La democracia de propietarios: dictadura de la vivienda

La democracia de propietarios: dictadura de la vivienda

Julio de 2024, desahucian en Barcelona a una mujer de 65 años, enferma de cáncer de colon; julio de 2024, desahucian en Lavapiés a una mujer de 94 años, por no poder pagar un alquiler 200 euros más alto que su pensión; julio de 2024, desahucian a una mujer de 59 años y a su hijo de ocho en el barrio de Lavapiés; junio de 2024, un juez decide desahuciar a una familia vulnerable con un hijo menor de edad a pesar que el casero tiene 27 viviendas; octubre de 2024, el Ayuntamiento de Zaragoza pretende el desalojo de una familia vulnerable de las viviendas municipales del Actur; noviembre de 2024, desahucian a una mujer de 70 años en Bizkaia tras ser víctima de un préstamo con cláusulas abusivas; enero de 2023, desahucio exprés de una mujer con sus dos hijos en Ortuella (Bizkaia).

Noticias como las que acabo de recoger son una constante, uno puede mirar para otra parte, pero ahí están, son como un martillo pilón que deberían de servir para abrir una profunda reflexión sobre un derecho que está recogido en la Constitución y en el ordenamiento internacional como la Declaración Universal de los DDHH, pero que se ha convertido en un brindis al sol, pues existe un problema de vivienda en el Estado español y la realidad es que no hay voluntad política para afrontarlo.

La crisis de 2008 tuvo su epicentro en ese triángulo formado por la construcción, el sector inmobiliario y financiero, este último debido a su exposición en el mercado hipotecario, lo que trajo una ola de desahucios por impago de los préstamos hipotecarios. Pero superada esa crisis, los desahucios no han remitido, siendo ahora motivados por el impago de los alquileres.

La democracia de propietarios: dictadura de la vivienda
Pablo Carmona

Para estudiar todo lo relativo al problema de la vivienda en el ciclo comprendido entre 2013 y 2022, nada mejor que recurrir a un ensayo que disecciona todo ese periodo, analizando de forma pormenorizada todos los movimientos que se han dado alrededor de la vivienda. Con el título “La democracia de propietarios. Fondos de inversión, rentismo popular y lucha por la vivienda” (Editorial Traficantes de Sueños), y que salió a la calle en octubre de 2022, Pablo Carmona Pascual, autor de este libro, ha realizado un trabajo que es imprescindible para poder entender todo lo que está pasando a día de hoy en todo este campo de minas que es la vivienda.

El propósito del autor no es otro que “ofrecer una visión de conjunto del periodo que va desde 2012 hasta 2022. A través de esta panorámica, se propone hacer un somero mapa de la propiedad inmobiliaria, especialmente en lo que respecta al sector residencial y, más concretamente, al alquiler”.

Para llegar al ciclo actual, el autor nos hace un breve repaso de lo que han sido las políticas en materia inmobiliaria. Desde esa idea del franquismo en la que se forja la expresión “sociedad de propietarios”, pasando por las políticas del PSOE en los años 80, donde se promocionó la adquisición de vivienda como principal método de ahorro e inversión, para llegar al posterior ciclo expansivo desde 1995 hasta 2008. Y entre cada uno de esos ciclos expansivos, su correspondiente crisis, porque capitalismo y crisis siempre van de la mano.

Quisiera destacar que este libro rompe con algunos clichés acerca de la situación que se está viviendo en la actualidad en el sector de la vivienda y, en concreto, en el mercado del alquiler y que comentaré con posterioridad.

Si este ensayo destaca por algo, es por la gran cantidad de datos y estadísticas que aporta, obtenidos de diferentes organismos públicos y de estudios realizados por las empresas del sector de la construcción e inmobiliario; información que es una herramienta fundamental a la hora de elaborar este trabajo y realizar un análisis certero.

De una forma muy didáctica, a la hora de analizar todo lo que supuso la crisis inmobiliaria que se produjo en 2008, y el escenario que se generó, el autor expone el proceso de digestión de los activos inmobiliarios que estaban en manos de las entidades financieras  y que fueron a parar a la SAREB, lo que comúnmente se ha conocido como el banco malo. Con los datos que aporta Pablo Carmona, la conclusión de todo ello es muy clara: el Estado asumió el coste de la fiesta en la que las entidades financieras fueron las grandes responsables, aunque no las únicas,  de haber creado la burbuja inmobiliaria. Con el dinero del contribuyente se sanearon los balances de los bancos, inmobiliarias y constructoras, y se llegó a legislar en beneficio de los responsables de todos los desmanes que se dieron. Y los diferentes gobiernos pusieron en bandeja a fondos de inversión y diferentes inversores todos los activos con los que tuvo que cargar la SAREB. Por el contrario, a las Administraciones Públicas en ningún momento se le pasó por la cabeza crear un parque de vivienda estatal para gestionarlo desde un prisma diferente al puramente especulativo.

Es aquí donde el autor nos expondrá las líneas maestras de todos los movimientos que se dieron para cambiar radicalmente el mercado inmobiliario en el Estado español. Datos como que el mercado deja de girar en torno a los bancos y las cajas de ahorro, que reducen su exposición en el sector inmobiliario, cortando de forma radical la concesión de préstamos hipotecarios, lo que les ha llevado a perder protagonismo en favor de los fondos de inversión, y el crecimiento del sector residencial en alquiler. Todos los movimientos de los diferentes actores son señales muy nítidas para ver como “los grupos con menor renta habían sido empujados a engrosar la nueva caja social de los inquilinos precarios”. Y en todo momento las grandes corporaciones gozando de una legislación realizada su medida. La imposibilidad de poder acceder a la financiación para la adquisición de una vivienda por un sector muy importante de la sociedad, la ha abocado a recurrir al alquiler, lo que ha contribuido, entre otras circunstancias, al incremento desorbitado de los precios.

Lo expuesto hasta ahora podría hacernos pensar que en este periodo los grandes grupos de inversión a través de los fondos de inversiones y otras figuras mercantiles, como las SOCIMI, se han hecho con la mayor parte del mercado de alquiler. En concreto, el hecho que se hayan quedado con gran parte del parque de viviendas que poseían algunas administraciones nos puede llevar a esa conclusión, y nada más lejos de la realidad. Anteriormente decía que este ensayo rompe con algunos clichés, y sin lugar a dudas, el más importante es este, porque los datos que aporta, todos ellos obtenidos de las diferentes administraciones y estudios realizados por empresas del sector, no dejan lugar a dudas: el 95% de las viviendas en alquiler en el Estado español son propiedad de particulares. Esta información es la que nos va a ayudar a entender, no solo la situación que se está viviendo, sino algo más importante, el porqué de las políticas en materia de vivienda, qué finalidad tienen y la ideología que encontramos detrás de ellas. Es a la hora de tratar todo esto, cuando uno entiende las conclusiones de este trabajo.

Salvando las distancias, los antecedentes al dato anteriormente expuesto los encontramos en las políticas llevadas en el reino Unido a lo largo de la década de los 80 del siglo pasado. La democracia de propietarios, concepto que da nombre a este ensayo, y que tiene su origen en las políticas neoliberales que Margaret Thatcher aplicó en el Reino Unido, y que fueron fundamentales para lograr el éxito electoral. Este ensayo es muy elocuente a la hora de explicarlo: “Su lógica era clara. El alto porcentaje de propietarios en el Reino Unido garantizaba el éxito electoral de las fuerzas que pusieran la defensa de la propiedad privada en el centro del programa”, y para ello convirtió cinco millones de viviendas públicas en alquiler de viviendas en propiedad, mediante políticas de privatización. Pero todo ello ¿con qué finalidad? “se buscaba crear un cuerpo político y electoral temeroso de cualquier cambio que afectase a los valores y la seguridad jurídica de sus bienes”. El nuevo liberalismo prueba nuevas ideas, y así lo expresa Pablo Carmona: “Para la nueva política neoliberal, el verdadero eje de articulación de las clases medias  no era tanto el libre mercado como la defensa de sistemas legales y sociales que protegiesen la propiedad privada y el status social que le acompañaba”.

La pregunta que se hace este ensayo es lógica: cómo se ha articulado estas políticas en el Estado español. Es aquí donde vamos a encontrar como se va creando la figura del rentista, como familias de clase media y alta se hacen con una grandísima parte del stock inmobiliario, gracias al “hundimiento de los precios” producido por la crisis. En este caso, sin producir el ruido mediático que podían generar las grandes operaciones inmobiliarias de las SOCIMI o fondos de inversión, se realizaban operaciones inmobiliarias con un afán especulador, para destinarlas al mercado del alquiler y del uso turístico. Pero esta especulación, como bien dice Pablo Carmona, “era vista con simpatía en grandes capas de la sociedad”.

El porcentaje de propietarios que se dedican al alquiler es de tal magnitud, que “se da una transversalidad social que ha adquirido la defensa de la propiedad inmobiliaria”. Algo difícil de combatir.

En todo este proceso en el que no han existido políticas públicas de alquiler, poniendo todo el negocio del alquiler en manos privadas, este ensayo no deja pasar por alto un dato que no deja de ser la guinda a todo este pastel: los grandes beneficios fiscales de los que disfrutan tanto las grandes corporaciones cuya actividad es el alquiler de viviendas, como los privilegios fiscales de que gozan los particulares que tienen pisos arrendados.

La lectura de este libro no deja indiferente, y es inevitable el que al lector le surjan preguntas. En mi caso, únicamente voy a dejar las siguientes: ¿qué podemos esperar de los partidos políticos a la hora de resolver el problema de la vivienda? ¿Cuál es la salida a esta situación en la que se encuentran un sector importante de la población? Para salir de la situación actual, Pablo Carmona no duda en afirmar que “el objetivo debería ser controlar y abaratar radicalmente el mercado del alquiler o crear un parque público de viviendas en alquiler asequible o a coste cero sobre la base de esas viviendas ya existentes”, pero como muy bien dice, el gran problema es que con la “colaboración público-privada” que se da en el Estado español, “es imposible distinguir donde acaban las políticas públicas y donde empiezan los grandes planes de las grandes empresas”.

A modo de conclusión. Ante esta deriva que ha llevado al surgimiento de una nueva modalidad de capitalismo, el que denominan “capitalismo rentista”, las peguntas que se hace el autor, y que nos podemos hacer todos, es ¿Cómo construir un movimiento político y social que se nutra del conjunto de la conflictividad existente en este campo? ¿Cómo abigarrar y organizar mejor los movimientos de lucha por el derecho a la vivienda?

La democracia de propietarios: dictadura de la vivienda
La democracia de propietarios. Fondos de inversión, rentismo popular y la lucha por la vivienda

 

 

1974: Convulsión y rupturas en ETA (2ª parte)

1974: Convulsión y rupturas en ETA (2ª parte)

La ruptura del Frente Obrero. Nacimiento de LAIA

A mediados de 1974 ETA[1] celebra su III Biltzar Ttipia desde la celebración de la primera parte de su VI Asamblea y se consuma lo que se venía madurando en los últimos meses. La mayor parte del Frente Obrero abandona la organización y su objetivo es la creación de un partido comunista vasco. El nuevo partido se llamará LAIA (Langileen Alderdi Iraultzaile Abertzalea)[2].

1974: Convulsión y rupturas en ETA-Segunda Parte
Cartel de LAIA (Lazkaoko Beneditarren Fundazioa-Fundación de los Benedictinos de Lazkao)

Esta escisión, a diferencia de las anteriores (ETA-berri y ETA VI) no cuestiona la ideología independentista ni en cierta forma la lucha armada, si bien critican el activismo alejado de las masas. LAIA celebra su asamblea fundacional en agosto de 1974 en la localidad de Domezain (Zuberoa)[3]. En el momento de su constitución la crítica que realiza a ETA es la presencia de elementos antimarxistas, nacionalistas reaccionarios y libertarios por lo que ETA no podrá transformarse en la vanguardia de la clase obrera vasca. No hay que olvidar que ETA, heredera de la V Asamblea de ETA, se define como socialista y aunque el método de análisis es marxista, en ningún momento se define como marxista-leninista, sin perjuicio que haya militantes que así se definan.

LAIA tiene una evolución ideológica no exenta de tensiones internas. Si bien en un inicio se la puede encuadrar dentro de la ideológica marxista-leninista, en ella conviven militantes que son trotskistas y autónomos. Esto es importante tenerlo en cuenta porque en un futuro estas diferentes sensibilidades provocarán futuras escisiones.

Este proyecto político genera una atracción en diferentes sectores pues viene a llenar ese hueco que la organización armada no ha sido capaz de ello, debido a lo complicado de compatibilizar la lucha armada y la lucha de masas por la misma organización.

1974: Convulsión y rupturas en ETA-Segunda Parte
Portada de la revista Sugarra nº 1 editada por LAIA (Lazkaoko Beneditarren Fundazioa-Fundación de los Benedictinos de Lazkao)

En el primer número de su revista teórica Sugarra (la llama), LAIA publica las razones de su nacimiento.

                “Si hemos optado por estructurarnos fuera de ETA, rechazando las siglas por las que hemos luchado […] La razón que nos ha movido a ello ha sido la imposibilidad de transformar a ETA en un aparato capaz de desarrollar una política revolucionaria que respondiera a los intereses de la clase obrera vasca […] La imposibilidad de ver cumplido este objetivo dentro de ETA, es decir, la imposibilidad de romper con el activismo alejado de las masas que nos atenazaba, está en el origen de nuestra ruptura con ETA […] La revolución no se hace por el hecho de mantener a la gente unida numéricamente, sino tan solo si esta unidad está cimentada de una línea política correcta […] Podemos declarar que lo que nos unía como grupo no era la coherencia ideológica, sino la necesidad imperiosa de contrarrestar la corriente “españolita” de VI […] El único nexo de unión era el común deseo de ofrecer una alternativa abertzale ante las posturas liquidacionistas de los grupos españolistas respecto al problema nacional […]”.

En la revista Sugarra recogen los objetivos estratégicos del nuevo partido. Nacen para “trabajar por todos los medios en la organización dinámica de la clase obrera vasca a fin de instaurar una República Popular de Euskadi y la creación de un nuevo Estado al servicio de la clase obrera y las capas populares”.

No todo el Frente Obrero que abandona la organización armada pasa a formar parte de LAIA. Los militantes del FO de Gipuzkoa en su gran mayoría organizan el partido LAIA pero los militantes del FO de Bizkaia no se incorporan a esta nueva organización pasando a trabajar de forma autónoma.

                Impulso de los Comités Obreros Abertzales (COA) y nacimiento de LAB

La escisión vivida en el Frente Obrero no se parece en nada a las que ha sufrido anteriormente ETA por lo que no pasa desapercibida en la militancia ni en la dirección de la organización. Es en 1974 cuando la dirección de la organización armada impulsa con los militantes del Frente Obrero que no abandonan la organización la creación de organismos de masas que sirvan para organizar a la clase trabajadora vasca desde una óptica abertzale y revolucionaria. Se van constituyendo los Comités Obreros Abertzales (COA). Estos comités surgen en algunas comarcas de Gipuzkoa (Valle del Urola y Alto Deba). Tienen el problema que en este espacio de lucha las organizaciones de la izquierda radical estatal (LCR, MCE y ORT) llevan tiempo trabajando con la ventaja que la represión se ha cebado en menor medida en ellas al no practicar la lucha armada. En un principio estos COA son impulsados tanto por ETA como por LAIA para potenciar la organización de los trabajadores abertzales en las fábricas. En este momento son comités autónomos que no tienen una estructura común.

Estas estructuras obreras que son independientes entre sí tienen la necesidad de unificarse, lo que llevará a ETA[4] a favorecer un encuentro en el mes de enero de 1975 entre estos comités para avanzar en la creación de una única organización. Todo esto llevará a que en mayo de 1975 a que nazca la organización LAB (Langile Abertzaleen Batzordeak).

Para LAIA esta fórmula de unificar en una estructura estos comités obreros puede provocar de nuevo que sean objetivo de la represión por lo que se descolgará del proyecto de LAB e impulsará los grupos obreros autónomos LAK (Langileen Abertzale Komiteak). Estos comités obreros tienen una presencia globalmente bastante escasa en todo Euskadi, teniendo mayor implantación en algunas zonas de Gipuzkoa.

Todo este proceso lo que deja patente es que desde la V Asamblea uno de los problemas que tiene ETA en relación con el movimiento de masas es la falta de una estructura organizada dedicada a la labor de las masas, que pudiera trabajar sin tener que definirse como estructura de ETA por lo que podía conllevar en el terreno de la represión, situación que aprovechan las organizaciones políticas de izquierda estatal ya que al no practicar la lucha armada tienen una mayor capacidad para implantarse y desarrollar una actividad política en diferentes ámbitos (fábricas, universidad, etc).

LAB viene a cubrir esa carencia que ETA tiene en el campo obrero, y en ese contexto se define “como organización de masas para la clase trabajadora vasca  en una línea abertzale y de clase”.  Tiene una vocación asamblearia y no pretende ser portavoz de los trabajadores a la hora de negociar convenios con la patronal porque entiende que esa responsabilidad recae en las asambleas de fábricas.

La escisión entre milis[5] y polimilis[6]

En ese período en el que los atentados de todo tipo, choques violentos entre guardias civiles y miembros de ETA y detenciones son constantes, el día 13 de septiembre de 1974 se produce en Madrid el atentado de la cafetería Rolando que estaba situada al lado de la DGS (Dirección General de Seguridad), en el que mueren 11 personas y 71 resultan heridas. De los fallecidos solo uno es policía y el resto de las víctimas son civiles que se encontraban en el local. Ante el error cometido por ETA la dirección no quiere reivindicar el atentado, pero un sector de la organización entiende que deben de reivindicar el atentado, por lo que este atentado y su no reivindicación va a ir generando una desazón entre la militancia que se verá reflejada en la reunión del IV Biltzar Ttipia que se celebra en octubre de 1974 con la finalidad de preparar la celebración de la Segunda parte de la VI Asamblea, dándose dos posturas ante el atentado: Un sector quiere eludir la autoría del atentado para evitar la imagen que le puede generar. Este sector corresponde con la corriente mayoritaria existente en la organización que es la político-militar. Por el contrario, el otro sector exige que sea reivindicado el atentado llevando aparejado el asumir la responsabilidad que ello va a comportar. Este sector minoritario es de la opinión que la ocultación de los hechos por graves que fueran, son propios del sistema que se combate. Esta postura es defendida por la corriente que se conocerá como militar.

En este contexto en el que los cambios políticos se hacen cada vez más sensibles la dirección de la organización, es decir, el Biltzar Ttipia realiza un análisis de la situación y elabora un programa para el futuro. En este análisis y hoja de ruta se plantean cuestiones como la legalización, el papel de la lucha armada en el futuro régimen. En ese momento los problemas de la organización armada se dividen en dos grandes bloques: a) el problema de la estructura de ETA que está lastrando a la organización y b) la táctica que tiene que seguir la organización en el futuro inmediato.

En términos ideológicos o políticos no hay diferencias entre ambas corrientes, o las que hay no son de gran calado. Las posturas que defiende cada una de las corrientes se pueden resumir en los siguientes términos:

1974: Convulsión y rupturas en ETA-Segunda Parte
Revista Hautsi 1976, editada por ETA político-militar (Lazkaoko Beneditarren Fundazioa-Fundación de los Benedictinos de Lazkao)

Una corriente mayoritaria que a partir de la escisión será conocida como ETA (político-militar) plantea en el plano organizativo transformar la estructura de la organización, desapareciendo los antiguos cuatro frentes[7] para pasar a una estructura político-militar, influidos por el modelo organizativo de los tupamaros uruguayos. Se basan en el análisis que ambas actividades (política y militar) están íntimamente ligadas y deben de estar muy coordinadas.

Las actividades de los frentes militar y obrero a nivel local serían coordinadas por un único responsable de zona y sería el responsable de las acciones armadas.  Se mantiene un frente llamado “bereziak” (especiales) que serán los encargados de planificar y realizar acciones militares complejas y de largo alcance, funcionando con un grado de autonomía por razones de seguridad.

Esta estructura engarza la lucha política con la militar a diferencia de la praxis que había habido hasta entonces que cada frente trabajaba de forma autónoma. Es por ello, que a esta fórmula organizativa se la denominara “político-militar”, porque es partidaria de unir la lucha armada y la lucha de masas en una sola organización.

El análisis político que hacen de la situación es muy optimista viendo a corto plazo la salida del Régimen franquista hacia una democracia burguesa y en el plano político plantean formar el BAT (Frente por la izquierda vasca) con los siguientes objetivos: La independencia del Euskadi, la reunificación, la euskaldunización, el socialismo y la defensa del internacionalismo proletario.

1974: Convulsión y rupturas en ETA-Segunda Parte
Zutik nº 65-1975. Editado por ETA militar (Lazkaoko Beneditarren Fundazioa-Fundación de los Benedictinos de Lazkao)

La otra corriente minoritaria que tiene una visión muy diferente de la situación será la que en noviembre de 1974 dará lugar a ETA (militar) dando a conocer su planteamiento en el “ETAren Agiria” (Manifiesto de ETA) en el que se presentan ante la opinión pública como la organización ETA (militar). Es un documento en el que hacen un análisis de la situación política, que pone las bases de lo que va a ser su línea táctica y estratégica para un futuro.

Organizativamente entienden que el modelo de unir los frentes, es decir, el nuevo modelo político-militar, no solo no solucionaba los problemas del modelo de frentes, sino que los aumentaba ya que al ir muy ligadas las actividades políticas y militares, el funcionamiento va a ser mucho más deficiente que hasta ahora. Es más, con este modelo la represión va a hacer más daño a la organización al estar unificados los frentes, el político y militar, lo que arrastraría a tener grandes caídas. Este sistema imposibilitaría la creación de organizaciones de masas estables debido a la represión que sufren por pertenecer a ETA.

La estructura político-militar es elitista y el aceptarla por la totalidad de la organización supondría la renuncia a participar en la legalidad democrática por lo que plantean asumir la posición de transformar toda la organización en un aparato militar único. Es decir, defienden que la lucha armada se tiene que separar de la lucha de masas para no entorpecerla.

El concepto que tienen es que ETA debe ser una organización política que ejercerá la lucha armada como método de lucha, siendo las fuerzas políticas que tengan como objetivos estratégicos la independencia, el socialismo y la euskaldunización las que ejercerán la iniciativa política entre las masas. Esto es lo que les diferencia del sector político-militar.

Para entrar en la legalidad democrática plantean que se han de articular organizaciones amplias y estables que sean capaces de elaborar un programa político y “hace un llamamiento a todas las organizaciones, grupos y personalidades de los sectores independentistas, obreros y populares antioligárquicos a buscar la unidad de acción en un frente común de cara a la posición política a tomar con respecto a la alternativa democrática”.

Por ello, la mayoría de los miembros del Frente Militar deciden separarse del “aparato de masas” para tácticamente limitar sus funciones al desarrollo de la lucha y de sus posiciones políticas, en función de la situación de cada momento. Esta separación de los organismos de masas no conlleva un alejamiento de ellos. Lo que pretenden es poner en práctica una forma nueva de relación, actividad armada-actividad de masas ya que en este momento el segmento que compone las capas populares no está en condiciones de radicalización para hacer suya la lucha armada y tampoco hay una organización preparada para afrontarlo.

El análisis que hacen de la situación política no es tan optimista como los político-militares y si bien entienden que “el fascismo agoniza a la par que Franco, aunque muy bien podría suceder que éste le sobreviviese en estado de momificación”.

Esta ruptura producida en el IV Biltzar Ttipia de ETA acelerará los acontecimientos y el grupo que se denominará ETA (político-militar) pondrá en marcha el proceso para realizar la segunda parte de la VI Asamblea.

En diciembre de 1974 se realiza una huelga de hambre por parte de los presos políticos vascos, organizada por ETA (pm)  y apoyada por ETA (m) y ETA-VI, ORT y MCE, realizándose una huelga general el día 11 de diciembre que paraliza todo Euskadi Sur. Todo esto llevará al sexto estado de excepción en abril de 1975.

Con el gobierno de Arias Navarro, la represión se canaliza de dos formas: Una es mediante una represión brutal creciendo el peso de sectores ultras y teniendo como desenlace los últimos procesos judiciales que desembocan en los fusilamientos de septiembre de 1975 y la otra es mediante la utilización de grupos parapoliciales que actúan con total impunidad atacando cualquier cosa que pueda ser progresista. La represión es tan grande que en Bilbao tuvieron que habilitar la plaza de toros como lugar de detención e interrogatorios.

La gran mayoría de la militancia de la organización se posiciona con ETA (pm), tanto entre la militancia activa, refugiados como los militantes que están presos en las cárceles del Estado español. Por el contrario, lo que se conocerá como ETA (m) es un grupo más reducido, pero más compacto.

ETA (pm) durante los primeros meses de 1975 sufre muchas detenciones, entre otros motivos debido a su nueva estructura político-militar que unifica los frentes, lo que lleva a que las caídas afecten a las dos estructuras de la organización. En julio de 1975 una de las acciones que planificaron como más importante para la organización era la fuga de la cárcel de Segovia de miembros de esta organización prevista para el 27 de julio que se vio desbarata por las caídas de comandos que tuvo en ese período, sobre todo porque en ETA (pm) había un infiltrado de los servicios secretos españoles que contribuyó a ello.

Las detenciones de miembros de ETA (pm) tienen como resultado dos consejos de guerra que el Régimen los celebra en el mes de agosto aprovechando el período vacacional para mitigar las posibles protestas que pudieran surgir, cosa que no consigue. Como consecuencia de ambos consejos de guerra dos militantes de ETA (pm) son condenados a muerte y fusilados el 27 de septiembre de 1975 (Txiki y Otaegi). En esas mismas fechas hay otro consejo de guerra en el que tres militantes del PCE (m-l) y FRAP son condenados a muerte y fusilados el mismo día.

Por lo que respecta a la actividad de ETA (m) en este período si bien en un principio era una organización más minoritaria, poco a poco se va estructurando e incorporando más militantes, continuando con el método de lucha de acción-represión-acción, atacando a miembros de los aparatos policiales y confidentes de la policía.

En el inicio, ETA (pm) arrastraba el lastre de todas las caídas que había sufrido. Unas sesenta detenciones, el 80% de la militancia y centenares de personas habían huido del interior. Lo que le obliga a coger militantes de otros sectores y realiza algunos secuestros para financiarse. Estas acciones las realizan los comandos “Bereziak” y fueron duramente criticadas por las otras organizaciones de la Izquierda Abertzale (ETA (m), LAIA, LAB y EHAS).

Es en este momento cuando en el entorno de gentes abertzales y socialistas junto con ex militantes de ETA forman en Euskadi Sur la organización EAS y en marzo de 1974 en Euskadi Norte había surgido la organización HAS. En el mes de noviembre de 1975 ambas organizaciones realizan un congreso en Pamplona para converger en una nueva organización: EHAS, que tiene la característica de ser por el momento la única organización que tiene su ámbito de acción en todo Euskal Herria (Norte y Sur).

Conclusiones

El primer lustro de la década de los 70 del siglo XX fue convulso dentro de las organizaciones que luchaban contra la dictadura. Los días del dictador llegaban a su fin, pero cosa muy diferente era el escenario que se abriría con su muerte.

Tanto en el Estado español, como en Euskal Herria se empezaban a vislumbrar diferentes ópticas de la situación, así como la estrategia a seguir en todo ese proceso y ETA no fue una excepción. Los análisis al respecto empezaban a atisbar las diferencias existentes, en algunos casos sustanciales, a la hora de definir los nuevos escenarios políticos.

Por lo que respecta a la organización ETA, además de las diferentes visiones que había en su seno, habría que añadir la dificultad añadida por su forma de organización. La estructura organizativa en diferentes frentes de lucha, totalmente alejada de la concepción clásica de partido vanguardia que era lo que predominaba en el resto de las organizaciones antifranquistas de izquierda empezaba a ser un cierto lastre en esos momentos; todo ello explica los movimientos que se vivieron en su interior y que desembocaron en diferentes crisis.

Lo que a priori se hubiera podido entender como debilidad política, analizando el contexto del momento y con la perspectiva histórica, se puede afirmar que lo sucedido en ese periodo no dejó de ser un proceso político que estaba poniendo las bases de lo que posteriormente se ha definido como izquierda abertzale y dentro de esta lo que se ha conocido como Movimiento Vasco de Liberación Nacional.

A partir de 1974, se abre un periodo en el que las diferentes organizaciones políticas surgidas del proceso vivido dentro de ETA, adoptarían sus dinámicas propias de lucha, que se reflejaría en sus formas de interpretar los diferentes acontecimientos que se vivieron a partir de 1975, con el fallecimiento del dictador y los derroteros que iba a seguir el régimen.

Como expuse en la introducción del primer artículo, la finalidad de su publicación no ha sido otra que recordar unos hechos de los que ahora se cumplen cincuenta años, que desde el punto de vista histórico podríamos decir que fueron ayer, pero totalmente desconocidos para las actuales generaciones.

 

Bibliografía utilizada:

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Sugarra aldizkaria (Revista la llama) n º1: Órgano político-formativo del partido L.A.I.A.

Varios: Clase obrera, marxismo y cuestión nacional en Euskadi, Cursos “IPES” cuaderno de formación nº 1, conferencias celebradas entre el 23 de marzo y el 3 de junio de 1980 en

[1] A partir de ahora a ETA V la denominaré ETA a secas, pues será la organización que continuará con las siglas de dicha organización.

 

[2] Langileen Alderdi Iraultzaile Abertzalea: Partido Abertzale Revolucionario de los Trabajadores.

 

[3] Zuberoa: Territorio de Euskal Herria en Iparralde o País Vasco-Francés.

[4] La organización armada que impulsa la creación del sindicato LAB es ETA Político-Militar. Posteriormente se explicará como la organización ETA se parte en dos, surgiendo ETA Político-Militar y ETA Militar producto de su división en octubre de 1974.

[5] Milis: Termino que se utilizaba en la época para denominar a ETA militar o ETA (m).

 

[6] Polimilis: Termino que se utilizaba en la época para denominar a ETA político-militar o ETA (pm).

 

[7]  Hay que recordar que en la pre-asamblea de octubre de 1972 se habían fusionado el Frente Obrero y el Frente Cultural

1974: Convulsión y rupturas en ETA (1ª parte)

1974: Convulsión y rupturas en ETA (1ª parte)

Introducción

En la historia reciente de Euskal Herria hubo varios episodios que sucedieron en un breve espacio de tiempo, que si bien en aquel momento no dejaron de ser situaciones frecuentes que se daban en las organizaciones que luchaban en la clandestinidad contra la dictadura franquista, pasadas unas décadas se puede afirmar que tuvieron una influencia decisiva en lo que fue a partir de entonces el devenir de la política vasca y los caminos que recorrieron las diferentes sensibilidades de la izquierda abertzale. Todo ello sucedió a lo largo de 1974, ahora hace cincuenta años.

Si 1973 fue el año que catapultó a la organización ETA a nivel internacional, gracias al atentado más importante desde su nacimiento, volar el coche del presidente del Gobierno español y mano derecha del dictador, 1974 pasó a ser el año en el que las disensiones internas que arrastraban desembocaron en varias escisiones, pero, sin duda alguna, una de ellas marcaría la historia, no solo de ETA, sino de lo que conocemos como Izquierda Abertzale.

Este texto, dividido en dos partes, no pretende ser un análisis profundo de ese periodo de la historia, más bien se limita a realizar un pequeño repaso de las experiencias ideológicas y políticas que se dieron en el espacio político de lo que posteriormente se ha conocido como izquierda abertzale; unas pinceladas que puedan servir para desempolvar aquellos años y para quienes estén interesados puedan profundizar en su estudio.

Antecedentes

A lo largo de su historia, ETA ha estado inmersa en tensiones internas que en muchos casos desembocaron en importantes crisis internas. Gran parte de ellas tenían su origen en divergencias ideológicas, pero otras eran producto de diferencias organizativas. Todo ello se debía a diferentes factores, pero la inmensa mayoría de ellos tenían un denominador común: ETA era una organización en continuo movimiento, no se podía asemejar a ninguna de las organizaciones que luchaban contra la dictadura. Su estructura y sus dinámicas inspiradas en los movimientos de liberación nacional del Tercer Mundo en su lucha contra el colonialismo; no se parecía en nada a las organizaciones clásicas que estaban en el exilio y/o se movían en la clandestinidad. ETA era una organización estructurada en cuatro frentes (político, cultural, obrero y militar).

La última gran crisis que vivió en su seno no estaba muy lejos en el tiempo, habría que poner la mirada en 1970 y el cisma que se produjo en su seno con la celebración de la VI Asamblea, cónclave que no fue reconocido por parte de la militancia; todo ello desembocó en la existencia de dos organizaciones que compartían las mismas siglas: ETA, pero que para diferenciarlas eran conocidas por la asamblea en la que fundamentaban su legitimidad, lo que se traducía en que una fuese conocida como ETA V Asamblea y la otra como ETA VI Asamblea.

1974: Convulsión y rupturas en ETA-Primera Parte
Zutik 55 enero de 1973 de ETA VI (Wikimedia Commons)

El paso del tiempo y la actividad de ambas organizaciones llevó a que la que era conocida como ETA V Asamblea pasase a ser la heredera de las siglas, para finalmente ser denominada como ETA, sin ningún añadido. Por el contrario, ETA-VI fue encaminándose a transformarse en una organización de corte marxista-leninista clásico, un partido vanguardia; después de algunas diferencias internas que se solventaron con una escisión, el sector mayoritario, conocido como Mayos, entró en un proceso de convergencia con la organización LCR, por lo que durante un tiempo fueron conocidos como LCR-ETA VI, para finalmente suprimir las siglas de ETA VI y denominarse únicamente LCR.

1974: Convulsión y rupturas en ETA-Primera Parte
Cartel de LCR-ETA VI

Eran tiempos convulsos, a la represión desatada por el régimen franquista, había que añadirle los innumerables debates ideológicos que se daban en todas las organizaciones políticas. Todavía estaba cercano el Mayo francés, hecho que influyó en muchas organizaciones de la época.

Evolución de ETA V

En octubre de 1972 ETA V realiza una segunda pre-asamblea o asamblea de cuadros. En esta reunión acuerdan fusionar el Frente Obrero y el Frente Cultural, pasándose a llamar únicamente Frente Obrero.  En esta pre-asamblea surge una nueva corriente, autónoma o ácrata, siendo su cabeza visible el histórico militante Emilio López Adan, Beltza.

Es una época en el que las tensiones entre el Frente Militar (FM) y el Frente Obrero (FO) son continuas. Las causas se debían a que partiendo de la base que la necesidad de la lucha armada no era cuestionada por nadie en la organización, debido a que las acciones armadas que habían realizado en los dos últimos años habían reforzado la imagen de ETA, sin embargo, el problema estribaba en cómo organizar el incremento de apoyo social que se estaba dando.

Al crecer la militancia de la organización, la mayor parte de esa militancia entraba a formar parte del Frente Obrero. Eran personas que se comprometían pero que no realizaban acciones armadas. Pero el grado de represión había aumentado muchísimo desde el Proceso de Burgos, lo que originaba muchas detenciones y caídas en dicho frente. No hay que olvidar que el Régimen quería evitar otro proceso judicial al estilo del Proceso de Burgos que se le pudiera ir de las manos, por lo que en este período se producen un elevado número de muertos por parte de militantes de la organización, ya que los sectores más duros de los aparatos del Estado querían demostrar mano dura ante la opinión pública.

Todos estos problemas que arrastraba la organización armada le exigían fijar unas bases de actuación política y armada. Por ello convocan la VI Asamblea, pero unos meses antes, en concreto en mayo de 1973, se produce una reunión del Biltzar Ttipia (Comité Ejecutivo) en la localidad madrileña de Getafe para intentar superar las diferencias existentes entre el Frente Militar y el Frente Obrero aunque el problema no quedó superado. De esta reunión sale un comunicado que ETA difunde al pueblo vasco.

1974: Convulsión y rupturas en ETA-Primera Parte
Zutik nº 57 de ETA V Asamblea

Los aspectos más importantes de este comunicado son los siguientes: La lucha armada es “la forma suprema de la lucha de la clase trabajadora”, la cual tiene dos aspectos: “a nivel táctico, potenciar y apoyar la dinámica de masas que desarrollamos la clase trabajadora y el resto de nuestro pueblo” y a nivel estratégico para dotar de un dispositivo armado a la clase trabajadora y clases populares vascas para derrocar e inutilizar las fuerzas represivas del régimen y en el marco ideológico, la organización armada da una explicación-definición de independentismo socialista: “Una independencia separatista con respecto al imperialismo y los Estados capitalistas español y francés, e independencia-unionista con respecto a todos los pueblos del mundo en especial con nuestros vecinos inmediatos. Independencia quiere decir pues, creación de un sistema social vasco completamente dirigido por nuestro Pueblo, en el que el grado de compromiso de unidad con los Pueblos vecinos sea función del momento histórico; somos partidarios de la abolición de las fronteras cuando no haya condiciones para que un hombre explote a otro ni que un pueblo oprima a otro. Nuestra lucha está concebida dentro de la unidad de los trabajadores del todo el mundo y en función de los intereses de la Revolución Socialista”.

En esta situación de tensión entre ambos frentes ETA V llega a su VI Asamblea.

VI Asamblea de ETA V

En primer lugar, hay que recordar que ETA V no reconoce la legitimidad de la VI Asamblea celebrada en verano de 1970 que dio origen a ETA VI por lo que para ellos esta es su verdadera VI Asamblea que celebra su primera parte en agosto de 1973 en Hazparne (Lapurdi)[1].

Las diferencias entre los militantes de ambos frentes se centran por un lado en cuestiones organizativas e internas; el Frente Obrero rechaza que para acceder a los puestos de dirección sea obligatorio saber euskera ya que había muchos miembros de este frente que no podrían optar a cargos de responsabilidad. Criticaba que no se veían representados lo suficientemente en los órganos de dirección de la organización, en concreto, en el Biltzar Ttipia (Comité Ejecutivo); y en la política de alianzas: El FM propugna que solo se lleguen a acuerdos con otras organizaciones vascas y el FO quiere libertad de acción ya que su planteamiento es llegar a acuerdos con otras organizaciones de izquierda del Estado español.

ETA aprueba un documento no muy extenso en el que recoge su línea ideológica, el documento se titula Por qué estamos por un Estado Socialista vasco”. Es un texto en el que no entran en la dinámica de grandes discursos teóricos. Si comparamos este documento con el Zutik nº 55 que publica ETA VI en marzo de 1973 con motivo de la 2ª parte de su VI Asamblea, la conclusión que podemos obtener es que el documento de ETA VI es de un gran desarrollo y profundidad teórica en contraposición con el documento aprobado por ETA V que es mucho más sencillo, pero más accesible a las bases y los sectores de la población cercanos ideológicamente. Sin ser extenso, desarrolla y profundiza en las motivaciones que llevan a la organización ETA V a apostar por la construcción de un Estado Socialista Vasco. Con este documento ETA V pone de manifiesto las diferencias ideológicas que mantiene con ETA VI.

Así define la organización armada los objetivos que persigue:

“Nuestro objetivo fundamental es la creación de un Estado Socialista Vasco dirigido por la clase trabajadora de Euskadi como instrumento para alcanzar una sociedad vasca sin clases, una Euskadi auténticamente comunista; como instrumento -en suma- para nuestra total e íntegra liberación como trabajadores”.

En este documento la organización armada conjuga la lucha de liberación nacional del pueblo vasco con la lucha social para la consecución de una sociedad socialista y la enmarcan

“desde una perspectiva revolucionaria de clase, desde la perspectiva más consciente y auténticamente revolucionaria: la comunista”.

Profundiza en los motivos por los que se posicionan en favor de la independencia y la argumentación gira en los planos étnico y cultural. Hay que tener presente que en estos momentos la izquierda del Estado español tiene unas posiciones un tanto ambiguas respecto del problema vasco[2].

“En el plano nacional, luchamos por la liberación de Euskadi desde una perspectiva independentista; lo que ciertamente nos distingue de muchas organizaciones socialistas […] Nosotros no somos independentistas porque creamos que españoles o franceses nos roban dinero y lo mejor de nuestra juventud y busquemos edificar una sociedad vasca opulenta, ni porque los vascos seamos superiores y no nos convenga tener contacto alguno con maketos[3], belarrimotzas[4] o cosas por el estilo, ni condicionados por el odio étnico que España y Francia nos tienen […] si éstas fueran las únicas razones […] nos opondríamos con todas nuestras fuerzas a tal reivindicación por burguesa, racista y cabalmente reaccionaria. Nosotros somos independentistas porque creemos que nuestro problema como trabajadores vascos, nuestro problema como clase explotada en un contexto de pueblo nacionalmente oprimido, no puede solventarse dentro del marco español o francés […] Solo un Poder Político Independiente en nuestras manos, es decir, sólo un Estado Socialista Vasco podrá garantizar la resolución de la otra cara del problema, nuestra liberación como miembros de una comunidad nacional oprimida: Euskadi”.

Para ETA V, por un lado, el problema vasco desborda los marcos estatales español o francés al englobar un territorio que está dentro de dos estados diferentes, pues en ambos casos, existe una franja de territorio vasco que queda fuera de sus respectivos dominios y, por otro, “el problema cultural del Pueblo Vasco no puede ser resuelto desde una perspectiva no vasca; aunque pretendidamente internacionalista”.

Para ETA las vanguardias españolas únicamente contienen “soluciones parciales e incompletas que -si bien a ellas les parecen satisfactorias- nos conducirían inevitablemente a la diglosia”.

En este documento los militantes de ETA se definen de forma expresa como comunistas, pero la organización armada sigue definiéndose como organización socialista sin posicionarse en ninguna tendencia dentro del socialismo.

como revolucionarios comunistas que somos, luchamos contra toda opresión; luchamos pues contra la opresión nacional. Y, por ello mismo, estamos por la independencia de Euskadi, por un Estado Socialista Vasco”.

De hecho, en este documento la organización armada encuadra al Estado Socialista Vasco como un paso transitorio hasta la consecución de la sociedad comunista. No deja de ser una etapa hasta la consecución una sociedad mundial sin clases. Lo que Marx y Lenin definían como la extinción del Estado[5].

El Estado Socialista Vasco -por fin- no tendrá una existencia perpetua: lo necesitaremos únicamente mientras estemos empeñados en la resolución de nuestro problema nacional y en la reconstrucción económica y social de Euskadi Norte. Una vez cumplidas estas tareas, la existencia de un Estado autónomo para el Pueblo Vasco habrá dejado de tener sentido. A consecuencia de ello, en tal momento nuestro deber internacionalista será unirnos en pie de igualdad con todos los pueblos y proletarios del mundo -comenzando por los más próximos- para proseguir la edificación de la sociedad comunista”.

Por el contrario, el gran problema de ETA V es que no está sabiendo articular organizativamente el aumento de su base social y las tensiones entre los dos frentes serán continuas. Estos problemas que la organización arrastra desde que en la V Asamblea aprueba el modelo frentista y que en algunos momentos generan fricciones profundas son dejados para debatirlos en la 2ª parte de esta VI Asamblea. El problema de ETA es que al ser un Movimiento de Liberación Nacional en el que abarca todos los frentes en la lucha contra el franquismo, una de las dificultades más importantes es que no todos los frentes llevan las mismas dinámicas a la hora de trabajar y algunos frentes tienen el hándicap de verse limitados en su trabajo político porque la organización tiene, entre otros, como método la utilización de la lucha armada que condiciona al resto de los frentes.

1974: Convulsión y rupturas en ETA-Primera Parte
Zutik nº 64 de mayo de 1974 de ETA

El 20 de diciembre de 1973 el Comando Txikia realiza el atentado contra Carrero Blanco. Una operación cuyos preparativos y seguridad fueron cuidados al máximo por la dirección de la organización, hasta el extremo que no todos los miembros de la ejecutiva de la organización tenían conocimiento de la acción que estaba preparando un comando en Madrid.

En contraposición al éxito que tiene ETA en el ámbito operativo, el gran problema de la organización armada es el adecuarse a la nueva situación política ya que en estos momentos tiene dificultades para tener una organización de masas que esté enraizada en el tejido socio-político. Todo esto llevará a vivir unas tensiones importantes en el Frente Obrero de ETA, que se traducirá en el abandono de la mayor parte de la militancia de este frente, dando origen al nacimiento del primer partido político dentro del espacio de la izquierda abertzale, LAIA (Langileen Alderdi Iraultzaile Abertzalea)[6].

La segunda parte de este trabajo se centrará en la crisis surgida dentro del Frente Obrero, el nacimiento de LAIA y la posterior crisis internar en ETA, que dio origen al nacimiento de dos nuevas organizaciones producto de la ruptura interna en la organización: ETA militar y ETA político-militar.

1974: Convulsión y rupturas en ETA-Primera Parte
Zutik nº 52 de ETA V Asamblea

Bibliografía utilizada:

Apalategi, Jokin: Los vascos, de la nación al Estado, Astero. Título original: Nationalisme et question nationale au Pays Basque: 1830-1976-PNB, ETA, Enbata…”.

Bruni, Luigi: ETA. Historia Política de una lucha armada, Txalaparta, Bilbao, 1987.

Casanova, Iker: ETA 1958-2008. Medio siglo de historia, Txalaparta, Tafalla, 2007.

Egaña, Iñaki: Diccionario histórico-político de Euskal Herria. Tomo I, Txalaparta, 1996.

Egido, José Antonio: Viaje a la nada. Principio y fin de Euskadiko Ezkerra, Txalaparta, 1993.

Forest, Eva. Operación Ogro (Como y por qué ejecutamos a Carrero Blanco), Argitaletxe HIRU, Hondarribia, 2ª Edición, 1993

Giacopuzzi, Giovanni: ETA. Historia política de una lucha armada 2ª parte, Txalaparta, Tafalla, 4ª edición, 2001.

Giacopuzzi, Giovanni: ETA pm. El otro camino. Txalaparta, Tafalla, 1997.

Letamendia Belzunce, Francisco (Ortzi): Historia de Euskadi. El Nacionalismo y ETA, Ruedo Ibérico, 1977.

Varios: Clase obrera, marxismo y cuestión nacional en Euskadi, Cursos “IPES” cuaderno de formación nº 1, conferencias celebradas entre el 23 de marzo y el 3 de junio de 1980 en Bilbao.

 

[1] Lapurdi: Territorio de Euskal Herria situado en Iparralde o País Vasco-Francés.

 

[2] Recordar que tanto la escisión de ETA Berri que en este momento se denominan Komunistak como ETA VI entienden que la opción independentista es contrarrevolucionaria y pequeñoburguesa.

 

[3] Maketo: Término despectivo que se utilizaba para denominar a las personas que emigraron de otras zonas a Euskadi.

 

[4] Belarrimotza: Término despectivo a veces utilizado para referirse a las personas no originarias del País Vasco (en este sentido acepción similar a la de maketo) o que no conocen el euskara.

 

[5] Marx y Lenin teorizan sobre este tema en varias de sus obras. Una de las más importantes es el Estado y la Revolución de Lenin en la que analiza las teorías de Marx sobre esta cuestión refutando las interpretaciones que de Marx realizan algunos líderes de la II Internacional.

 

[6] Langileen Alderdi Iraultzaile Abertzalea: Partido Abertzale Revolucionario de los Trabajadores.

Terrorismo de Estado y ultraderecha: dos caras de una misma moneda

Cherid. Un sicario en las cloacas del Estado

Hablar de las cloacas del Estado es entrar en un mundo en el que nos encontramos la verdadera cara de lo que son los aparatos que lo sustentan. Es ahí donde realmente se debe poner un dispositivo para medir las ratios que tienen los Estados en materia de democracia, derechos y libertades fundamentales. Si ese imaginario medidor se pusiese en funcionamiento, en muchísimos países de nuestro entorno la aguja no lograría ni alzarse levemente. Nos encontramos con estados que bajo la fachada de democracias consolidadas que se supone que cumplen los estándares democráticos, se esconden movimientos ocultos que sin duda alguna se pueden calificar de siniestros y es ahí donde se prueba la calidad democrática.

En este contexto, el libro al que hoy voy a dedicar este espacio es producto de una labor audaz y exhaustiva de investigación que, siguiendo la estela de un sicario, ha buceado en las cañerías del Estado español y sus diversas ramificaciones en el entorno de lo que denominan democracias occidentales, aunque quizá fuese mejor suprimir la palabra democracias y dejarlo únicamente en occidentales. Su autora, Ana María Pascual, periodista de investigación con una dilatada trayectoria en diferentes medios de comunicación, publicó hace un lustro el libro “Cherid. Un sicario en las cloacas del Estado” (El Garaje Ediciones). No dudo que se dé la circunstancia que más de una persona haya tenido la oportunidad de poder leerlo, pues en un espacio corto de tiempo la editorial tuvo que realizar una segunda edición, pero como me temo que habrá muchísimas más personas que no tengan conocimiento de este libro y/o de lo que en él se recoge, es por lo que me ha parecido interesante y necesario rescatarlo.

Terrorismo de Estado y ultraderecha: dos caras de una misma moneda
Ana María Pascual (Fotografía loquesomos)

En mi caso, he tenido la ocasión de leerlo en fechas recientes, y lo que me ha llevado a dedicarle estas líneas es la deuda que tenemos para con todas aquellas personas que, durante la dictadura y los años posteriores, sufrieron la violencia y la represión tanto de los aparatos del Estado como de las organizaciones de ultraderecha. Y en ese contexto, este libro, entre otras cosas, sirve para acabar de despejar la duda sobre el nexo de unión entre el Estado y las organizaciones terroristas de ultraderecha. En la inmensa mayoría de los casos no existió una línea divisoria entre el Estado y esos grupos terroristas que en los primeros años de la monarquía eran denominados con el eufemismo de “grupos incontrolados”, más bien se podría decir que formaban una nebulosa donde diferenciar lo uno de lo otro era prácticamente imposible. Estos grupos mal llamados incontrolados podían asesinar a Arturo Ruiz en una manifestación en Madrid, entrar a tiros en un despacho de abogados laboralistas o generar el terror en el Triángulo de la Muerte (formado por las localidades de Urnieta, Hernani y Andoain), gozando de total impunidad en las instancias policías y judiciales, y sobre ellos planeaba en muchos de los casos la sombra de miembros de la Internacional Negra[1].

Anteriormente he dicho que la autora del libro es la periodista Ana María Pascual, pero este libro se sustenta sobre otro pilar fundamental, que no es otro que Teresa Rilo, la que fuera viuda del mercenario francés Jean Pierre Cherid.

Como cuestión previa, antes de continuar, quizá sea necesario responder a la pregunta que alguno se estará haciendo, y que no es otra que quién fue Jean Pierre Cherid. La respuesta es sencilla, un ciudadano francés nacido en Argelia, hijo de colonos que se enroló como paracaidista en el ejército francés para luchar contra el movimiento independentista argelino. Posteriormente formó parte de la organización terrorista OAS, estuvo en prisión en el Estado francés por haber asesinado a un gendarme, de donde huyó a España, donde empezó una carrera como mercenario; pasó por Biafra, Martinica y trabajó para los aparatos policiales y servicios secretos españoles, siendo una pieza clave en el terrorismo de Estado bajo el paraguas de diferentes siglas (Batallón Vasco Español, Antiterrorismo ETA, Triple A, Guerrilleros de Cristo Rey y finalmente GAL). Falleció en marzo de 1984 en la localidad de Biarritz debido a la explosión de un vehículo que había preparado para atentar contra refugiados vascos. Su muerte se produjo en extrañas circunstancias que nunca se llegaron a esclarecer y por los datos que este libro aporta, las autoridades españolas pusieron todos los medios a su alcance para enterrar todo lo que pudiera ayudar a esclarecer la muerte del sicario francés.

Terrorismo de Estado y ultraderecha: dos caras de una misma moneda
Jean Pierre Cherid en Montejurra 1976 (fotografía loquesomos)

Este libro está escrito a dos voces en el que el lector encontrará por un lado la investigación realizada por la periodista Ana María Pascual enfocada en dar a conocer de forma pormenorizada todas las actividades que realizó a lo largo de su vida el mercenario Jean Pierre Cherid, y por otro lado el relato en boca de su viuda, donde encontrará lo que fue la vida de este sicario, descrita por la persona más cercana a él, su mujer, donde revelará muchas de sus actividades, intimidades, personas de diferentes ámbitos con las que se relacionaba, entre los que se encontraban terroristas de la ultraderecha española, italiana, francesa, argentina y personajes relevantes de los aparatos policiales y servicios secretos del Estado español, todo ello de forma muy detallada.

Ana María Pascual en su trabajo de investigación irá tirando del hilo de una madeja que servirá para mostrarnos una infinidad de datos necesarios para entender lo que se ha cocido en las cloacas de la Europa Occidental durante la segunda mitad del siglo XX.  Como la dictadura franquista propició que el Estado español se convirtiera en un santuario del terrorismo de ultraderecha europeo. Ejemplo de todo esto es la OAS, grupo terrorista francés, que no sólo se fundó en un hotel de Madrid, sino que gozaba de campos de entrenamiento para realizar todo tipo de acciones terroristas en territorio francés, y también el cobijo y apoyo dado por el régimen al terrorismo fascista italiano que en la década de los 60 y 70 realizó auténticas masacres en ese país.

Desde los años sesenta el terrorismo de extrema derecha azotaba Europa Occidental con la connivencia de algunos Estados, entre ellos el francés, donde en ningún momento había un interés por acabar con él. Cherid es muy elocuente: “todas las células fascistas del planeta están conectadas y nos ayudamos entre nosotros”, no era un sicario sin más, detrás de su forma de proceder había una ideología muy concreta . La connivencia era de tal envergadura que un personaje como este, que se supone que debía de estar en búsqueda y captura en el Estado francés por haber asesinado a un gendarme, pues no olvidemos que tuvo que fugarse y huir al Estado español, con el tiempo pasa a colaborar con el Estado francés en la Guerra de Biafra, en calidad de mercenario, o desplazándose a Martinica, colonia francesa, a “poner orden”, es decir, a hacer el trabajo sucio que las autoridades francesas no podían realizar contra el movimiento independentista existente en la isla caribeña. Otro caso llamativo es del terrorista italiano Stefano Delle Chiae[2], líder y fundador de la organización A Vanguardia Nazionale que colaboró en el intento de golpe de Estado que en 1970 organizado por Junio Valerio Borghese, y al fracasar, huyó a España con la ayuda de los servicios secretos italianos. Los aparatos del Estado italiano ayudando a huir a unos terroristas que había organizado un golpe de Estado fallido en ese país.

De ahí que una de las conclusiones que se obtienen después de leer este libro es que es imposible la existencia de la Internacional Negra sin la cooperación necesaria de diferentes gobiernos europeos, pero, sobre todo, de sus aparatos policiales, pero si todavía quedase algún atisbo de duda, lo acabarían despejando en los años ochenta los jueces italianos cuando descubren la existencia de la Red Gladio, organizada por la CIA y la OTAN “que trato de impedir, desde los años cincuenta, la expansión del comunismo mediante la financiación de atentados de extrema derecha” y para el logro de esos fines esas organizaciones fueron mimadas por los aparatos de los Estados occidentales.

Este libro tiene un valor fundamental, pues pone negro sobre blanco lo que para muchos no había dudas al respecto, pero era necesario aportar todos los datos y documentación necesaria para que quedase totalmente sustentado, que no es otra cosa que los diferentes estamentos del Estado español, desde los diferentes gobiernos hasta los aparatos policiales y la ultraderecha eran dos caras de la misma moneda. Algo que también puede ser extrapolable a otros países de nuestro entorno.

Como he comentado anteriormente, uno de los pilares que sostiene este libro es el testimonio de Teresa Rilo, viuda de Cherid, que falleció en 2020. La información que esta mujer atesoraba era fundamental para poder colocar muchas de las piezas de este complicado puzle que es desenmarañar todo lo relativo al terrorismo de Estado y sus conexiones con grupos de ideología ultraderechista. Quizá sea un tanto complicado valorar el papel que desempeñó Teresa Rilo durante el tiempo que vivió con el mercenario francés. En mi caso la reflexión la resumiría en que pasó de ser pareja a una víctima más de Cherid.

La lectura de este libro nos deja una enseñanza que no debemos olvidar: la democracia liberal cuando ve en peligro su hegemonía es capaz de traicionar sus propias reglas y vulnerar todo tipo de libertades. Ahora sólo queda en las manos de la ciudadanía denunciar todas esas situaciones y que nunca caigan en el olvido y que no vuelvan a suceder.

[1] Internacional Negra era la estructura internacional a nivel europeo que tenían las organizaciones fascistas en los años 60 y 70 del siglo XX, cuyo líder era el italiano Stefano Delle Chiae.

[2] Ana María Pascual dedica un capítulo del libro a “los amigos italianos “de Jean Pierre Cherid en Madrid y Teresa Rilo se prodiga en el libro en ofrecer datos de las andanzas de los Stefano Delle Chiae y el resto de los ultras italianos que protegía en Madrid.

Terrorismo de Estado y ultraderecha: dos caras de una misma moneda
Cherid. Un sicario en las cloacas del Estado. El Garaje Ediciones

El PNV: perejil para la ultraderecha

El PNV: perejil para la ultraderecha

La injerencia de los países occidentales en la política interna de terceros países no deja de ser una constante. No renuncian a seguir tuetelándolos, como si a día de hoy Occidente siguiera siendo la metrópoli y el país en cuestión una colonia. En estos momentos uno de los países que se lleva la palma no es otro que Venezuela. En lo que concierne al Estado español, el grado de intromisión es tal, que ha pasado a formar parte de la política interna y es motivo de debates en el Congreso ¿Se imagina alguien que en el Congreso de los diputados se debatiera acerca de la calidad democrática de las elecciones en los EEUU o en Turquía? No, pero si es Venezuela todo vale.

En ese contexto, las diferentes familias de la ultraderecha española lo están utilizando como un recurso más en su pugna por desgastar al gobierno del PSOE-Sumar. Y en todo ese bombardeo, le ha faltado tiempo al PNV para entrar en ese barro, cosa que a algunos bienintencionados les ha dejado algo descolocados, pero si uno escarba un poquito, la estrategia del PNV en absoluto es fruto de la casualidad. Por detrás de todo ello hay una línea ideológica y política que perdura en el tiempo, aunque no saque el mismo ruido que la ultraderecha, y no es otra que la defensa de la  oligarquía venezolana y estar al servicio de las políticas atlantistas.

PNV: el perejil de la ultraderecha
Santiago Abascal (Wikimedia Commons9

Sin embargo, en esta ocasión el PNV ha ido demasiado lejos. Su defensa de los intereses de las élites venezolanas, con la excusa de que muchos de ellos son descendientes de vascos, recurso que tiene poco o nulo recorrido, le ha llevado a ir de la mano de Abascal, Ortega Smith y Cayetana Álvarez de Toledo, es decir, lo más casposo y ultra de la política española.

La actitud de los jeltzales sencillamente no tiene un pase. En todo el proceso electoral que se ha vivido en Venezuela los de Sabin Etxea no han respectado ni la soberanía, ni las resoluciones de las diferentes instancias jurídicas de este país; han dado por buenos unos resultados, sustentados en unas actas que posteriormente hemos sabido que eran falsas, hasta el extremo que el candidato opositor, Edmundo González se ha desvinculado de ellas ¡vaya tufo!

Actuando de esa forma, la cuestión es sencilla: cómo se va a poder tomar en serio al PNV cuando habla de pedir la soberanía para Euskal Herria, cuando no respeta la soberanía de un Estado que es independiente y con asiento en diferentes organismos internacionales, como la ONU. Parece que han olvidado que el libertador de Venezuela, Simón Bolívar, tiene sus raíces en Euskal Herria. Esta actitud del PNV no deja de ser una tomadura de pelo. Esto no va de defender o atacar a Maduro, va de respetar a un país soberano. Y si todo esto es grave, aún lo es más el hecho que en toda esta cacería en contra de las autoridades venezolanas, vaya de la mano de los partidos de ultraderecha españoles, los mismos que niegan la soberanía del pueblo vasco para decidir su futuro.

PNV: el perejil de la ultraderecha
Margarita Robles junto al Secretario de Defensa de EEUU (Wikimedia Commons)

Hay que decir que la actitud de su socio de gobierno en Ajuria Enea es infumable, decidiendo dar asilo político a una persona sobre la que hay una acusación formal de las instituciones judiciales venezolanas por una serie de cargos, y no digamos, la de la ministra Margarita Robles, la más ultra del gobierno, que llama dictador a Maduro. Pero el PNV ha decidido ir más lejos y se ha unido a la ultraderecha española para dar un paso que ni la UE se ha atrevido a dar, como es el reconocer a Edmundo González como presidente legítimo de Venezuela. Y curiosidades de la vida, la votación en el Congreso se ha celebrado un 11 de septiembre, aniversario del golpe de Estado contra Salvador Allende en Chile, y votando de la mano de quienes han blanqueado durante décadas la dictadura de Pinochet. Esa ultraderecha española que aplaudiría una intervención de militar en Venezuela por parte de alguna potencia de la región. Esto es lo que ocurre en política, que hay que saber elegir los compañeros de viaje.

Por cierto, si tanto le preocupa al PNV los descendientes de vascos, podían poner el foco en la Argentina de Milei, donde muchos de ellos están viviendo una situación social que es insostenible.

La ultraderecha española llevaba semanas cocinando este potaje y sólo le faltaba ponerle el perejil para rematar su guiso, pero ha llegado el PNV y lo ha puesto sin que nadie se lo haya solicitado. Se ha apuntado a la fiesta y, claro, los organizadores encantados de haberse conocido. Lo que habrán pensado es que ya falta menos para volver a reeditar un nuevo trifachito ¡Al tiempo!

El botín: la novela social de Julián Zugazagoitia

Julián Zugazagoitia y su novela el botín. Un exponente de la novela social del siglo XX

Hoy voy a desempolvar a un escritor que fue uno de los exponentes de la novela social en los años veinte del siglo XX. El escritor en cuestión no es otro que Julián Zugazagoitia (1899-1940), periodista y escritor vocacional, pero, sin duda alguna, más conocido por su actividad política dentro del socialismo vasco de las primeras décadas del siglo XX.

Su actividad periodística estuvo íntimamente ligada a su militancia socialista; dirigió el semanario La Lucha de Clases (años veinte) y el periódico El Socialista (1931-1937), siendo asiduo colaborador del periódico El Liberal de Bilbao, donde Indalecio Prieto desempeñó varios papeles importantes. En su faceta como escritor, fue autor de varios libros, donde destaca la biografía de Pablo Iglesias, las memorias de Tomás Meabe, así como varias novelas, entre las que se encuentran Una vida anónima (1927), El botín (1929) y El asalto (1930), siendo estas una muestra de la novela social de la época.

El botín
Julián Zugazagoitia

De entre todas ellas, hoy voy a destacar la novela El botín, que en noviembre de 2023 volvió a ser reeditada a cargo de la editorial Txalaparta, y sobre la que va a versar mi comentario.

“El botín” nos trasladará a la tumultuosa segunda década del siglo XX. A nivel mundial, la Gran Guerra era la que acaparaba todas las portadas, y en lo concerniente a los asuntos domésticos, a lo largo de la obra predominará la situación social que se vivía por entonces, la conflictividad existente que desembocó en la huelga revolucionaria de 1917 y la posterior despiadada represión. Eran los vientos que recorrían la vieja Europa, daba la sensación que todo ello no dejaba de ser un presagio de lo que se iba a vivir en la Rusia revolucionaria y bolchevique, aunque en este caso con victoria de la clase trabajadora. Y toda la novela está ambientada en el Bilbao de la época, el de las grandísimas desigualdades existentes, con una oligarquía incrementando sus riquezas de forma exponencial a costa de la miseria en la que vivía la clase trabajadora y campesina. Se podría decir que algunos parámetros poco han variado.

Zugazagoitia sostiene su novela en varios pilares. En el plano socioeconómico, el autor nos mostrará una sociedad vasca que había vivido una tremenda transformación; los rescoldos de la última guerra carlista, y el proceso de industrialización salvaje, trajeron consigo la aparición de nuevas clases sociales: por un lado el surgimiento de una oligarquía a costa de la explotación de una clase social hasta entonces desconocida por estas latitudes: el proletariado, en su inmensa mayoría proveniente de otros lugares del Estado, mano de obra imprescindible y barata para el florecimiento de los negocios de la oligarquía. En este contexto, el autor nos muestra la llegada de una ideología propia de lugares industrializados: el socialismo y la lucha por la mejora de las condiciones de vida de la clase trabajadora. Pero el autor también expondrá que la frustración que conllevó la última derrota carlista desembocaría en el surgimiento de una nueva ideología: el nacionalismo vasco, que veía en la naciente oligarquía la responsable de los males del País; era la enemiga de Euskal Herria, expoliaba sus riquezas, traía mano de obra de otros lugares, abocando a la población de las zonas rurales a la pobreza, y traía consigo la pérdida de la identidad nacional y cultural del pueblo vasco. En la novela podemos observar cómo dos ideologías que en aquel momento eran totalmente antagónicas (socialismo y nacionalismo) compartían un mismo enemigo: la oligarquía. Todavía no había llegado la época en la que se conjugaran ambas variables.

La cuestión religiosa y lo que representaba en la sociedad de la época será otro pilar fundamental sobre el que se sustentará esta obra. El autor, a través de los diálogos del protagonista y sus soliloquios, se servirá para realizar una crítica a lo que representaba la religión en un contexto social en el que la respuesta que esta ofrecía a las clases más desfavorecidas ni daba soluciones ni aportaba absolutamente nada para redimirla de la explotación a la que se veían sometidas; contrapone la justicia social frente a la caridad religiosa. Pero Zugazagoitia va más allá, al profundizar en cuestiones como la existencia de Dios y lo que representaba. Es aquí donde el autor nos ofrece su visión más profunda acerca de la religión.

Zugazagoitia nos irá haciendo un retrato de ese Bilbao producto de la industrialización, caracterizado por el choque entre las diferentes clases sociales y cuyo eje vertebrador era la Ría que le daba dinamismo. No es que en esa descripción salga mal parada la Villa, sencillamente nos muestra tal y como era, una ciudad áspera, que en las últimas décadas había experimentado una grandísima transformación; el surgimiento de las grandes industrias y con ello los nuevos barrios obreros, consecuencia de la llegada de trabajadores de otros lugares, en contraposición con el Bilbao burgués, que se extendía por el Ensanche de la Villa. En este contexto, el autor realiza una crítica a la sociedad bilbaína, donde dominaba esa oligarquía que predicaba los valores cristianos, mientras se enriquecía gracias a la guerra que asolaba Europa y la explotación de la clase trabajadores; y como no podía ser de otra forma, eran los mejores clientes de los burdeles de la Villa. Sin lugar a dudas, la novela describe esa hipocresía, y en ese contexto el autor analiza el tema de la prostitución en la época.

En la novela hay dos últimas cuestiones que no quisiera pasar por alto. La primera es que el autor, a lo largo de la narración,  transmite con dosis de gran realismo, lo que supuso la huelga revolucionaria de 1917, y los métodos que utilizaron los dirigentes obreros para que pudiera triunfar. Para quien desconozca la historia de la época, probablemente al leer el libro le pueda llamar la atención, pero así sucedía, las organizaciones obreras, a la hora de defender los intereses de la clase trabajadora, no se perdían en interminables debates, eran gentes de acción. La explotación y represión que sufrían solía generar una respuesta directa, en la que el choque estaba garantizado, reivindicando como legítima la utilización de la violencia revolucionaria. Esas organizaciones todavía no habían sido asimiladas por el sistema. El sólo hecho de recordarlo a día de hoy y mirar cómo está el patio en las organizaciones herederas de aquellas de principios del siglo XX, uno no puede evitar esbozar una cierta sonrisa irónica.

La segunda cuestión que quisiera resaltar, y en la que me sucede una sensación similar a la anterior, la encuentra el lector en unos pasajes de la novela, en los que algunos dirigentes del socialismo vasco estando en un trance delicadísimo, debido a la represión que estaban sufriendo, reciben la ayuda del campesinado vasco, ideológicamente enclavado en el nacionalismo vasco y que era blanco de las críticas en la prensa socialista, aquella en la que Zugazagoitia desarrolló gran parte de su carrera periodística. La pregunta que uno se puede plantear es si el socialismo vasco de la época había iniciado una evolución, arrinconando algunos postulados en los que eran más afines al nacionalismo español, pues algunos artículos que se podían encontrar en el semanario La Lucha de Clases eran de lo más incendiaros hacia el euskera, la cultura vasca y las reivindicaciones políticas del nacionalismo vasco de la época, estando más en sintonía con los postulados políticos de la derecha española o, por el contrario, se debe a que Zugazagoitia iba un paso por delante de sus compañero de partido e ideología.

Para finalizar, comentar que es una novela de lectura rápida. Sus algo más de 300 páginas, están divididas en cuatro partes, en la que podemos encontrar algunas ilustraciones a blanco y negro de la época y en la que los personajes que le dan vida están muy bien caracterizados por Zugazagoitia en el papel que cada uno representa.

 

El botín

Pablo González. Su libertad es una victoria

Pablo González. Su libertad es una victoria

La liberación de Pablo González ha sido sin duda alguna, junto a la de Julian Paul Assange, la mejor noticia en mucho tiempo para los defensores de la libertad de comunicación, expresión y los DDHH. Pero dicho esto, también tiene sus sombras y su cara más rancia, que no es otra que la forma en la que se ha producido su liberación, poniendo fin al secuestro al que estaba sometido por parte del Gobierno polaco desde hace casi dos años y medio. Y es que no cabe la menor duda que esta no era la forma en la que Pablo hubiera querido obtener la libertad.

Pablo González. Su libertad es una victoria
Cartel reclamando la libertad de Pablo González

Tanto él, como su familia, en todo momento han luchado para lograr su libertad como consecuencia de la celebración de un juicio con todas las garantías, en el que hubiera podido defenderse y quedase clara su inocencia, porque no hay que olvidar que Pablo no la tenía que demostrar, puesto que la carga de la prueba recaía en todo momento sobre el gobierno polaco, quien debía de probar las acusaciones por la que fue encarcelado y sobre las que nunca presentaron una sola prueba. Todo quedaba en acusaciones con un tono de gran gravedad, pero que no pasaron de ser una mera teatralización ante los medios de comunicación, todo ello para justificar su encarcelación.

A lo largo de estos casi dos años y medio ha reinado el secretismo y el silencio por parte de las autoridades polacas, y ante esa actuación, la actitud del Gobierno español y de las instituciones de la UE no han destacado por preservar los derechos de sus ciudadanos, pues no olvidemos que Pablo González tiene doble nacionalidad: española y rusa. La primera al ser un nieto de los niños de la guerra que fueron llevados a la URSS, y la rusa, porque nació en ese país. Y ninguna institución ha hecho nada para preservar sus derechos. El gran delito de Pablo no ha sido otro que tener la nacionalidad rusa, pues ese dato es el que de forma machacona se ha repetido en innumerables ocasiones tanto por el Gobierno polaco como por los medios de comunicación, cuando se trataba el tema de su encarcelación; la posesión de un pasaporte ruso convertido en prueba acusatoria, la Inquisición del siglo XXI en estado puro.

En este contexto de atropello jurídico, hay que añadir las condiciones inhumanas en las que se ha encontrado encarcelado, y las consecuencias se resumen en que todavía se encuentra ingresado en un hospital de Moscú, debido a un problema que le han detectado en el pulmón. Este es el trato que ha recibido un ciudadano comunitario en una prisión de un país que pertenece a la OTAN y a la UE. No es que por ser comunitario deba de tener mejor trato, porque debería de ser igual para cualquier ser humano, pero el hecho que sea ciudadano comunitario  obliga al país donde se ha producido la detención a seguir un protocolo, cosa que en el caso que nos ocupa no se hadado en ningún momento. Todo ello nos muestra en qué contexto se produjo su detención y su posterior encarcelamiento.

En todo este proceso de liberación, a día de hoy, hay muchas preguntas que siguen en el aire, entre otros motivos, porque durante todo el tiempo que ha durado su encarcelamiento, en Occidente se impuso el silencio en todo este tema, con el apoyo mediático de la inmensa mayoría de los medios de comunicación, que han seguido a pies juntillas las directrices que recibían desde los gobiernos español y polaco por un lado, y de las organismos y organizaciones internacionales, véase UE y OTAN, pero sobre todo, de esta última, pues no deja de ser la que está liderando la ofensiva en todos los ámbitos en la guerra de Ucrania, y la guerra mediática e informativa es un espacio tan importante como el militar. En este contexto, en el que el Gobierno polaco no presentó ni una sola prueba ni fue capaz, en más de dos años, de realizar un juicio con garantías, estamos asistiendo a un bombardeo mediático en el que están apareciendo informaciones en las que se está acusando a Pablo González de ser expía de Rusia, pero sin aportar ni una sola prueba, puro trabajo de intoxicación mediática. Lo que no han logrado por la vía judicial, lo quieren conseguir a través de los medios de comunicación. No hay que ser muy avispado para saber quién está detrás de toda esta campaña. El hecho que tras su liberación haya sido recibido por Putin, como el resto de las personas que llegaron a Moscú como consecuencia del intercambio de presos, les ha servido como munición para escribir todo tipo de comentarios y elucubraciones sin ningún rigor, pero para poco más, sencillamente, una cortina de humo con poco recorrido.

Pablo González. Su libertad es una victoria
Concentración ante el Ministerio de Asuntos Exteriores en Madrid

Durante estos dos años y cinco meses, hemos visto que el Gobierno español no es que se haya puesto de perfil, sino que no se ha preocupado por un ciudadano con pasaporte español; en ningún momento ha exigido a las autoridades polacas que presentaran pruebas y que celebrasen un juicio lo más rápidamente posible y con garantías. Por el contrario, ha hecho seguidismo del gobierno polaco, cosa muy diferente de otros casos de ciudadanos del Estado español que han sido detenidos en el extranjero. La comparación ha sido sencillamente escandalosa y humillante para Pablo y su familia. El Ministerio de Asuntos Exteriores, con su titular a la cabeza, ha sido una marioneta de la OTAN y EEUU, ha hecho dejación de la soberanía a la hora de defender los derechos de un ciudadano con pasaporte español que estaba realizando una labor de comunicación en otro país de la UE y la OTAN, y en ningún momento ha exigido un juicio rápido y con garantías; ha sido incapaz de exigir la aplicación de la legislación europea para casos de ciudadanos de la UE encarcelados en un país miembro. Y todo ello ha sucedido en un Estado, cuyo funcionamiento de la justicia ha sido cuestionado y sancionado nada más y nada menos que por la UE, la misma que desde un tiempo a esta parte ha entrado en una deriva de blanqueamiento de la ultraderecha europea ¡Cómo tiene que ser el nivel de la justicia en Polonia para recibir un rapapolvo de Bruselas!

Pablo González. Su libertad es una victoria
Concentración ante el consulado de Polonia en Madrid

Pero si lo expuesto hasta aquí es muy grave, esto se incrementa con las declaraciones de Pablo González, en las que ha manifestado que ha sufrido torturas y que le indujeron al suicidio. Ante esta situación, el Gobierno español, a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, está tardando en abrir una investigación para exigir responsabilidades en este asunto, de lo contrario, quedará en evidencia que en todo esto no ha dejado de ser un títere de los EEUU y la OTAN, haciendo dejación de su soberanía. Y todo esto con un gobierno que dice ser progresista.

Siendo conscientes que a lo largo del proceso que se ha seguido en la liberación de Pablo, ha predominado el silencio y la discreción al ser un tema muy delicado en el que el intercambio de prisioneros ha sido el más grande desde 1985, todavía quedan muchas cuestiones por aclarar. Hasta ahora lo poco que tenemos claro es que la negociación ha sido liderada por EEUU por parte de la OTAN y que las negociaciones se han prolongado durante muchos meses. En todo esto el Estado español no ha pintado nada y Polonia tampoco parece que haya tenido un gran protagonismo en todo este proceso. Ello hace pensar que el motivo por el que no se ha celebrado su juicio es, sencilla y llanamente, porque para el Gobierno polaco, para EEUU y la OTAN era una valiosa moneda de cambio en esas negociaciones.

Con la liberación de Pablo González, el Gobierno polaco se ha quitado una patata caliente, porque el tiempo avanzaba y en ningún momento se vislumbraba que presentaran alguna prueba. Lo único que hacían era prorrogar su estancia en prisión, por lo que una de las conclusiones que se podrían entresacar es que mientras durase el conflicto ucraniano, Pablo se había convertido en un rehén en manos de un país de la OTAN, para lograr utilizarlo en las negociones anteriormente mencionadas.

Pablo González. Su libertad es una victoria
Cartel reclamando la libertad de Pablo González

Sin lugar a dudas, el infierno que ha pasado Pablo González ha tocado a su fin, pero toda esta pesadilla finalizará cuando pueda recibir un merecido ongi etorri en Nabarniz, rodeado de su familia y amigos.

Pablo González. Su libertad es una victoria
Pablo González

Calla y olvida. La escucha vulnerable: una propuesta feminista para la resolución de conflictos

Calla y olvida. La escucha vulnerable: una propuesta feminista para la resolución de conflictos

“Debatir y analizar las causas de las violencias desde la propuesta de la escucha vulnerable no implica ni la justificación ni la negación del dolor sufrido, sino la toma de conciencia sobre los factores que las originan, las conexiones con causas históricas y estructurales y con otras violencias que, al silenciarse, se perpetúan”

Andrea García González

Hay lecturas que te exigen coger aire para poder realizar una profunda reflexión, otras me suelen generar un cierto vértigo, pues me cuesta superar el miedo a escribir sobre ellas porque pienso que no voy a ser capaz de plasmar lo que la autora buscaba transmitir. También hay libros que no son fáciles de comentar en muchos espacios, porque son valientes, se alejan de los prejuicios y en el caso que ahora me ocupa, porque rompe con los parámetros que se han utilizado a la hora de abordar esta temática.

Pues bien, todo lo anteriormente expuesto es lo que he experimentado con la lectura de un libro que en cuanto vi el título, no me dejó indiferente, mi primera sensación fue de curiosidad por ver qué podía aportar la autora en este tema. Su título es de los que no pasa desapercibido, “CALLA Y OLVIDA. Violencias, conflicto vasco y la escucha vulnerable como propuesta feminista” (Katakrak Liburuak) de la periodista y antropóloga Andrea García González, que fue publicado en noviembre de 2023 y en febrero de este año ya iba por la segunda edición.

Este ensayo es de esos en los que uno encuentra un cierto aluvión de ideas que obligan en algunos momentos a hacer un receso para reflexionar y pararse a pensar sobre ellas. En mi caso, a lo largo de la lectura de este libro he echado la mirada atrás, en un ejercicio de revivir diferentes etapas del conflicto armado que se vivió en Euskal Herria, esa mirada retrospectiva que ayuda a ver las cosas con un tono diferente, el color seguramente es el mismo, pero surgen innumerables matices.

Calla y Olvida es un trabajo en el que la autora recoge vivencias de mujeres en el marco del conflicto vasco. Es una aportación dentro de la batalla del relato que nos ayuda a “identificar las violencias para poder desplazarlas”, un libro valiente que pone patas arriba la narrativa oficial, pues afronta la cuestión de la violencia desde parámetros nada convencionales, totalmente diferentes a los que estamos acostumbrados a ver en los canales de comunicación, por lo que su lectura es incómoda para quienes se mueven únicamente entre el negro o blanco, el conmigo o contra mí. Y siguiendo esa línea, quisiera resaltar el lenguaje y terminología que utiliza la autora a lo largo de este ensayo. Siendo consciente y conocedora de la importancia de ello, aborda términos como conflicto armado, violencia, terrorismo, o conflicto a secas, desde una óptica muy diferente a la nos llega a través de los medios de comunicación afines al sistema, y ello es así porque no duda en plantear que hay términos que pueden tener connotaciones más negativas, en función de a qué los asociemos, y todo ello lo realiza de forma muy didáctica.

Calla y olvida. La escucha vulnerable: una propuesta feminista para la resolución de conflictos
Andrea García González

Este ensayo tiene su origen en la tesis doctoral que la autora de este ensayo, Andrea García González, presentó en la Universidad de Brighton después de una labor de investigación realizada en Euskal Herria en la que se reunió y entrevistó con víctimas de ETA, de la violencia ejercida por el Estado a través del GAL y/o de sus aparatos policiales, personas torturadas, etc. y que ahora lo podemos encontrar en un libro que no supera las 190 páginas.

La autora, además de plasmar en este trabajo esa violencia extrema, también nos trae esas violencias cotidianas, que pasan desapercibidas porque no son “parte de las narrativas públicas y publicables”, esas que Jonathan Martínez, en su libro “La historia Oficial” denomina pequeñas historias en la que los protagonistas somos nosotros y que no forman parte de la historia oficial que recogen los libros.

Para adentrarnos en el objeto de este libro, el estudio de las múltiples violencias que se han dado en las últimas décadas en Euskal Herria y exponer su propuesta de “escucha vulnerable como propuesta feminista”, la autora, a través de los tres bloques en los que consta su ensayo, nos llevará por diversos lugares, situaciones y experiencias que servirán al lector para dar a conocer la cara de un conflicto que se ha desarrollado en un “territorio pequeño, con un fuerte arraigo”.

Este ensayo se ha realizado desde las perspectivas antropológica y feminista. En palabras de la autora “es feminista como apuesta política de transformación social” y “es antropológica por la perspectiva adoptada, por la aproximación crítica al estudio de las culturas, un estudio de las sociedades que desplaza y desestabiliza concepciones propias arraigadas y naturalizadas”. El hecho de que todas las entrevistadas fueran mujeres hay que enmarcarlo en la “decisión metodológica” que hace la autora fundamentada “en la falta de visibilidad que aún tienen las mujeres en situaciones de violencia armada y en procesos paz”. Lo que viene a ser una apuesta política que realiza la autora con el deseo de dar voz a quienes no tienen el protagonismo que les corresponde en la historia.

En el primer bloque del libro, destacaría el resumen histórico que nos encontramos, un repaso desde el momento que surge el conflicto armado, sin olvidar los antecedentes, su contextualización, y las diferentes formas de lucha que se han llevado a cabo, la diversidad de movimientos sociales que se han dado y la continuidad que tienen en la actualidad dentro de la vida político-social de Euskal Herria, y realizado todo ello con una gran capacidad de síntesis.

El segundo bloque del libro recoge el trabajo de campo realizado por Andrea García González, donde encontramos los testimonios de las personas que han sufrido las diferentes violencias que se han dado en este conflicto, independientemente de su procedencia. Violencias extremas, pero también “violencias difusas”, cotidianas, esas que “afectan al día a día”, esas violencias “que no se ven”, porque no son visibilizadas, pero que ahí están. La violencia generada por la lucha armada esconde otras violencias que se dan en nuestra sociedad, y es ahí donde también pone el acento, porque “hay que identificar las violencias para poder desplazarlas” y este ensayo pone el foco sobre todas ellas, pues visto desde una óptica feminista todas esas violencias están conectadas en sí.

En este bloque encontramos el origen del título de este ensayo, que son no otras que las palabras que le dijo la madre de Axun Lasa, hermana de Joxean Lasa, después que haber sido torturada durante el tiempo que permaneció detenida, allá por 1982: “calla y olvida”, palabras que tenían como finalidad proteger a su hija, para desterrar esa experiencia y esconderla en algún cuarto oscuro de la memoria, pero que con frecuencia suele salir a pasear por la mente, como si fuese un fantasma y recordárselo como si hubiera sucedido ayer.

Entre los testimonios que recoge este ensayo, los hay de personas que han sufrido la violencia extrema de ETA, el Estado, grupos parapoliciales y que con posterioridad han participado en encuentros en los que cada una ha relatado su experiencia, su dolor, pero a su vez, han escuchado el dolor de las otras personas, una forma de romper ese muro de reconocer el dolor de otros, la escucha vulnerable, “que permite entender las violencias y genera una apertura que habita la incomodidad y genera movimiento… esa escucha en la que la silla se tambalea, las certezas se desestabilizan , las dicotomías jerarquizantes se desafían… la escucha vulnerable atiende a lo cotidiano donde aprendemos de experiencias de violencia que nos hacen cuestionar sus bases y entender como los detalles nos dan grandes claves para poner freno a esas violencias normalizadas en nuestras vidas”.

Todo este trabajo de campo servirá a la autora para desarrollar su propuesta a la hora de abordar conflictos violentos y para ello parte de un punto de partida: que la violencia deje de ser pensable, que esta no sea un recurso para resolver conflictos. En este tercer bloque, Andrea García González profundiza en ello, porque los conflictos forman parte de las relaciones humanas, pues a priori no deben de entenderse como algo negativo, el problema surge cuando “el conflicto es abordado con violencia”. Al desarrollar esta cuestión, es en el contexto donde realiza la propuesta de “la escucha vulnerable”, que en palabras de la autora, tiene como pilares el feminismo y antimilitarismo.

El análisis que ha realizado sobre el conflicto vasco le ayuda a la autora a construir un discurso que no sólo sirve para analizar y/o aplicar a otros conflictos, sino que va más lejos, es una herramienta para trabajar en la sociedad actual, en todos aquellos ámbitos donde se dan las relaciones humanas. Una de las aportaciones que ofrece este libro es que partiendo del análisis y estudio de las características del conflicto armado vivido en Euskal Herria, pone las bases para realizar una reflexión que se puede utilizar para analizar otros conflictos y aplicarlo en la sociedad actual.

La autora al hablarnos acerca de la escucha vulnerable nos va guiando por diversas características que conlleva este proceso: la incomodidad, el tambaleo, apertura, responsabilidad, nos/otras, desplazamientos, conexión, etc…, es algo que va más allá de la palabra. Para Andrea García González, “la escucha vulnerable que provoca tambaleo, que es incómoda y que genera movimiento, es parte de la generación de conocimiento y de la contribución política al cambio social”.

Para finalizar, únicamente añadir que este ensayo tiene como objetivo ayudarnos a ampliar la mirada para que podamos reconocer las diferentes violencias, sin olvidar que nos podemos encontrar con contextos en los que vamos a poder realizar este proceso de escucha, pero en otros en los que no se va a poder llevar a cabo. Pero dicho esto, no me cabe duda de que el trabajo de Andrea García González es un muy buen punto de partida para abordar el tema de la violencia.

Calla y olvida. La escucha vulnerable: una propuesta feminista para la resolución de conflictos
Calla y olvida. Violencias, conflicto vasco y la escucha vulnerable como propuesta feminista (Katakrak liburuak)

Información a l@s lector@s de este blog

Información a l@s lector@s de este blog

Lector@s, el pasado 10 de julio este blog sufrió un ataque DoS. Miles de peticiones ficticias hacia una página web hace que pueda colapsar al resultar imposible responder a todas.

El ataque fue dirigido a la página web https://loquesomos.org lugar donde está alojado el dominio de este blog y en el que comparte espacio de información, reflexión y debate, página web que también se ha encontrado varios días fuera de servicio.

Lamento que haya estado tanto tiempo fuera de servicio.

Mikel Castrillo Urrejola

Amnistía ¿Triunfo o derrota del independentismo?

Amnistía ¿Triunfo o derrota del independentismo?

La aprobación de la ley de Amnistía ha sido como el parto de los montes, no le ha faltado de nada y ha sido una de las leyes, sino la que más obstáculos y trabas ha tenido que sortear hasta su aprobación final. Todos los intentos que ha habido para torpedearla han servido para la dejar al descubierto la nula calidad democrática de algunas instituciones del Estado español; han actuado como auténticos poderes fácticos que no podían soportar que la representación de la soberanía popular estuviese por encima de todas ellas, pues eso de que se apruebe una ley sin su beneplácito no es algo que lleven muy bien.

No tengo intención de extenderme en analizar el fondo jurídico de la norma, únicamente me limitaré a manifestar que el Preámbulo de la ley construye un discurso que desde el punto de vista jurídico no hay nada que objetar a la hora de despejar las dudas sobre su constitucionalidad. Otra cuestión mucho más discutible es el alcance de la amnistía, y en concreto quienes tienen que ser los beneficiados por ella, si ésta debe de servir para eximir al Estado y, por ende, a sus funcionarios que ejercieron una represión en algunos momentos del procés, sobre todo en los hechos acaecidos el 1 de octubre de 2017.

Ahora bien, cuando ese Preámbulo entra a exponer el espíritu de norma desde un prisma puramente político, es cuando uno percibe que no sirve para la resolución del conflicto, y no vale porque se desvirtúa lo que debe de ser una verdadera ley de amnistía. En este caso no es una herramienta para la solución del problema político existente en Catalunya, sino que está pensada más bien, como resolución a un problema de índole judicial, obviando que el origen de toda esta situación se encuentra en el deseo de la ciudadanía de Catalunya a ejercer el derecho a su libre determinación. Es decir, intenta resolver las consecuencias del conflicto, pero no su origen.

Esta ley enfoca la amnistía como un borrón y cuenta nueva, un ejercicio de reconciliación que deja a un lado el problema de fondo. Lo que nos quieren decir es que con la concesión de la amnistía el conflicto político ya está superado, algo totalmente alejado de la realidad. La ley ignora que el conflicto político es el todo y lo que quiere remediar esta amnistía es la parte, porque la represión que se ejerció contra políticos, activistas políticos, funcionarios y ciudadanía es una parte de ese todo y las condenas y procesos judiciales no dejan de ser una consecuencia del conflicto.

Amnistía ¿Triunfo o derrota del independentismo?
Manifestación «Som una nació. Nosaltres decidim» 10 de julio de 2010

Dentro de este análisis, un error de bulto que se da continuamente es que cuando se dice que el procés ha muerto, también se está dando por finalizado el conflicto, cuestión que encontramos en el Preámbulo de esta ley, porque esa es la idea que flota a lo largo del texto, por tanto, desde un punto de vista político, la cuestión de fondo sigue sin ser abordada. El equiparar el procés con el conflicto no es una cuestión únicamente de mezcla de conceptos o de ignorar la realidad, por el contrario, más bien es el deseo de querer dar carpetazo al problema de fondo existente, alegando que el procés ha muerto.

Cuando el proceso de gestación de la ley de amnistía empezaba a ponerse en marcha, allá por el mes de octubre, y se empezaba a conocer por donde iba a avanzar el borrador de Proposición de Ley, tuve la oportunidad de asistir a una tertulia en el Ateneo de Madrid, que con el título “democracia, amnistía y autodeterminación”[1] se analizó en profundidad estas tres cuestiones. En ella, uno de los intervinientes, Albert Noguera, profesor de Derecho Constitucional, expuso que la amnistía abría tres escenarios: en el plano individual, se daría un efecto de victoria, pues se lograría superar la situación personal de todas aquellas personas que sufrieron la represión; desde el punto de vista de pueblo, se daría una derrota, porque la sociedad catalana ha estado reivindicando una amnistía que reconozca lo que sucedió en Catalunya durante el procés y que sirva para resolver el conflicto, cosa que como he dicho anteriormente, la norma aprobada no reúne ninguna de estas premisas. Pero Albert Noguera planteaba un tercer escenario, como Estado, plano en el que entendía que se abriría un efecto de oportunidad, porque durante toda la legislatura actual, en un contexto de conflictividad, habría posibilidades de lograr cesiones por parte del Gobierno. Pues bien, una vez que se ha aprobado la Ley de Amnistía y después de ver los resultados de los últimos procesos electorales, para el independentismo esa ventana de oportunidad se está cerrando poco a poco.

Por ello, entiendo que de la lectura de la ley es más de derrota que de victoria para el independentismo en todos los aspectos, porque esta ley en ningún momento dice que esta amnistía viene a reparar el daño producido por la represión ejercida por los aparatos del Estados, en concreto la originada por la judicatura con las sentencias dictadas, porque si en un principio en Catalunya la represión vino de la actuación de los aparatos policiales del Estado, posteriormente hubo una represión derivada de las diferentes resoluciones judiciales en las que se vulneraron derechos fundamentales. El hecho que para las instituciones del Estado Central, el referéndum del 1 de octubre de 2017 careciese de validez jurídica, en ningún momento tenía que haber conllevado la aplicación de ningún precepto penal, porque eso era vulnerar los derechos fundamentales de la población. Dicho de otra forma, las sentencias se han dictado en clave política y no jurídica. Un lawfare de libro.

Amnistía ¿Triunfo o derrota del independentismo?
Referéndum de Catalunya de 2017. Arenys de Munt

Al tratar esta cuestión, me suele venir a la memoria que el mismo año del referéndum de Catalunya, la oposición venezolana realizó una consulta con la finalidad de modificar la Constitución del país, pero con la peculiaridad que carecía de toda eficacia legal, pues fue convocado unilateralmente por la oposición, obviando que no tenía legitimidad para ello, porque lo hizo al margen del organismo que en Venezuela tiene competencia para poder convocarlo, que es el Poder Electoral. El referéndum lo hicieron montando sus urnas, no pasó nada, porque el Gobierno venezolano les dejó que lo hiciese, pero eso sí, no tuvo eficacia jurídica de ningún tipo y nadie de la oposición acabó entre rejas por ello. A todo esto, la derecha española apoyó incondicionalmente la iniciativa de la oposición venezolana.

La amnistía no deja de ser un cierre en falso, porque lo que hay que plantearse es cómo y por qué se ha llegado a esta ley de amnistía. Ello nos lleva obligatoriamente a entrar a analizar la posición del PSOE en todo este proceso, y como no, remontarnos a ese mes de octubre de 2017 y el posicionamiento que tuvo. Su trayectoria ha ido marcada por sus necesidades políticas en cada momento, más que por una convicción política para la solución del conflicto. Ha ido haciendo de la necesidad virtud, lo que le ha llevado a realizar un ejercicio de contorsionismo político difícil de encontrar.

El PSOE pasó de defender la aplicación del 155, votando a favor en el Senado, a ir moldeando su discurso en función de sus necesidades y de cómo se han ido desarrollando los acontecimientos políticos, puro tacticismo, con la vista puesta en los réditos electorales que pudiera obtener. Ello le ha llevado a adoptar posturas ciertamente contradictorias a lo largo de esto últimos años. De afirmar que la amnistía no cabía en la Constitución, cosa que no se sostiene, como ha quedado acreditado en el Preámbulo de la ley, a decir que es totalmente constitucional. Pero algo similar le ha pasado con los indultos y con otras cuestiones que se han dado a lo largo de los últimos años, a la hora de tratar el conflicto de Catalunya. La última sin ir más lejos la estamos viviendo estos días; han pasado de decir que Catalunya no puede tener un régimen fiscal diferenciado a defender su singularidad, pero con la condición que ERC facilite a Illa presidir el Govern, lo cual demuestra que en el PSOE más que una convicción por su propuesta, lo que prevalece es el tacticismo para llegar al poder.

La lectura que si ha sabido hacer el PSOE es la de ir gestionando todo este debate desde la idea de romper al bloque independentista, siendo conocedor que el motor de procés, desde que la sentencia del Tribunal Constitucional recortó el nuevo Estatut, ha sido la sociedad catalana, muy por delante de los partidos; fue la que obligó a estos a hacer suya la reivindicación del derecho a decidir. Todo ello le ha llevado a realizar una política de desgaste que hasta la fecha le ha dado buenos frutos puesto que en las diferentes citas electorales que ha habido desde mayo de 2023, una parte importante del electorado independentista ha optado por engrosar la abstención. El objetivo estratégico del PSOE ha sido desmovilizar al electorado independentista y eso pasaba por crear divisiones entre los partidos independentistas. Esto no deja de ser flor de un día para el PSOE, porque a poco que las condiciones puedan variar, la balanza caerá del lado independentista, pero a día de hoy, no cabe duda que le está dando frutos.

No se puede poner en cuestión que la ley de amnistía era necesaria para paliar la situación judicial de varios cientos de personas anónimas que tienen procesos penales abiertos por infinidad de situaciones que se vivieron durante esos meses. Desde el responsable de un colegio por facilitar sus instalaciones para realizar el referéndum, pasando por funcionarios y ciudadanos que participaron en la celebración de la consulta. Un sinfín de personas y situaciones que desde un punto de vista personal necesitan beneficiarse de esta ley. Esta situación no la ha dejado escapar el PSOE, y ha dirigido sus esfuerzos en aprobar una ley que no es el inicio para la resolución del conflicto y que incluye en la amnistía a policías y guardias civiles que participaron en la represión. Una repetición de lo que ocurrió con la Ley de Amnistía de octubre de 1977, en la que los grandes beneficiados fueron todos los miembros de los aparatos del Estado franquista, lo que demuestra una vez más que el PSOE es el fontanero del régimen del 78.

[1] La tertulia republicana “Cesar Herrero” organizó el 23 de octubre de 2023 en el Ateneo de Madrid un acto con el título de “Democracia, amnistía y autodeterminación”, en el que intervinieron Ramiro García de Dios, magistrado emérito; Begoña Lalana, abogada y Albert Noguera, profesor de Derecho Constitucional Univ. De Valencia. Este es el enlace para poder ver el acto: Tertulia Republicana “César Herrero”. Ateneo de Madrid. 23-10-2023 (youtube.com)