, Arrese Beitia, Lauaxeta, Kanpion, Azkue, Gabriel Aresti, Txillardegi, Atxaga o Kirmen Uribe. Es lo que hay, y no es que sea porque no quieran “hacer el canelo”, es porque algunos, como Borja Semper, autor de esta última sinsorgada, no saben ni han hecho intención de aprenderlo. Para muchos de esos políticos, en el mejor de los casos, el euskera es como un jarrón chino que sirve para enseñarlo a las visitas. Para otros, y no son pocos, la linguae navarroum hay que introducirla en un gueto, sin posibilidad que pueda expandirse, para ellos bastante tienen con aguantar que el euskera sea una lengua milenaria y la más antigua de Europa. Sencillamente, esto último les supera.
La realidad sea dicha, que se haya logrado que todas las lenguas que se hablan en el Estado español puedan ser utilizadas en el Congreso ha sido más producto de la aritmética parlamentaria actual que de la convicción de algún grupo parlamentario en la defensa de esta reivindicación, y me estoy refiriendo al PSOE. Pues no es la primera vez que se planteaba en el Congreso esta reivindicación, pero en ese momento el PSOE no tuvo reparos en unir sus votos al PP y VOX para rechazar este tipo de iniciativas, sin ir más lejos, en junio de 2022 fue planteada por ERC y PNV para usar las lenguas oficiales en la Cámara Baja, siendo rechazada por PSOE, PP, Vox y Ciudadanos. Sin embargo, en esta ocasión el PSOE ha hecho de la necesidad virtud, y ha dado el paso para normalizar en el Congreso el uso de algunas lenguas que se hablan en el Estado español. Y he dicho de algunas, porque el bable, el aranés y el aragonés no han corrido la misma suerte.
No voy a poner en cuestión al PSOE en su actitud favorable con otras lenguas cooficiales, como en el caso del catalán o el galego, pero en el caso del euskera, siempre ha tenido una actitud más hostil o, en el mejor de los casos, más remolona. No voy a traer a colación los posicionamientos del PSOE en sus primeros años de andadura política, a finales del siglo XIX y primer tercio del siglo XX, porque sonrojaría a más de uno. No cabe duda que el PSOE ha evolucionado, pero sigue teniendo muchas contradicciones, como votar a favor de que el euskera, catalán y gallego se puedan utilizar en el Congreso de los diputados, pero marginar a la linguae navarrorum en Navarra, convirtiéndola en una lengua de tercera y eso es gracias al PSOE, que en esa comunidad aplica políticas de apartheid lingüístico de la mano de UPN.
Si de algo no hay duda, es que los derechos no se conceden sino que se conquistan, y la historia del euskera lo demuestra, el reconocimiento del euskera ha sido gracias a la lucha en diferentes espacios, estando latente el peligro en el que viven las lenguas minorizadas, y no cabe duda que en la comunidad vascoparlante de Navarra va a tener que luchar contra viento y marea para lograr los derechos que le asisten y poner al euskera al mismo nivel que el castellano.
Por ello, lo de hoy en el Congreso, en lo referente al euskera es un hecho importantísimo y se puede decir que histórico, pero mucho más lo será cuando la ciudadanía navarra vascoparlante deje de estar discriminada en su comunidad y el euskera deje de sufrir ataques por parte de algunas instituciones del Estado, en concreto, de la judicatura. Es entonces cuando se dará una normalización del uso del euskera, pero hasta entonces seguirá habiendo una anomalía democrática en el Estado español.
En este debate, la extrema derecha española y sus altavoces mediáticos nos han obsequiado con lo mejor de su repertorio, han realizado un esfuerzo colosal en su afán de superarse a sí mismos para oponerse y centrar el debate en sus típicos mantras, el “España se rompe”, “Gobierno golpista”, “ataque al español”, “humillación para España y los españoles”, “un paso más hacia la destrucción de la unidad nacional”, “un día dramático”, “los españoles hablamos español”. No es que les vaya a dar ideas, pero les ha faltado decir una frase que he escuchado en más de una ocasión y no hace tanto tiempo: “aquí se habla en cristiano”. Algo que ha hecho la extrema derecha española a lo largo de su historia, es unir los conceptos de nación, idioma y religión, algo así como aquellas frases de “una unidad de destino en lo universal” o “el imperio hacia Dios”, es decir, nacionalismo rancio español en su más alta expresión.
Los que se han opuesto en el Congreso son los herederos ideológicos y políticos de los que durante décadas prohibían el uso del euskera, poniendo multas si era utilizado en la calle, desterrándolo totalmente de la enseñanza, su censura no permitía publicar libros, periódicos en euskera o su utilización en medios de comunicación. Pusieron en marcha una cruzada total para herirlo de muerte. Era la España en blanco y negro. Pero también son los responsables directos del mayor ataque al euskera durante el régimen del 78- Lo realizaron hace 25 años, con un gobierno del PP, cerrando el único periódico que se publicaba íntegramente en euskera. Un cierre que fue declarado ilegal por la Audiencia Nacional, que absolvió a todos los procesados y que al final el TDHE acabó condenando al Estado español, por no haber investigado las torturas que sufrieron los miembros del consejo de administración del periódico durante el periodo de detención en dependencias policial. Visto lo visto, lo de que se hable en euskera en el Congreso es la mayor bofetada que han podido recibir.
Como he dicho anteriormente, el problema que tienen está en que su esquema rudimentario se basa en “un Estado, una nación, un idioma”. Y todo lo que se salga de ahí es un ataque a su nación. Lo de la diversidad lingüística y cultural nunca ha ido con ellos, son más de uniformidades y, si es necesario, a base de palo y mano dura, amigos de que la letra con sangre entra. Son incapaces de ver que el hecho que en el Estado español se hablen varias lenguas en pie de igualdad es una riqueza d la que deberían de estar orgullos y no un ataque al castellano. Pero, desgraciadamente, que nadie busque algo de racionalidad en su discurso porque no la va a encontrar.
La extrema derecha española, y digo extrema, porque lo que se dice derecha a secas haberla no hayla, se encuentra totalmente desquiciada por no haber digerido todavía el resultado del 23J, y el hecho que la legislatura empiece con la normalización lingüística en el Congreso ha sido la puntilla. No cabe duda que esta legislatura se les va a hacer muy larga.
Euskararen alde oihu bat-Un grito en favor del euskera
Ayer, sábado, día 6 de abril, para los euskaltzales[1] que vivimos en Madrid fue un día especial porque celebramos la Korrika[2]. Para la inmensa mayoría de las personas de fuera de Euskal Herria , el término Korrika es probable que no les diga nada y, sobre todo ,no creo que sepan lo que se reivindica.
Atzo txandal jantzi ginen eta Korrikaren petoarekin kalera irten ginen gure hizkuntza aldarrikatzeko. Euria egin arren umorez beteta oihukatzeko euskaraz bizi nahi dugula kaleak hartu genituen.
La korrika es una carrera que se celebra, cada dos años, en favor del euskera. Se corre de forma continua, mediante relevos durante 11 días. Se lleva un testigo que va pasando de mano en mano, desde el inicio de la carrera hasta su terminación. En ningún momento se detiene, puede pasar por un pueblo ya sea al mediodía como de madrugada.
El trayecto se inicia un jueves por la tarde y termina el domingo de la semana siguiente. Detrás de la persona que porta el testigo se moviliza toda la población de la zona por donde pasa. Dentro del testigo hay un mensaje que será leído cuando llegue al final de la carrera.
Esta carrera, que tuvo su primera edición en 1980, moviliza en la actualidad a todo Euskal Herria, pues pasa por los siete territorios históricos donde se habla el euskera, la lengua más antigüa de Europa. Su objetivo es sacar a la calle el euskera, además de la labor por su recuperación, después de haber estado siglos, de una u otra forma, arrinconado.
La Korrika tiene un marcado carácter festivo-reivindicativo. Ha llegado a tal punto de éxito que, en la actualidad, no sólo se celebra a lo largo de la geografía vasca sino que también la diáspora la celebra en multitud de lugares del planeta. Este fin de semana no sólo la hemos celebrado en Madrid sino que también se ha celebrado en otros puntos de Estado Español y en ciudades de Francia, Inglaterra, Escocia, Irlanda, Alemania, Argentina, EEUU, México y un largo etc…,,
A mí, cuando se habla de la Korrika, me vienen muchas cosas a la mente todas y ellas ligadas al euskera y la cultura vasca. El recuerdo de personas que he tenido la inmensa suerte de conocer y que pusieron toda la pasión en esta ingente labor de recuperación y normalización de esta lengua. Podría mencionar muchas, pero sólo voy a mencionar a un par de personas que ya no están entre nosotros. La primera de ellas es Bittor Kapanaga. Sin duda alguna un sabio del euskera y de la cultura vasca. Estudioso e investigador incansable, autor de varias obras sobre el euskera pero quizás más conocido por ser el autor de diferentes letras de canciones que son un icono de la música vasca: “Ba gare”, “Geu askatzaile”, “Laster laster”, “Gogoa nun dugu” y un largo etc. Kapanaga era persona sencilla, dispuesta a compartir sus conocimientos con cualquier persona que tuviera interés por el tema. Algún día tendrá un reconocimiento a la altura de su talla intelectual. La otra persona a la que quiero hacer una pequeña mención es Joseba Kanpo, fundador e impulsor de la Korrika dentro de la labor que realizaba en favor de la recuperación del euskera. La Korrika es hoy lo que es, entre otros, gracias a él.
Habrá quien, desde fuera de Euskal Herria, piense que hoy en día no tiene razón de ser el salir a la calle a reivindicar el euskera. Las personas que realicen este razonamiento sin duda alguna lo hacen, en mi opinión, sin tener en cuenta la situación por la que ha pasado el euskera en los últimos 250 años y su momento actual.
La primera norma en la que se aprueba una prohibición del uso del euskera data del año 1772. La Real Cédula de Carlos III prohibía la contabilidad en euskera y catalán a “todos los mercaderes y comerciantes de por mayor y menor”. Posteriormente, en 1776, se prohíben los libros en euskera y catalán. El ministro real, el Conde de Aranda, exige que: “sin especial noticia suya no se den licencias por este Consejo para imprimir libros en otra lengua que la castellana” y especifica después: “archivándose la obra original de la obra de la vida de San Ignacio escrita en bascuence” En 1801, se prohíben todo tipo de representaciones teatrales en euskera o catalán y más elementos culturales, pues se prohíbe: “representar, cantar, ni bailar piezas que no sean en idioma castellano”. En 1902 mediante la Real Orden de Alfonso XIII y del conde de Romanones se castiga a los maestros que enseñen en su idioma “o dialecto” el catecismo. Entienden los gobernantes españoles por “dialecto” no los infinitos del castellano (hasta 90 principales e infinitos subdialectos), sino todos los demás idiomas que se hablaban en la corona de Las Españas: “Los maestros y maestras de Instrucción Primaria que enseñasen a sus discípulos la Doctrina Cristiana u otra cualquiera materia en un idioma o dialecto que no sea la lengua castellana serán castigados por primera vez con amonestación… y si reincidiese, serán separados del Magisterio oficial, perdiendo cuantos derechos les reconoce la Ley”. Posteriormente en 1925 se retiran todos los libros de texto “que no estuviesen escritos en español” y tendrán suspensión de empleo y sueldo quienes enseñen en euskera o catalán[3]. Podría seguir enumerando más leyes y decretos, pero entiendo que no es necesario. La verdad es que los borbones siempre han sido campeones a la hora de aplicar prohibiciones. Y como colofón a esta relación, mencionar cuál era la posición de los socialistas vizcaínos a finales del siglo XIX y principios del XX en lo referente al euskera. Se posicionaban en los siguientes términos: “Nosotros, lo decimos como lo sentimos, dadas las circunstancias actuales, quisiéramos un gobierno que prohibiese los juegos florales donde se ensalzan las costumbres de una región en detrimento de otras, que no permitiera la literatura regionalista y que acabara con todos los dialectos y todas las lenguas diferentes de la nacional, que son causa de que los hombres de un país se miren como enemigos y no como hermanos”[4]. Está claro que hay algo peor que un nacionalista español de derechas: un nacionalista español de izquierdas.
Sencillamente este pequeño botón de muestra sirve para poder poner sobre la mesa que la prohibición del euskera no es una situación que sólo se vivió durante la dictadura franquista, como gran parte del común de los mortales piensa. Por desgracia esa forma de gobernar venía de mucho antes, lo que ha llevado a que el idioma más antiguo de Europa estuviese condenado a desaparecer y a que quedara herido de muerte durante el franquismo. Desgraciadamente los enemigos del euskera ni han desaparecido ni descansan en su labor de ponerle todo tipo de obstáculos. Son los que tienen un modelo que se define de la siguiente forma: Un Estado, una única nación, un único idioma y todo lo que no cumple estos parámetros está fuera, no existe y si, por casualidad existiera, hay que hacer todo lo posible para que no exista .
Sin embargo, los que salimos a reivindicar el euskera no lo hacemos en clave de contraponerlo contra otros idiomas. Entendemos que perfectamente pueden convivir varios idiomas en igualdad de derechos. Porque eso, además de ser una riqueza cultural, ayuda a crecer a los individuos de un grupo o colectividad. Un pueblo bilingüe tiene una visión mucho más abierta y plural que un pueblo monolingüe.
Hoy en día corren vientos y nubes negras por el Estado Español que amenazan a todo lo que no sea la uniformidad y esa amenaza se cierne especialmente sobre los idiomas de los diferentes pueblos y naciones del Estado español. Los que son monolingües deben de tener algún oculto problema con el hecho que haya personas bilingües. Todo esto me recuerda la canción de Oskorri cuando dice “Euskal Herrian euskara hitz egiterik ez bada bota dezagun demokrazia zerri askara geure arima hiltzen uzteko bezain odolgalduak ez gara” (Si no es posible ni hablar euskera en Euskal Herria podemos tirar esta democracia al comedero de los cerdos; no somos tan descastados como para dejar morir nuestra alma).
Lo que los euskaldunes[5] y los euskaltzales no podemos olvidar que estas nubes negras no son la primera vez que pasan por el cielo de Euskal Herria, siendo nuestros antepasados los que las han sorteado hasta nuestros días. Por ello quiero terminar con el poema que escribió un intelectual y poeta Felipe Arrese Beitia[6], Santugiñe: “Euskaldun jaio nintzen, euskalduna azi, euskara utsik amak, eustan irakatsi, euskara maite maite, zabiltz neugaz beti, euskara ill ezkero, ez dot gura bizi” (Nací euskaldun, crecí euskaldun, mi madre sólo me enseñó euskera, querido euskera siempre andas en mí, desde que muere el euskera no quiero vivir).
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